miércoles, 4 de junio de 2025

Providencia-engendra-violencia (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 4.170-


Contexto histórico del Chile de principios de los años 1970

   Si bien el Movimiento de Izquierda Revolucionaria chileno, estaba originalmente conformado mayormente por personas de izquierda y anarquistas, siendo la corriente marxista-leninista, tan sólo una dentro de un todo, ya para principios de los 70, dicha corriente, era la más aceptada por sus integrantes, de ahí que cuando Salvador Allende (cuyo ideario era muy acorde con el marxismo) se postuló para la presidencia, los integrantes del MIR, lo apoyaran, pero ese apoyo era muy tibio, porque en principio, la lógica marxista-leninista, lleva a concluir que la democracia representativa no puede ser conducente al socialismo, dado que si un candidato de ideas socialistas revolucionarias, llega a la presidencia, una vez en la misma, debe respetar un ordenamiento constitucional que no fue creado por socialistas, sino por burgueses, resultando esto en que ningún cambio de fondo, pueda hacer, por eso se da (según la teoría marxista) la necesidad de deponer al orden constitucional e imponer una “dictadura del proletariado”, ya que sólo así, se puede ir a fondo contra el capital, y como Allende pretendía llegar al poder por la vía constitucional (y pretendía, una vez en la presidencia, reformar la constitución), los miristas lo miraban con desconfianza, pero a la vez, como los fines postulados por él, eran acordes con los de ellos, no podían oponérsele, por esa razón, durante la campaña para la presidencia, el MIR no se opuso a Allende pero tampoco lo apoyó plenamente.
   Una vez presidente, Allende respetó el programa socialista que predicaba, que implicaba, entre otras cosas, expropiar empresas consideradas “esenciales”, con la intención de transferir su control, a sus trabajadores, y las empresas que expropió, no fueron dos o tres, ¡fueron más de 90! (considerando únicamente a las "esenciales"; en total, fueron muchísimas más), y, lógicamente… nadie que se sienta identificado con ideas socialistas, puede oponerse a esto, el problema fue que la reacción del capital, llevó a un boicot económico impuesto por los yanquis (¡cuándo no!) y secundado por muchos de esos malditos países comúnmente denominados “desarrollados” y “occidentales” (que carecen por completo de voluntad propia, lo cual, queda claro en el hecho de que a la política internacional dispuesta desde Yanquilandia, rarísima vez, se oponen), que llevó a un desabastecimiento de todo tipo de artículos, siendo el más relevante, el de la comida, dado que cuando el gran empresariado vio a sus intereses perjudicados por las medidas de Allende, dejó de proveer productos, como medio de presión al gobierno, que es algo similar a lo que hacen los trabajadores cuando reclaman derechos que sus jefes les niegan; en tal caso, los trabajadores hacen huelga; los empresarios, dejan de abastecer a la sociedad de los artículos que sus miembros necesitan para vivir; ¿qué ocurrió entonces? Ocurrió que, al disponer el gran empresariado, el cese de producción, los trabajadores, tras un periodo no muy largo de deliberaciones, tomaron las fábricas y empezaron a producir por su cuenta, y todo esto es absolutamente acorde con lo pretendido por el socialismo tanto autoritario (marxismo) como así también, el libertario, el “problemita” es que, dándose todo esto en un contexto de gobierno constitucional, los empresarios podían acudir al Poder Judicial (no esperen que yo lo llame: “la justicia”), y así lo hicieron, y… ¿qué era lo que pasaba entonces? Pasaba que los jueces fallaban en favor del empresariado, ya que, a nivel legal, no está previsto que los trabajadores puedan independizarse de sus patrones, produciendo por su cuenta, y dejándolos fuera de las ganancias.
   La independización de los obreros de sus patrones, que fue rápidamente revertida por fallos judiciales, reforzó la creencia de que por medio de la democracia representativa, no se puede concretar plenamente un programa político socialista, y de ahí que el núcleo más duro del MIR, sin ninguna duda, en algún momento, habría roto con Allende, pero no lo hizo por tres motivos principales; el primero era que había que darle tiempo, y no “soltarle la mano” a las primeras de cambio, dado que tal vez, la estrategia defensiva contra el capital que desarrollaría, sería exitosa; el segundo era que el núcleo más intransigente del MIR, que, por supuesto, tenía materialización en su facción armada y cuyos integrantes, en gran medida, habían sido sumados al aparato de seguridad de los funcionarios del gobierno de Allende, estaba ocupado en contraatacar los embates de la agrupación de extrema derecha autodenominada: “Frente Nacionalista Patria y Libertad”, compuesta por militares y civiles y financiada por la, en todos los países del mundo, NEFASTA embajada yanqui y la CIA, que SIEMPRE dispuestas están, a meterse en asuntos políticos extranjeros, cuando consideran que el gobierno de un país, no sigue las directivas trazadas para él, por el gobierno de Yanquilandia, que, por ser el país que más se mete en la política de otros países cuando sus gobiernos no siguen sus lineamientos, puede sin ninguna duda, ser considerado el más autoritario y antidemocrático de todos los países del mundo, y esa intromisión, muchas veces implica (y así fue en este caso), además de presiones económicas injustificadas, como fueron las de acciones tendientes a aislar internacionalmente a Chile, el apoyo económico a grupos que realizan secuestros, torturas, violaciones y asesinatos, cuando sus objetivos políticos, son los que el gobierno yanqui, pretende que sean, como fue el caso del ya mencionado grupo: “Patria y Libertad”; además, el MIR estaba también ocupado en enfrentarse a las llamadas “Guardias blancas”, que eran agrupaciones creadas por los
capitalistas, similares a las agrupaciones protofascistas de las cuales, Mussolini había sido parte en las Italias, allá por finales de la década de 1910, llamadas: “Fasci italiani di combattimento”, que, por medio de la violencia armada, tenían por objetivo, resistir a las expropiaciones y a todo aquello que tuviera que ver con la izquierda y con el anarquismo.

Más contextualización histórica

   La convulsión social que se dio en Chile durante el gobierno de Allende, fue totalmente lógica, dado que el cambio de fondo que el gobierno intentaba realizar, era contrario al expansionismo ilimitado pretendido por el gran empresariado, lo cual, equivale a decir que era favorable a las masas trabajadoras, y este desarme del capital, no puede darse sin una reacción por parte del mismo, ¡y vaya que reaccionaron esos propietarios hijos de recontra mil puta!… y la reacción del empresariado transnacional, como ha ocurrido tantas veces en otros países de América y del resto del mundo, fue la de financiar a las Fuerzas Armadas para que tomaran por asalto al estado y pusieran “orden”, es decir, que, argumentando la existencia de un desgobierno, una anarquía o cosas semejantes, se vieron obligadas a tomar el poder, en defensa del “pueblo”… En el caso particular chileno, entre otras cosas, el entreguista al servicio de los yanquis de Pinochet, visto que, a diferencia de los planes socialistas impuestos en el resto del mundo a través de dictaduras, en Chile, se estaban aplicando dentro del sistema constitucional, se vio en la necesidad de inventar la historia de que existía una conspiración interna en el gobierno allendista para sacar al presidente del medio e imponer la “dictadura del proletariado”, y como la misma sería necesariamente sangrienta, había que derrocar al gobierno para evitar la violencia más extrema… en fin… lo que ocurrió fue que la dictadura de Pinochet, fue extremadamente sangrienta y fue, por supuesto, totalmente favorable al poder económico concentrado, resultando esto en que fuera absolutamente regresiva y contraria al ascenso socioeconómico de las masas trabajadoras.
   Por supuesto que los yanquis iban a querer voltear al gobierno de Allende, ya que el sistema que intentaba implantar, era contrario al capitalismo jerarquizador, excluidor de las mayorías del mundo, racista y asesino, que en Yanquilandia, tiene sede mundial, no obstante, el gobierno yanqui JAMÁS diría que es en defensa de las jerarquías, que a ellos los tienen por beneficiarios mayores, que al socialismo/comunismo, se oponen, sino porque en los países así comúnmente llamados, las libertades personales, sociales, políticas, y básicamente, todo derecho humano, son anulados, ya que los gobiernos “socialistas/comunistas”, son invariablemente dictaduras totalitarias, y ellos “aman” a la “democracia” y la “libertad”; es por esos supuestos motivos que al “socialismo/comunismo”, las autoridades yanquis lo consideran repudiable, ahora bien… es cierto que los gobiernos autoproclamados “socialistas/comunistas”, eran dictaduras totalitarias hasta que, por vez primera, un candidato de ideas socialistas, llegó a la presidencia de un país, ganando las elecciones y proponiendo una vía pacífica hacia el socialismo… ese candidato era Salvador Allende, y el que esto estuviera ocurriendo, era lo peor que al gobierno yanqui, le podía pasar, porque demostraba que los proyectos socialistas, podían ser aplicados por vía no dictatorial, y si el gobierno lograba muchos de sus objetivos y Chile veía mejorada su situación general,  el “socialismo” se vería totalmente legitimado y Chile sería un ejemplo para el resto de América y del mundo, ya que el “socialismo/comunismo”, dejaría de estar asociado únicamente a figuras dictatoriales como los asesinos de masas: Lenin, Mao, Stalin, y el pelotudo impresentable de Fidel Castro… ¿Qué fundamentos podrían tener los yanquis entonces, para oponerse al “socialismo/comunismo”, si el gobierno a través del cual, se aplica, es democrático-representativo? NINGUNO, al menos, ninguno confesable, de ahí que a todo grupo opositor a Allende, el gobierno yanqui, a
través de su embajada en Chile y de la CIA, tanto económica, logística como militarmente, apoyara en sus intentos de voltear al gobierno de iure (e incluso, contra Allende conspiró, desde mucho antes de que llegara a la presidencia).
   Lamentablemente, los golpistas (que sin el apoyo yanqui, no habrían logrado su objetivo) tuvieron éxito y, tras disparar cualquier cantidad de balas y tirar bombas contra el Palacio de la Moneda, que era donde residía Allende, lograron que su vida terminara, pero no como a ellos les habría gustado que terminara, o sea, por causa de los ataques por ellos, realizados, sino por obra de él mismo, que, en un acto de admirable valentía, al verse superado por las fuerzas golpistas, se suicidó, en pos de no darle el gusto a sus enemigos de matarlo.
   Con el golpe contra Salvador Allende, el sistema capitalista, que se sostiene con la exclusión y represión permanente de las mayorías, ganó la partida.

   De Allende no haber sido derrocado, seguramente el mundo actual, sería un lugar mucho menos injusto.

Fines de septiembre de 1973

   El gobierno de Allende había ya caído, y los integrantes de la facción armada del MIR, no sabían qué hacer, pero cada vez que visitaban una de las casas en que concentraban alguno de sus arsenales, las ideas aparecían; una de ellas fue la de reventar a dos yanquis integrantes de la CIA y a dos de sus esbirros chilenos civiles, que habían pertenecido al “Frente Nacionalista (que era en realidad, cipayo) Patria y Libertad”; estos últimos, oficiaban para los de la CIA, de guardaespaldas; estos cuatro personajes, andaban siempre juntos y tiempo atrás, la sección de inteligencia del MIR, tras el intento de golpe de estado fallido del pasado 29 de junio (conocido como: “El Tanquetazo”), los había investigado y había constatado que del intento de golpe, habían participado; el MIR pretendía ajusticiarlos (y no sólo a ellos, sino también a muchos otros golpistas y financiadores de golpistas), pero los ajusticiamientos no habían llegado a concretarse, por los combatientes haber recibido órdenes expresas de Allende de no represaliar a quienes habían intentado derrocarlo, sobretodo, si eran agentes de la CIA, lo cual, había llevado a muchos miristas a maldecir al presidente y hasta a considerar desafiliarse por completo de su gobierno, pero no lo hicieron por tener en cuenta la posibilidad de que tal vez tuviera razón Allende, en su suposición de que, de las represalias armadas, existir, un nuevo golpe podría disponerse de inmediato; la cuestión es que, no hubo represalias, y así fue que los mismos milicos volvieron a golpear al estado, esta vez, exitosamente, aquel fatídico 11 de septiembre del 73 (cosa que tal vez, se habría evitado, si las represalias pretendidas por el MIR, se hubieran concretado), fue entonces que retomaron su proyecto de matar a los individuos ya referidos.

Octubre de 1973

   Tras unos días de realizar inteligencia, un comando mirista se enteró de que los agentes de la CIA, a quienes sus integrantes planeaban ajusticiar, se dirigirían la noche del viernes 5 de octubre, a una casa situada en la calle José Tomás Rider al 961, en Providencia; Región Metropolitana de Santiago; a la misma habían sido invitados por un alto funcionario del gobierno de facto, para festejar con él, el éxito del golpe de estado; entre los invitados habría también, militares, diplomáticos yanquis, miembros de lo que había sido el grupo terrorista paramilitar: “Frente Nacionalista Patria y Libertad”, y también, varias de sus esposas, a quienes los combatientes intentarían no matar ni herir.

Inicio de la operación guerrillera 

   Desde el golpe de estado, se había declarado un toque de queda que, entre el 3 de octubre de 1973 y el 1 de enero de 1975, duraba desde las 21:00 horas, hasta las 6:00 horas, pero... como ocurre durante todos los gobiernos, ya sean de facto o de iure, quienes son parte de los mismos o con los mismos, están relacionados, tienen privilegios; esto último se aplicaba a los agentes de la CIA, a los diplomáticos, a los militares y a los miembros de lo que había sido la agrupación “Patria y Libertad”, de ahí que pudieran transitar sin problemas, como lo hicieron esa noche, para asistir a la reunión en cuestión.
   Los guerrilleros sabían que habría varios miembros de las fuerzas represivas del estado, en las inmediaciones de la vivienda en cuestión (casi en la esquina de la calle Rider y Carlos Justiniano, había un Ford Falcon Futura, con dos carabineros vestidos de civil y en la esquina opuesta, es decir, en Rider y Alférez Real, había otro vehículo con dos represores más), por lo que ni siquiera intentaron ingresar a la misma, por el frente, sino por el pequeño edificio que había en aquel momento, en la Avenida Miguel Claro al 988 (actualmente -año 2025- en ese lugar funciona una clínica médica), pero primero había que reducir al vigilante que sabían que en esa cuadra, necesariamente estaría (y que no necesariamente estaría identificado como tal, mediante un uniforme de alguna fuerza represiva), ya que la manzana del lugar en el que se daría la reunión de fachos, previsible era que estuviera totalmente rodeada; así fue que se dispuso que la atractiva joven mirista, apodada Luciana, vistiendo elegantemente, pasara por la calle Claro, con el objetivo de identificar al vigilante vestido de civil, que en la misma, había, y no le fue difícil hacerlo, ya que cuando estuvo en la calle mencionada, a la altura aproximada de 990, al verla pasar a su lado, el tipo empezó a seguirla y a decirle toda clase de obscenidades; al dirigir la vista a la altura de la cintura del vigilante, Luciana advirtió que llevaba un walkie-talkie, y ninguna duda tuvo entonces de que ésa era la persona a la que había ido a buscar, por lo que lejos de escapar, tras caminar un poco más, decidió detener su marcha, y, con un tono muy sensual, al vigilante le dijo:
   -Caballero; ¿qué es lo que pretende?
   Entonces el tipo, muy nervioso se puso, y cambiando totalmente su modo de expresarse, a la joven le dijo:
   -Bueno… yo simplemente considero que usted es muy atractiva, y pensé que tal vez podríamos ir a tomar algo, en algún momento.
  -¿Y por qué tendría yo, que salir con usted? Deme un buen motivo.
   -Bueno… en principio, hay toque de queda; yo tendría que informar que usted está circulando por la calle a una hora prohibida.
   La joven dijo:
   -Pero no es una hora prohibida -y tras mirar su reloj, agregó: -Son las nueve menos cinco; yo vivo acá a la vuelta, así que estaré en mi domicilio antes de que el toque de queda, comience.
   Entonces el vigilante miró su propio reloj, y de inmediato lo adelantó 5 minutos, seguidamente se lo mostró a la mujer, y le dijo:
   -No, señorita; se equivoca; ya son las 9, por lo que yo debería avisarle a las autoridades que usted está infringiendo el toque de queda.
   -¿Y usted no?
   -Yo no; yo pertenezco al estado, así que estoy autorizado para estar en la calle a cualquier hora, pero… no se preocupe, que yo no voy a decir nada, siempre que usted me prometa encontrarse conmigo en alguna oportunidad.
   Mientras tanto, Luciana al tipo le sonreía, llevándolo a creer que con él, tenía onda, lo cual, le impidió advertir que detrás de su persona se acercaba un Chevrolet Opala, que frenó en seco, tras la combatiente hacerle a sus ocupantes, una seña, indicándoles así, que la persona a la que buscaban, había sido por ella, encontrada; el vigilante, al advertir dicha seña, se extrañó, y al escuchar la frenada del auto tras de sí, intentó darse vuelta pero no llegó a hacerlo porque dos miristas, que del asiento trasero del vehículo, muy velozmente habían bajado, de inmediato lo redujeron; uno de ellos lo tomó por el cuello desde detrás, y el otro, tras golpearlo en el estómago, agarró sus piernas, y fue así que el tipo fue introducido al asiento trasero del Chevrolet, en el cual, fue maniatado y le fue puesta cinta de embalar sobre los labios; una vez hecho esto, Luciana, pistola en mano, se sentó junto a él, para custodiarlo; segundos después, el conductor arrancó el auto y a la combatiente le fue pasado por quien manejaba, un walkie-talkie desde el cual, le avisó a otros miristas que la vía estaba libre; fue entonces que un Dodge Coronet y un Peugeot 404, llegaron a la calle Claro y de cada uno de los vehículos, bajaron tres guerrilleros; seguidamente, tanto el Dodge como el Peugeot, se fueron; esos 6 guerrilleros (3 hombres y tres mujeres), se sumaron a los dos que habían reducido al vigilante, y que no habían vuelto a subir al Chevrolet, ya que tras la reducción mencionada, habían cruzado la calle rumbo al edificio ya referido; uno de ellos, de un bolsillo sacó una llave maestra que abría todas las puertas de ese tipo de edificios; una vez su puerta abierta, los 8 guerrilleros ingresaron al inmueble; ya en la recepción (en la cual, no había nadie -en ese tiempo, en casi ningún edificio había guardias de seguridad-), sobre uno de los sillones, tres miristas pusieron los bolsos que llevaban; en ese lugar esperaron durante unos quince minutos, hasta que a través de un walkie-talkie, a los guerrilleros les fue comunicado que los objetivos habían llegado al lugar; fue entonces que todos se acercaron al sillón en donde los bolsos estaban dispuestos, y, tras abrirlos, cada uno extrajo un arma larga; seguidamente se dirigieron al patio del edificio y desde ahí, cuatro combatientes treparon hacia el techo de una casa contigua, y los cuatro restantes, hacia otra; por los techos, los ocho guerrilleros, divididos en dos grupos, transitaron, hasta llegar a la casa del alto funcionario del gobierno de facto; una vez en su patio, dos combatientes (Laura y Alfredo) sigilosamente se acercaron a la cocina, en donde se encontraban dos empleadas, cocinando, y, tras Alfredo (que empuñaba una ametralladora MP5), en voz bajísima pedirles que se arrojaran al piso, ambas empleadas, al piso se arrojaron; de inmediato, Laura (que empuñaba una Ithaka 37 recortada), dejó su arma en el piso, se arrodilló junto a las empleadas y con cinta adhesiva, les tapó la boca; seguidamente les ató las manos tras la espalda baja; cuando hubo terminado de hacer esto, uno de los antiguos integrantes de la agrupación terrorista: “Patria y Libertad”, que si bien tenía pinta de bonachón, era experto en la fabricación y disposición de explosivos que en los últimos meses se habían cobrado la vida de muchas personas, despreocupadamente ingresó al lugar, con la intención de preguntar cuánto faltaba para que estuviera lista la comida y de paso, agarrar un pan o algo, como para empezar cuanto antes, a comer, y fue que tras ingresar a la cocina mientras decía: “¿Y? ¿Falta mucho?”, y no escuchar respuesta ni ver a nadie (Alfredo se había escondido detrás de unas cajas y Laura seguía arrodillada tras la mesada), se acercó a la mesada y agarró un pan, que con sus manos, despedazó, para seguidamente llevar un poco del mismo, a su boca; mientras lo masticaba, escuchó los sollozos ahogados que las cocineras, cuyas bocas estaban tapadas, acostadas boca abajo, realizaban, desde detrás de la mesada, y como desde donde estaba, no podía ver quién o qué, hacía tales ruidos, se dirigió al otro lado del ya referido mueble, y se encontró no sólo con las dos empleadas reducidas, sino también, con Laura arrodillada junto a ellas y de frente a él, que, con su arma larga, lo apuntaba; de inmediato, la joven retrajo la corredera de la Ithaka y la disparó contra el pecho del terrorista de estado, dos veces, causándole la muerte, haciendo esto innecesario que Alfredo, que al cipayo autopercibido “patriota”, a quien tenía en la mira, le disparara; mientras tanto, éste último combatiente se posicionó junto a la puerta que daba al living, preparado para accionar su arma en cuanto sus compañeros restantes, actuaran, lo cual, hicieron pocos segundos después, desde el exterior, justo en el momento en que tanto los dos agentes de la CIA presentes, como así también, el otro invitado ex miembro de “Patria y Libertad”, más ocho militares, cuatro diplomáticos yanquis y el alto funcionario del gobierno que a su casa los había invitado, intentaban accionar las armas cortas que habían empuñado tras escuchar los ithacazos, sin embargo, nunca tuvieron oportunidad de sobrevivir, ya que desde las dos ventanas laterales que daban al patio, como así también, desde la cocina, un nutridísimo fuego, efectuado por siete guerrilleros (los seis que estaban en el exterior más Alfredo, que disparó desde la cocina), mató de inmediato a los dieciséis hombres, e hirió a dos de las ocho mujeres, que en el lugar, estaban (las demás, por orden de sus maridos, se habían arrojado a tiempo al piso y evitaron así, ser impactadas).
   Tras el hecho de sangre, todos los guerrilleros salieron corriendo hacia el edificio por el cual, habían ganado los techos de las viviendas que los habían llevado hasta la residencia en que el ajusticiamiento, tuvo lugar.
   Mientras escapaban de la escena, dos de los miristas le comunicaron a través de walkies-talkies a los conductores de los autos en que habían llegado, que la operación había concluido; una vez de vuelta en la calle Claro, los ocho guerrilleros abordaron los vehículos.
   Tres miristas subieron al Dodge Coronet en que habían llegado, otros tres, al Peugeot 404, y los dos restantes, abordarían el Chevrolet Opala; en este último, estaba retenido el vigilante de la Avenida Miguel Claro, a cuyo lado estaba Luciana; uno de los combatientes subió al asiento del acompañante del conductor y el otro, abrió la puerta derecha de la parte trasera; fue entonces que la joven disparó su pistola en el abdomen del vigilante, que quedó herido de muerte, y seguidamente, su compañero guerrillero, que estaba en el exterior del auto, lo arrastró hacia fuera del mismo, en donde quedó tirado; tras el mirista ingresar al rodado, el mismo arrancó a toda velocidad, pero no llegó a hacer ni cien metros, porque al llegar a la esquina con la calle Carlos Justiniano, chocó con un Falcon Futura, ocupado por dos carabineros de civil, que de inmediato, bajaron del vehículo y dispararon contra los guerrilleros, ráfagas que hirieron de muerte al conductor, al combatiente que estaba en el asiento del acompañante y a aquel que estaba en el asiento trasero junto a Luciana; ésta última, de milagro no fue impactada por ninguna de las muchísimas balas disparadas por los represores del estado.
   Uno de los dos restantes autos en que los guerrilleros, habían llegado (que era un Dodge), ya había exitosamente huido, pero el otro, que era el Peugeot 404, estaba detrás del Chevrolet Opala, contra cuyos ocupantes, los carabineros habían disparado; al advertir la situación, el conductor del Peugeot, desde la mano izquierda de la calle, pasó junto al Falcon, y tanto a través de la ventanilla del asiento delantero del acompañante, como a través de aquella situada en el lado derecho de la parte trasera, dos miristas (uno de ellos, provisto de una pistola ametralladora Uzi y el otro, de un fusil AK-47), desataron una tremenda ráfaga que de inmediato, dio muerte a ambos represores estatales; seguidamente, con enorme pena, Luciana constató que sus tres compañeros estaban muertos, fue por eso que rápidamente descendió del Chevrolet y fue en dirección al Peugeot 404; una vez en el mismo, los guerrilleros emprendieron la retirada.
   
   Esa noche, la temperatura era un poco fría, pero muy agradable; el cielo, que hasta hacía un rato, estaba muy cubierto, ya empezaba a descubrirse;... la noche se estaba poniendo cada vez más linda.

sábado, 26 de abril de 2025

(Serie: M & L; cap. 12) Sublime concha americana (cuento) - Martín Rabezzana

Capítulo 12 de la serie: M & L, y último que compuse para mi libro dedicado a ella (que es el número 22), llamado: Hechizo... de concha americana (en el libro, el siguiente cuento es el número 9); acabo de terminarlo, y acá les dejo el enlace para bajarlo:


-Palabras: 2.172-


Sublimes actos, sublime mujer

   Esa tarde, yo me encontraba en casa solo; Mora había ido con unas amigas a jugar al hockey; cuando volvió, la abracé y la besé; cuando quise profundizar el beso, se apartó y me dijo que iba a ducharse, entonces se dirigió al baño y, tras entornar la puerta, se sacó la ropa; yo la miré desvestirse y cuando ya se había sacado todo, menos la ropa interior, ingresé rápidamente al baño, hacia ella fui y la besé nuevamente en los labios mientras ella se reía y decía que mejor sería dejar la cosa para después, porque estaba muy transpirada, y justamente por eso me excité más que de costumbre, ya que la atracción que me generó el fuerte aroma procedente de su entrepierna, equivalió para mí, a un canto de sirena al cual, imposible me fue resistirme.
   Rápidamente, frente a ella me agaché y la besé en las piernas; después, le bajé la bombacha, entonces ella levantó, primero un pie y después, el otro, para que pudiera sacarle la prenda ya mencionada, y cuando lo hube hecho, de inmediato puso su pie derecho sobre la pared baja de la bañera, ya que esa posición era muy adecuada para que yo pudiera proceder a besar su hipervelluda, vagina; tras varios besos realizados con los labios, empecé a besarla con la lengua y a sentir el gusto lujuriante de esa sublime, atrapante y paradisíaca, CONCHA AMERICANA; tras un rato de practicarle sexo oral, Mora me dijo que parara, yo, así lo hice, y ella ingresó a la bañera; tras ella ingresé, y entonces, mi AMERICANÍSIMA MUJER, volvió a poner un pie sobre la pared baja de la bañera, y tras decirme: “¡Seguí!”, yo retomé la sesión de besos de lengua en su oscurísima e hipersudada, concha, durante más o menos un minuto, hasta que ella me dijo:
   -¿Tenés sed?
   -¡Sí! -le respondí.
   Entonces Mora me llenó la boca de una lluvia dorada que, salvo por lo que se me escapaba de la comisura de los labios, tragué en su totalidad; una vez que hubo terminado de vaciar su vejiga en mi boca (que al momento de iniciar la micción, estaba casi llena), mi chica intentó agacharse para proceder a bajarme el pantalón y la ropa interior, y practicarme sexo oral, pero yo la hice ponerse de pie y de inmediato, me bajé el cierre del pantalón y saqué mi miembro erecto, le levanté una pierna con un brazo y ella se agarró del tren superior de mi cuerpo mientras yo empujaba el suyo contra la pared; en esa posición, se dio un coito que duró varios minutos.
   Poco después de penetrar a Mora, acaricié su rostro, ella abrió entonces la boca y con desesperación, chupó uno de mis dedos; yo le acerqué otro y con la misma desesperación, también lo chupó, demostrando así, que la fase del sexo oral de ella hacia mí, que, por necesidad imperiosa de penetrar su vagina, omití, a ella le hacía mucha falta, pero durante esa sesión de amor sexual, no se quedaría con las ganas de eso, ya que al separarnos para continuar con la unión genital en otra posición, ella se agachó, yo me senté en la pared baja de la bañera y tras desabrochar mi pantalón, la vi chupar mi sexo con tremendísimo furor, que extendió al alternar la succión del mismo, con el pase de sus labios y lengua, sobre mis testículos; tras un rato de ella amarme con la boca, me senté en el piso de la bañera, estiré las piernas hacia delante y apoyé las palmas de mis manos, en el suelo, detrás de mi espalda baja; Mora, estando de frente a mí, abrió las piernas y se agachó hasta que mi miembro estuvo nuevamente, dentro de su vagina, entonces, así como lo había hecho yo, apoyó las palmas de sus hermosas manos, en el suelo, detrás de su espalda baja, mientras alternábamos mando en lo que hace al ascenso y descenso de nuestras cinturas; primero fue ella la que subió y bajó, y después, yo, para seguidamente, volver a darle a ella el mando, hasta que cambiamos de posición; a todo esto, mi amante aumentaba progresivamente el volumen de sus jadeos, que ni siquiera durante el sexo oral que me practicó, suspendió por completo, ya que aun con su boca ocupada por mi miembro, siguió en menor medida, realizando, hasta que después de unos minutos de coito en la posición ya descrita, se levantó, se dio vuelta, y estando de espaldas a mí, tras agarrar mi pija con su mano derecha y meterla nuevamente en su concha, inició un movimiento de ascenso y descenso; en esa posición, Mora claramente alcanzó el orgasmo, dado que los jadeos que previamente había realizado, dejaron de tener lugar, y fueron del todo reemplazados por gritos que eran progresivamente más fuertes, hasta que le dije que estaba por eyacular; tras ella darme el permiso de hacerlo, aumenté la velocidad del bombeo lo más que pude, y dentro de su hermosísima vagina, una vez más, eyaculé.
   Tras la inseminación de su concha, Mora se acostó boca arriba en la bañera y con sus manos me indicó que bajara hasta su entrepierna, ya que claramente quería recibir más sexo oral, por eso fue que seguí lamiendo su vagina durante un rato (vagina que ese día, había estado más rica que nunca), hasta que sus gritos, que en los primeros minutos, eran fuertes, empezaron a disminuir en intensidad y volvieron a transformarse en jadeos que progresivamente, también disminuyeron en intensidad, indicando esto que (por el momento) ya estaba del todo satisfecha, entonces ella me indicó que subiera, y así lo hice; cuando estuve a la altura de sus pechos, le saqué la prenda que los cubría, que era la que nunca dejó de tener puesta durante todo el acto de amor sexual, previo, y tras descubrirlos, los besé con los labios y con la lengua, un rato, hasta que ella me empezó a acariciar de un modo ya no, sexual, lo cual, era señal de que ya podíamos tomarnos un descanso, y así lo hicimos.
   Acostados en la bañera, permanecimos un rato; después, nos levantamos, entonces Mora pudo finalmente ducharse y yo, sacarme la remera y enjuagarme un poco el pecho en la pileta, cosa necesaria, ya que había quedado un poco mojado por la orina de mi amante.

Post encuentro álmico-sexual

   Esa tarde, previo a que Mora volviera a nuestra vivienda, yo había estado pensando en lo poco que sabía de su vida; ella parecía haber salido de la nada, y tras entrar en mi vida para instalarse en ella para siempre (menos de un año hacía de esto), por más que entre nosotros hubiera un enamoramiento total y una compatibilidad física y álmica, absolutas, seguía siendo en gran medida, una extraña, dado que, como ya dije, de su vida previo a conocerme, poco me contaba y yo, poco preguntaba, y esto era recíproco; no entendí entonces el motivo que nos llevaba a inhibirnos en lo que hace a preguntas en ese sentido, pero considero que, como la comunicación verbal, era entre nosotros, tan sólo una parte de una comunicación mucho más amplia y profunda, inconscientemente ambos preferíamos no preguntarle al otro, muchas cosas de su vida que queríamos saber, por intuir que era cuestión de tiempo para que dicha comunicación no verbal, se fortaleciera y accediéramos a información sobre el otro, sin necesidad de palabras; una confirmación más de que esto (que ya me venía ocurriendo) se intensificaría con el paso del tiempo, la tuve ése mismo día, ya que cuando empecé a tragar la orina de Mora, pude ver hechos de su vida, que desconocía (la vi de chiquita en la escuela, la vi con sus padres y hermanos, y la vi experimentar el despertar de su conciencia respecto de su paso anterior por este plano terrenal, entre muchas otras cosas).
   También ocurrió, durante el encuentro sexual recién referido, que muy claro me quedó el hecho de que mi novia estaba por alcanzar el clímax, no sólo por cómo gritaba, sino además, porque en los segundos previos, pude ver a su aura expandirse y envolverme, hasta que dentro de ella, eyaculé; esto, que ésa vez, fue la primera en que lo experimenté, desde ese día, fue habitual, como así también, otras cosas que durante la unión sexual entre nosotros, percibiría tanto como ella.

Continuidad de lo extrasensorial

   Mientras Mora se bañaba, yo me encontraba en el living.
   Al ver el palo de hockey que ella había usado esa tarde, lo agarré, y entonces me invadieron imágenes en que la vi jugando con el mismo, un partido, no sólo esa tarde, sino también, en otras oportunidades en años previos; cuando las visiones de esto, concluyeron, dejé el palo apoyado contra una pared, y otras imágenes me invadieron: en las mismas, nos vi a mi novia y a mí, junto a unos treinta jóvenes de la agrupación HIJOS, participando de un escrache contra un milico represor de la última dictadura; seguidamente, junto a dos militantes de la agrupación ya mencionada, nos vi caminar hacia el auto de uno de ellos en un lugar bastante alejado a aquel en que había tenido lugar, el ya referido escrache; nos vi en una vereda, situada a la izquierda de la calle, mientras despreocupadamente íbamos en el sentido del tránsito, y cuando cerca de una esquina, estábamos, un FIAT Regatta, que en contramano había doblado, frenaba frente a nosotros y de su asiento trasero, bajaban dos tipos armados, de civil (que probablemente fueran policías o integrantes de la SIDE), cuyas intenciones iban seguramente por el lado de realizar contra nosotros, una intimidación; tal vez también pretendieran lastimarnos o incluso, matarnos, pero no tuvieron tiempo de hacer nada de lo que tenían planeado, porque una camioneta Toyota Hilux de doble cabina (la cual, tenía un muy importante paragolpes agregado, que quien la manejaba, había hecho instalar especialmente para la ocasión), embistió al auto, dejando seriamente dañada su parte frontal; tras esto ocurrir,
quien conducía la camioneta, rápidamente retrocedió mientras el conductor del Regatta se disponía a acelerar para escapar del lugar, pero no logró avanzar ni dos metros porque la muy poderosa 4 x 4 volvió a embestirlo y seguidamente, a retroceder; ante esto, su conductor descendió del rodado y corrió hacia la esquina más próxima, así como lo habían ya hecho los dos represores que se habían bajado del Regatta al ver a la Toyota Hilux, embestirlo; todo esto los había desconcertado y aterrorizado, sobretodo porque no estaban preparados para enfrentarse a nadie, y si así hubiera sido, el desconocer quiénes y cuántos eran, los ocupantes de la camioneta (no tenían manera de saberlo porque sus vidrios eran polarizados), así como su desconocimiento sobre si estaban armados, fue suficiente para que no atinaran siquiera a usar sus armas y emprendieran de inmediato una retirada hacia la esquina para, una vez ahí, doblar a la derecha, dos de ellos, y a la izquierda, el restante.
   Todo lo recién contado, que se sucedía en el lapso de pocos segundos, nos dejaba a los cuatro jóvenes que éramos, casi petrificados.
   Ya con los represores lejos del lugar, veíamos frente a nosotros, a la ventanilla del lado del conductor de la camioneta, descender, y se nos hacía visible la mujer de pelo claro que la manejaba; ella, gritando nos decía:
   -¡Suban!
  Al reconocer en la mujer que frente al volante de la camioneta, estaba, a Etelvina Melantoni, tanto Mora como yo, le decíamos a nuestros amigos de HIJOS: “¡Vamos!”.
   Mora y los dos jóvenes de HIJOS (una mujer y un varón), subían al asiento trasero y yo, al asiento del acompañante del conductor.
   Mientras del lugar, nos íbamos, con enorme deslumbramiento yo miraba a Etelvina en silencio durante varios segundos, hasta que, tras ella realizar un cambio con la palanca, estando su mano derecha, todavía sobre la misma, yo ponía la mía, correspondiente a la parte izquierda de mi anatomía, y muy sentidamente le decía:
   -Gracias.
   Entonces Etelvina sonreía y me miraba, mientras yo sentía a su persona, estremecerse por el contacto que con ella, hacía, que era el mismo estremecimiento que yo experimentaba, así como también lo experimentaría Mora (y Etelvina), cuando, un rato después, también la tocaba y le agradecía.
   En ese momento, la visión se suspendió, y volví a verme en la vivienda que con mi novia, compartía.
   Lo que en la visión, experimenté, aún no había ocurrido.

Sorpresa, conmoción y deslumbramiento

   Si bien, mis experiencias extrasensoriales, habían empezado a tener lugar (y se habían intensificado al entrar en contacto con Mora), años atrás, todavía me sorprendían, me conmovían y deslumbraban.

Emoción sublime

   Mientras escuchaba a la hermosísima voz de Mora entonar desde la ducha, alguna canción, por lo emocionante que se había vuelto mi vida toda en los últimos tiempos, cosa que, lejos de estar disminuyendo en intensidad, parecía irse intensificando con cada día que pasaba, yo, en voz baja, dije:
   -¡Me encanta mi vida!

domingo, 20 de abril de 2025

(Serie: M & L; cap. 11) Psiconáutica-mata-nihilismo (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 4.978-
(Me falta componer el capítulo 12, y termino mi próximo libro).


¿A qué vendrá todo esto?

   Es increíble el hecho de que en todo el mundo haya personas practicantes de autoflagelaciones con ayuno, con privación de sueño, con interminables sesiones de meditación, y con otros métodos, con el objetivo de llevar sus cuerpos hasta el límite para lograr así, empujar a sus conciencias fuera del estado de percepción ordinario y hacerlas pasar al extraordinario; todo esto es increíble dado que desde tiempos inmemoriales se conoce la existencia de psicodélicos que el planeta nos ofrece en formato de plantas, que nos permiten, sin flagelación alguna y sin muchas transiciones, lograr los mismos resultados en cuanto a la ampliación de nuestras conciencias; en la era actual, las síntesis en laboratorios de psicodélicos, cuyos formatos más populares son el LSD y la DMT, han probado no sólo ser efectivísimos en la expansión de la conciencia, de lo cual, resulta en casi todos los casos, un aumento de la empatía, de la compasión, de la tolerancia y de la paz interior, en quienes los consumen, sino también, efectivísimos en la remisión de malos estados de ánimo, no habiéndose evidenciado que su consumo cause daños orgánicos ni tampoco, adicción, pero por supuesto… nunca faltan envenenadores seriales (médicos alópatas) que, al hablarse de esto en los medios de difusión, exponen sus opiniones “autorizadas”, constituidas por anécdotas (cuando ellos mismos consideran que en el ámbito científico, hay que citar estudios, y no anécdotas) según las cuales, al estar trabajando en guardias de hospitales, vieron a cualquier cantidad de personas con “trastornos psiquiátricos” causados por el consumo de alucinógenos, que incluso llegaron a saltar de balcones o se tiraron bajo un tren, o qué se yo qué verso más, cuando la realidad es que difícilmente se pueda encontrar un caso constatable en que esas cosas hayan ocurrido (ningún estudio lo corrobora), y cuando sí ocurren, están involucradas otras substancias, haciendo esto de los psicodélicos en cuestión, totalmente exculpables de tales hechos.
   Por algún extraño motivo, quienes más a favor están de que en algún momento, todo el mundo consuma drogas prescritas por médicos, HIPERNOCIVAS E HIPERADICTIVAS, basándose en la PELOTUDEZ TOTAL, según la cual, “Cuando un medicamento es suministrado por un profesional de la medicina, hace bien y es seguro”,  ponen el grito en el cielo cuando alguien dice algo positivo de substancias que NO SON NOCIVAS NI ADICTIVAS, como las ya mencionadas: LSD y DMT, y no sólo eso, sino que tampoco, en la mayoría de los casos se oponen, quienes al consumo de psicodélicos, reprueban, al consumo de alcohol, al cual, hasta ellos mismos consumen, sabiendo que ésa sí es una substancia peligrosa, tanto por el daño que hace en la salud de sus consumidores, como así también, por ser desencadenante de cualquier cantidad de hechos de violencia y de accidentes de tránsito. ¿Cómo se explica entonces, que a substancias que no sólo no hacen mal, sino que además, hacen bien, se opongan?… Yo creo que es justamente ése el motivo por el que a ellas, se oponen, dado que consciente o inconscientemente (inconscientemente, en la mayoría de los casos), no quieren que nadie esté bien; no soportan ver a alguien realizado a nivel personal ni espiritual (pretenden que todos vivamos frustrados como ellos), de ahí que férrea y agresivamente se opongan a los medios que a tales realizaciones, a las personas, llevan. 
   Si bien, en algunos países, tanto el LSD como la DMT, han sido (y son) a pequeña escala, en el ámbito “psicológico/psiquiátrico” experimental, utilizados, JAMÁS se masificará su suministro como sí se ha masificado el suministro de substancias VENENOSAS como los antidepresivos, los antipsicóticos y las benzodiacepinas, ya que el fin, tanto de la psicoterapia como de la psiquiatría, es vigilar, controlar, someter, disciplinar, CASTIGAR, TORTURAR Y DESTRUIR a las personas, tanto en lo físico como así también, en lo anímico e identitario, de ahí que entre los efectos más comunes de las drogas psiquiátricas (que no son colaterales, sino DIRECTOS), esté la disfunción sexual, dado que anular a alguien en su funcionamiento sexual, implica NECESARIAMENTE DESEMPODERARLO y además, DESTRUIRLO A NIVEL ANÍMICO E IDENTITARIO, ya que si uno como hombre, en el aspecto sexual, no puede funcionar, deja por completo de sentirse hombre, y esto, por supuesto, TAMBIÉN SE APLICA A LAS MUJERES, cuya anestesia genital, a la cual, los psicofármacos inducen, resulta en que en el aspecto sexual, no puedan verse realizadas, y siendo una sexualidad satisfactoria, algo FUNDAMENTAL para la realización personal, constituye la inducción a la disfunción de alguien en ese sentido, una MUTILACIÓN que solamente los seres invadidos por la CRUELDAD más extrema, pueden justificar.
   Otro objetivo de la psiquiatría, es el de favorecer los intereses de la industria farmacéutica, que es la que está detrás de todas las disciplinas pertenecientes a la medicina oficial, ya que la misma, es farmacológica, y su negocio no se basa en curar (de hecho, esto, rara vez lo hace), sino en cronificar problemas existentes y crear en los “pacientes”, problemas nuevos; si los medicamentos farmacológicos fueran en serio eficaces, las llamadas  “enfermedades” se acabarían rápidamente por su suministro masivo, de lo cual, resultaría que la industria mencionada, así como la disciplina médica oficial, ganaran menos dinero que el que ganan, mintiendo al decir que hay toda una serie de enfermedades “incurables” que, por su carácter de tales, no pueden ser revertidas pero sí paliadas; con esa mentira se mantiene a la gente drogada de por vida con elementos que son siempre tóxicos y, por consiguiente, destructivos, y ante los daños que un fármaco prescrito, causa, los médicos suministran más fármacos para tratarlos, que generan más daños que son tratados con más fármacos, de ahí que la medicina oficial, cure en una minoría de casos, ya que lo que mayormente hace, es enfermar a los sanos y cronificar y multiplicar enfermedades, en los ya enfermos. 
   Si el bienestar de las víctimas a las que los PICANEADORES FARMACOLÓGICOS (los psiquiatras) y sus SUBALTERNOS Y CHUPAPIJAS (los psicólogos), llaman: “pacientes”, fuera realmente el objetivo de las disciplinas en cuestión, sus practicantes pretenderían que el suministro de psicodélicos fuera generalizado, y de esto resultaría no solamente el colapso del arsenal farmacológico psiquiátrico vigente, sino además, la disolución de la psicoterapéutica como disciplina; ése sería el resultado del consumo masivo de substancias psicodélicas, ya que las mismas llevan a disolver el sentir de separación con los demás y, por consiguiente, también la creencia en la validez de las jerarquías, de ahí el rechazo de los psiconáutas a considerar válida a la autoridad de una persona sobre otra, ya sea que la misma tenga el título de: cura, médico, psiquiatra, psicólogo, legislador, juez, gobernador, presidente, emperador o rey;… el colapso de las jerarquías sería el resultado inevitable de la psiconautización masiva de las personas; otro efecto inevitable sería el de una mejoría en cuanto a su calidad moral, dado que la empatía, producto de la anulación del sentir de separación con los demás, que, como ya expresé, los psicodélicos, en sus consumidores, instalan, llevaría a que disminuyeran su agresividad hacia los demás y hacia sí mismos, ya que cuando uno siente que el otro es uno, hacerle daño a otro es hacerse daño a sí mismo, y hacerse daño a sí mismo, es hacerle daño a otro.
   No obstante lo dicho, si todos “alucináramos” (si bien el término “alucinación”, para definir a lo que se da cuando se consumen substancias psicodélicas, no es correcto, porque lo que bajo sus efectos, vemos, no es imaginado, sino verdadero, por eso entrecomillé la expresión), las sociedades humanas no serían perfectas, dado que los problemas interpersonales, seguirían existiendo (y deben seguir existiendo, debido a que los mismos, son constitutivos de negatividad, y sin la misma, la positividad no podría existir), pero se reducirían drásticamente, porque el bienestar y el sentir de que todo (incluso lo negativo) tiene un sentido que lo justifica, que durante los viajes psicodélicos, la mayoría experimenta, suelen ser permanentes, de ahí que tras uno sólo de estos viajes, las personas se vuelvan versiones mejoradas de sí mismas, PARA SIEMPRE; en fin;... ¿a qué viene todo esto? A que de no ser por los psicodélicos, jamás podría haberme realizado en lo personal ni espiritual, ni habría podido conocer a Mora (que fue fundamental para mi realización), porque…

Substancia divina # 1: LSD

   En mi adolescencia fui invadido por una infelicidad extrema, que me llevó a concluir que el sentido de las cosas, es nulo; que la vida es una carga de la cual, es mejor deshacerse y que lo peor que podría haberme pasado, es nacer, y como ya me había pasado, lo mejor que podría pasarme, sería morir; demás está decir (pero igual, lo digo), que vivía sumido en la desesperanza más absoluta, hasta que una tarde, a eso de las 16:30 horas, tras volver a mi casa desde cierto lugar, sintiéndome muy cansado, me saqué las zapatillas, me acosté en mi cama y rápidamente me dormí; al dormir tuve un sueño muy vívido en el que me vi caminando por la calle en dirección a la plaza De la Cruz (Ciudad de Quilmes); una vez ahí, miré mi reloj, y pude saber que eran las 17:27 horas; en uno de los bancos, vi sentado a un joven; a él me acerqué y, tras sentarme a su lado, le extendí unos billetes (que constituían una cantidad determinada de plata), seguidamente él, tras mirar disimuladamente en varias direcciones, puso en mi mano una especie de estampilla en la que había un dibujo de un arco iris y un tobogán muy sinuoso; lo siguiente que recuerdo es estar envuelto en un remolino que me llenaba de bienestar, pero esto, poco duró, porque me desperté.
   Tras despertarme, miré el reloj que sobre un mueble, en mi pieza, tenía, y supe que eran las 17:02 horas; entonces me puse las zapatillas, me levanté, agarré mi billetera y de inmediato me dirigí caminando rápido hacia la plaza De la Cruz, a la cual, ingresé desde las esquinas de Olavarría y Pringles; una vez ahí, miré mi reloj y supe que eran las 17:27 horas; en uno de los bancos pude ver a un joven cuya apariencia coincidía con la de aquel que durante el sueño que acababa de tener, me había vendido LSD, y lo mismo que en el sueño, se dio, es decir, me senté a su lado y le di unos billetes (que constituían una cantidad determinada de plata), él me extendió el papel secante de LSD en el cual, había un dibujo de un arco iris y un tobogán; tras yo informarle que sería mi primer viaje, me dijo que el estado de ánimo previo al mismo, es FUNDAMENTAL para determinar el carácter bueno o malo de la travesía, de ahí que me recomendara estar muy tranquilo y repetir frases positivas durante un buen rato, previo a abordar la nave astral; tras decirme esto, lo saludé, me levanté y rumbié para mi casa en donde esa noche, en la soledad de mi cuarto, venciendo al miedo que da, el emprender un viaje semejante, por vez primera, y tras seguir las indicaciones del transa, puse el papel secante en mi boca y tras un buen rato, empecé a ver como los objetos a mi alrededor, se derretían para seguidamente, volver a solidificarse; al cerrar los ojos, me vi arrastrado por un remolino de colores que de un bienestar indescriptible, me llenó, mientras en lontananza, veía pasar galopando, a hermosos caballos de fuego; en determinado momento, un gorrión gigante, frente a mí, se posicionó y me dijo que estaba ahí para llevarme a pasear por donde yo quisiera; yo le dije que me llevara a cualquier lugar lindo, entonces me agarró con sus patas de los hombros y tras decirme que se llamaba Humberto y yo decirle que me llamaba Leandro, volando me llevó por un camino aéreo desde el cual, pude ver a ciudades cuya belleza es intransmisible con palabras; le dije a Humberto que empezara a volar bajo, y él, así lo hizo; ese recorrido por ciudades que sólo puedo definir como: mágicas (como también defino a sus habitantes), fue uno que me llenó de una felicidad inenarrable.
   Tras un buen rato de pasear (paseo durante el cual, con el gorrión hablé de cosas muy divertidas, incluso me contó chistes muy graciosos), Humberto aterrizó en una zona boscosa, y tras decirme que debía irse, nos saludamos con un abrazo y me encontré entonces, frente a una especie de arroyo cuyos peces hablaban un idioma que pude comprender; también pude comprender lo que los insectos y la vegetación a mi alrededor, expresaban, así como también comprendí el idioma en que hablaban los seres microscópicos que a mi interior, poblaban, y a nada de esto me sentí ajeno, ya que mi sentir, era el de que yo era una parte de ese todo y ese todo, era una parte de mí, dado que en ningún momento perdí mi individualidad, pero sí gané el sentir de cohesión con el resto del universo; todo esto, durante ese primer viaje, experimenté, como así también, muchas más cosas, pero lo más importante de todo, es que desde el momento en que esto empecé a experimentar, mi desesperanza, mi apatía, mi nihilismo y mi angustia profunda, empezaron a deshacerse, y lo más notable, es que tras el efecto pasar, el sentir positivo, en gran medida se mantuvo; durante el viaje psicodélico, yo diría que mi bienestar, en una escala del 1 al 100, rondó el 97 %; una vez de vuelta en el estado de conciencia ordinario, disminuyó bastante, pero yo diría que disminuyó hasta estabilizarse, tras unos días, en el 45 %, y como mi sentir previo al viaje, se componía de un 95 % de negatividad y, por consiguiente, de tan sólo un 5 % de positividad/bienestar, esto significa que en los días posteriores a mi primera travesía psicodélica, mi malestar emocional disminuyó MUCHÍSIMO, lo cual, equivale a decir que mi bienestar, MUCHÍSIMO aumentó; presintiendo que si volvía a consumir LSD, mi bienestar seguiría aumentando, volví a contactar al transa de la plaza, y volví a comprarle LSD; tras consumirlo, como me esperaba, volví a alcanzar un altísimo grado de bienestar que en gran medida se mantuvo durante los días posteriores a los del segundo viaje, resultando esto en que la positividad, en los siguientes días a la toma, ya no constituyera un 45 % de mi sentir, sino un 50 %; días después, hubo un tercero, un cuarto, un quinto y un sexto viaje, que resultaron en que la positividad post-psicodelia, llegara a constituir cerca del 70 % de mi sentir, pero no habría para mí, un séptimo viaje con LSD, porque durante el final del sexto, las siguientes letras se repitieron frente a mí: DMT.

Substancia divina # 2: DMT


   Si bien, tanto el LSD como la DMT, en dosis relativamente altas, causan “alucinaciones”, hay dos grandes diferencias entre una y otra substancia; una de ellas reside en la duración de los efectos; el del LSD, dura varias horas y hasta puede haber efectos menores en la alteración de la percepción, que se dan, días, semanas, meses y hasta años después, de haberlo consumido (esto último, sólo ocurre con dosis altísimas, que nunca son recomendables), mientras que los efectos de la DMT, suelen durar una media hora, haciendo esto de ésta última substancia psicodélica, una que permite realizar “viajes express”; otra diferencia significativa entre una y otra de las substancias mencionadas, estriba en que durante un viaje con LSD, uno puede o no, encontrarse con “guías espirituales”, mientras que tras consumir DMT, estos encuentros son casi inevitables, y durante los mismos, los seres con los que uno se comunica, con o sin palabras, le revelan toda clase de cosas respecto de la propia vida, de las ajenas, del mundo y del universo, que en el estado de conciencia ordinario, son imposibles de conocer.
   Mucha de la información que las “entidades DMT” (como suelen ser denominadas) a uno le comunican, puede ser verificada; en mi caso personal, yo puedo asegurar que, a diferencia de la creencia “racional” (que suele ser la más tonta de todas), lo que durante los viajes con LSD y DMT, uno experimenta, muy poco (si es que algo) tiene que ver con fantasías de esas comúnmente denominadas “alucinaciones”, ya que constituyen visitas a realidades tanto o más verdaderas, que la existente en este estado de conciencia; esto lo han constatado muchos psiconautas que, tras encontrarse con entidades, durante sus visitas al plano astral, al que accedieron tras consumir DMT, recibieron de ellas, información futura sobre sus vidas y hasta sobre acontecimientos mundiales; cuando lo predicho por las entidades termina teniendo lugar (y esto, muy seguido, ocurre), ningún sentido tiene el creer que los viajes psicodélicos están constituidos por “alucinaciones”, que, como ya expresé, son básicamente, fantasías; los viajes psicodélicos son reales; RECONTRA REALES; yo lo puedo afirmar sin ningún temor a equivocarme, dado que entre las personas que durante sus viajes al plano astral, bajo los efectos de la DMT, recibieron información sobre hechos futuros que finalmente, tuvieron lugar, está, quien esto escribe.

Entidad DMT felinacea

   La primera vez que viajé al plano astral por intermedio de la DMT, en una ciudad de indescriptible belleza, una entidad guía (que se presentó como Irineo) me recibió; la misma tenía la forma de un gato (extremadamente simpático), que en dos patas, caminaba, y tenía una altura aproximada de 1,75; el mismo, un bienestar inconmensurable me transmitió, y sentí que había en él, una sabiduría total; con dicho ser, mientras por el hermosísimo lugar, caminábamos, tuve una larga conversación, pero no con palabras, sino por un medio que no tiene equivalencia con los que en este plano, existen, de ahí que no pueda describirlo, sin embargo, como en este plano nos comunicamos con palabras, pasaré a transmitirles con ellas, algo de lo que con mi guía, sin palabras, hablé.
   En el plano astral pude constatar algo que sospechaba: muchas veces confundimos a la imaginación con la visión remota; mucho de lo que en esta dimensión, “imaginamos”, existe en otras, y al intuir desde ésta, algo de lo que en la astral, existe, solemos creer que estamos imaginando cuando en realidad, estamos percibiendo, no significando esto que la imaginación no exista, ya que sí existe y es creadora; lo que en el plano terrenal, pensando creamos, resulta en edificaciones de papel en el plano astral; cuando por vía oral, en el plano terrenal, las creencias se expanden, se inician en el plano astral, edificaciones de madera, y cuando las mismas se escriben o se graban por medio de instrumentos de audio o video (o se materializan en otras formas de arte), las edificaciones en el plano astral, resultantes de nuestra imaginación en el plano terrenal, son de una solidez mayor a la del cemento, fue entonces que me di cuenta de que mucho de lo que en el plano terrenal, solía creer estar imaginando (y a partir de ese “imaginarme cosas”, escribí cuentos), en muchos casos, lo estaba en realidad, percibiendo, dado que existía ya, en el plano astral, y yo no hacía con mi literatura, otra cosa que comunicarlo (si bien, algunas veces lo había sospechado); también entendí que en otras oportunidades, sí imaginaba y escribía historias que en el plano astral, adquirían existencia auténtica; todo esto me fue mostrado por mi guía en diferentes viajes que al plano astral, gracias a la DMT, realicé, resultando esto en que yo me maravillara por un lado, y me sintiera culpable, por otro, dado que en mi literatura, en muchos casos incluí hechos infelices, indeseables, trágicos..., pero mi guía rápidamente me tranquilizó al decirme:
   -No te preocupes por la negatividad que en tus creaciones artísticas, existe, ya que la misma es la base de la positividad; de no haber negatividad, no habría tampoco positividad; lo que habría sería lo que suele denominarse: “limbo”, en donde una nada asfixiante, por el aburrimiento que genera, llevaría a sus habitantes a preferir existir en lo negativo, por no poder soportar durante mucho tiempo la permanencia en esa neutralidad desvitalizadora, pero ocurre que esa negatividad que en tus cuentos, llega a veces hasta a ser trágica, una vez en este plano, se ve disminuida hasta un nivel muy bajo y, por consiguiente, no destructivo, siendo la negatividad de las tragedias imaginadas en el plano terrenal y materializadas en obras de arte, creadoras en el plano astral, de un lugar equivalente al de un infierno cuyas llamas no abrasan, sino que simplemente calientan levemente, siendo ese calor, ligeramente incómodo en verano y muy agradable, en invierno.
   Respecto de mis acciones negativas, realizadas en el plano terrenal, me dijo que muchas de ellas, debía tratar de evitarlas pero que otras, no, por ser las mismas, como ya fue dicho, necesarias para la existencia de contrapartes positivas; es por eso que me dijo que a la negatividad, no hay que tratar de eliminarla, sino tratar de moderarla; le pregunté cómo podría saber cuándo el incurrir en acciones negativas sería para mí, necesario y cuándo no, y me respondió:
   -Dejá que el instinto, que nunca se equivoca, en tu persona, comande.
   Durante otro viaje, a mi felinaceo guia, le dije:
   -En la dimensión de la que vengo, hay “gurúes” y “shamanes”, que reprueban el uso de psicodélicos por parte de personas no “iniciadas”, fundamentando su posición en que: “Para que el viaje astral sea seguro, hay que tener una preparación previa sin la cual, la experiencia puede ser muy negativa y hasta traumática”; ¿tienen razón?
   A lo que mi guía respondió:
   -Esas cosas las dicen sencillamente porque si todas las personas consumieran psicodélicos, accederían al mismo conocimiento que ellos tienen, y perderían así, sus estatus, ya que, si eso ocurriera, las personas ascenderían hasta el mismo nivel de sabiduría en que ellos están, lo cual, significa que no podrían ser más, llamados “gurúes” o “shamanes”, de ahí su interés en que la generalidad de la gente, no los consuma, y se informe sobre lo que en planos como éste, existe, únicamente a través de sus propios relatos, es por esto que la reprobación al consumo general de psicodélicos, realizada por gurúes y shamanes, implique traición al conocimiento que estando en planos como éste, han asimilado, ya que la consideración de que hay diferentes niveles de importancia entre los distintos seres, es, en aquel que en el plano terrenal, la tenga, disuelta de inmediato tras a este lugar, llegar, sin embargo… una vez de vuelta en el plano terrenal, muchos de los llamados “gurúes” y “shamanes”, pretenden mantener, como ya dije, sus estatus; si así no fuera, tras volver a la tierra, dejarían de llamarse “gurúes” y “shamanes”, y alentarían a todas las personas a emprender el mismo viaje que ellos emprendieron, mediante el consumo de psicodélicos.

Más enseñanzas de Irineo

   En una de mis visitas al plano astral, mi guía felinaceo me dijo que me iba a encontrar con una persona que revolucionaría mi sentir, y que sería fundamental para mi crecimiento espiritual, como lo sería también yo, para el de ella; me dijo que en esta vida, durante un sueño, ella se había acercado a mí, pero que el encuentro en el plano material, todavía no debía tener lugar, porque había en mí, demasiada negatividad, y si con ella me encontraba en ese estado, la iba a dañar, por eso él, a través de un sueño, me había guiado hasta la plaza De La Cruz, en la cual, un transa me proveería del LSD que yo necesitaba para empezar a purificar mi cuerpo astral; tras seis veces de consumirlo y haber ya, mi bienestar, aumentado sobremanera, estuve listo para encontrarme con él, y emprender la serie de conversaciones entonces, en curso, durante las cuales, además de seguir dándose en mí, el aumento del bienestar, me serían informadas cosas imprescindibles para que pudiera seguir álmicamente evolucionando, y como Irineo se encuentra en un lugar del plano astral al que sólo con DMT, se llega, debía entonces conseguirla para poder viajar a su encuentro, lo cual, como ya expresé, me fue comunicado durante el final de mi sexto viaje con ácido lisérgico.

A esta altura, mi primer encuentro en el plano terrenal con Mora, ya se había producido

   Además de explicarme que antes de iniciar mi relación romántica con la persona con la que debía encontrarme, yo debía positivizarme, porque de no hacerlo, habría de dañarla con mi altísima negatividad, en una de nuestras conversaciones, mi guía me dijo que además de eso, yo habría de rechazarla, tal vez, no de inmediato, pero sí, con el tiempo, porque alguien que está demasiado acostumbrado al malestar, en muchos casos siente que el mismo constituye su hábitat natural, y cuando esto siente, cualquier cosa que considere benéfica, es por él, rechazada, ya que esa cosa buena, equivale a un apartamiento de dicho hábitat en el cual, siente que su vida toda, debe desarrollarse porque fuera del mismo, no podría sobrevivir, además, cuando una persona está invadida por la negatividad, el autodesprecio es INEVITABLE, y cuando esto, en alguien se da, rechaza al bien que la vida le ofrece por sentir que no lo merece; esto me ha ocurrido muchas veces en la vida y me ocurriría si iniciaba una relación romántica con Mora sin antes bajar drásticamente mi nivel de negatividad que me llevaba a un profundo malestar que necesariamente implica autodesprecio, sin embargo, mi nivel de negatividad, ya era bajo, entonces, ¿por qué después de nuestro primer encuentro en el plano terrenal, Mora se había ido sin dejarme previamente datos para que pudiera contactarla?… mi guía me dijo que si bien mi nivel alto de positividad, había generado las condiciones adecuadas para que nos encontráramos en el plano terrenal, para que la relación romántica pudiera construirse sobre un terreno sólido, me faltaba algo: sostener en el tiempo mi positividad.
   Irineo me dijo que cuando mi relación romántica con Mora (si bien, nunca mencionó su nombre), se iniciara, no me haría más falta consumir psicodélicos, dado que por obra de ella, lo mundano y lo astral, se volverían en muchos casos, indistinguibles.
   Los años pasaron, y si bien el sentir de que ABSOLUTAMENTE TODO, por más insignificante que parezca, tiene un sentido, que durante los viajes psicodélicos, tuve, en mí se instaló para nunca más, abandonarme, lo cual equivale a decir que a esa altura, mi nihilismo era cosa del pasado (no así, la negatividad, que mi guía me dijo que, por ser base de la positividad, no debía ser eliminada, sino mantenida en un nivel bajo, y esto último, me venía pasando), empecé a dudar de la veracidad de lo que mi guía me había dicho, porque el tiempo pasaba y yo seguía sin volver a ver a esa persona fundamental para mi evolución álmica, de la cual, él me había hablado y a la cual, ya había conocido, cierta noche en un bar; esa persona (que no era otra que Mora) hasta una casa situada en 25 de mayo 112, Ciudad de Quilmes, me había llevado; una vez ahí, sin haberme convidado psicodélicos, sin haberme hecho entrar en ningún trance mediante meditaciones ni el pronunciamiento de mantras, sino simplemente, tomándome de las manos, al plano astral, me empujó, y no tuve dudas entonces, de que esa chica, era la persona de la que mi guía, me había hablado, pero, como ya expresé, después de esa noche, no volví a verla durante un, para mí, larguíiiisimo tiempo..
   Durante esos casi dos años en que no volví a ver a Mora, empecé a no estar seguro sobre si el encuentro que con ella, en el bar se había dado (encuentro durante el cual, me llevó hasta la casa montonera, es decir, nuestro primer encuentro en la vigilia), se había dado durante la vigilia o durante una ensoñación; yo no tenía dudas de que nuestro primer encuentro, había sido durante una ensoñación, pero el segundo, yo había confirmado, preguntándole a un empleado del bar sobre si me había visto con Mora, que había tenido lugar durante la vigilia (lo confirmé cuando me dijo que sí me había visto con ella), pero como ya dije, después lo volví a dudar (como dudé también, del carácter real de mis viajes al plano astral), de ahí que lo haya empezado a considerar como de posible naturaleza onírica, hasta que… una tarde, mientras caminaba por la plaza Conesa, volví a ver a esa hermosísima joven, de americanísimo rostro y americanísimo pelo, y volví a dar por verdadero a todo lo que mi guía espiritual, me había dicho, ya que esa tarde, se inició entre Mora y yo, una relación que, en realidad, no es más que otro capítulo de una relación que en vidas anteriores, se había ya, iniciado.
  Como ya expresé: mi guía me había dicho que cuando estuviera con la mujer en cuestión, no me haría falta consumir psicodélicos para acceder al bienestar, únicamente alcanzable en el plano astral, dado que al unirnos, se crearía a nuestro alrededor, un hábitat privilegiado que constituiría una especie de lugar que podría denominarse: “embajada astral”; todo esto, estando junto a Mora, se fue para mí confirmando, durante nuestras sesiones furiosas y divinas, de sexo oral, vaginal y anal, durante las cuales, el placer físico excedió por mucho (para ambos) al que con otras personas, habríamos podido sentir, ya que el mismo, SIEMPRE fue mucho más que terrenal, dado que, al estar juntos, el bienestar astral, se combinaba con el de este mundo, llevándome esto a definir a los encuentros de amor sexual, entre nosotros, como terreno-astrales, y todo esto lo experimenté al estar con ella, incluso en circunstancias ajenas a lo sexual, de ahí que, efectivamente, como mi guía Irineo me había predicho: estando con Mora no me hacían falta los psicodélicos para alcanzar el bienestar más alto posible.

jueves, 17 de abril de 2025

(Serie: M & L; cap. 13) Hechizadora & hechizado (cuento) - Martín Rabezzana

   Dos capítulos más, y concluyo lo que va a ser mi siguiente libro, el cual, estará enteramente compuesto por cuentos pertenecientes a la serie: M & L.
   El siguiente es el capítulo 13, y va a ser el que cerrará el libro; todavía no compuse los dos anteriores; cuando lo haya hecho, mi libro número 22, que será el más maldito y más imposible de recomendar, de mi ya muy maldita e irrecomendable, bibliografía, estará listo.

-Palabras: 1.550-

Realización físico-espiritual

   Esa noche, no mucho después de haber concluido nuestras respectivas actividades laborales, tras volver con Mora a nuestra vivienda, situada en la bonaerense ciudad de Magdalena del Buen Ayre, intitulada: Quilmes, de inmediato fuimos al dormitorio y en la cama, nos sentamos; un largo beso fue lo que entre nosotros, siguió, y se mantuvo incluso mientras en la cama, nos acostamos.
   Estando sobre mí, Mora interrumpió el beso al tiempo que ponía sus manos en mi pantalón para seguidamente, desabotonarlo y bajar el cierre, tomar a mi sexo con sus dos manos y meterlo en su boca; durante varios minutos mi novia me hizo sentir la suavidad de sus labios, la humedad de su lengua, el filo de sus dientes y hasta la profundidad de su garganta.
   Mora nunca me lo hacía suavemente; siempre chupaba furiosamente, no obstante, esta vez, empezó a amarme con la boca con una intensidad media, que fue aumentando progresivamente; cuando, varios minutos después, llegó al punto de succionar con lo que parecía ser su furia máxima, le dije que estaba por eyacular, ella sacó mi miembro de su boca mientras con su mano derecha, seguía estimulándolo, y me dijo:
   -Eyaculá.
   Y tras besar, lamer y morder suavemente, la piel que recubre mis testículos, volvió a meter mi miembro en su boca y a succionarlo con aún más intensidad que antes, como queriendo demostrarme que los límites del éxtasis sexual al que SIEMPRE me llevaba, podían ser transgredidos por ella, a voluntad.
   Tras yo eyacular más fuerte que nunca, en la hermosa boca de Mora, y ella recibir en la misma, un semen que en su totalidad, tragó, mi amante bajó la intensidad de la succión, pero de ningún modo la interrumpió, ya que la mantuvo durante varios minutos, incluso tras la erección haber ya, cesado, fue entonces que la tomé de los brazos y la llevé a acostarse boca arriba; inmediatamente después, le saqué los zapatos, le levanté el vestido, le saqué las medias de nylon negras y la bombacha; una vez por mí, desnudada, la parte más oscura de mi oscura, sublime y amada, americana mujer, pasé mi lengua por su preciosa vagina, alternando besos húmedos, con estimulación digital; durante varios minutos la amé de este modo, mientras ella se retorcía, jadeaba y me decía que me amaba, recibiendo de mi parte un: “Yo también te amo”, por respuesta.
   Después de besar a mi amante lingualmente en su vagina, hice lo propio con sus pechos, que desnudé sin sacarle el vestido, que todavía tenía puesto, cuyas tiras laterales, bajé, para poder después, sacarle la prenda superior de su ropa interior; con enorme deleite tragué la leche que brotó del primer pezón de Mora que metí en mi boca, y después, tragué la que brotó del otro; mientras esto hacía, con mi mano derecha, estimulaba su vagina.
   Los más de cinco minutos de sexo oral que a Mora, le practiqué, sumados a los más de cinco minutos, durante los cuales, ella me lo había practicado a mí, tras yo eyacular, resultaron en que casi quince minutos desde la eyaculación ya referida, hubieran pasado, por lo que tanto mis testículos como mi miembro, estaban en condiciones de volver a iniciar un acto sexual, fue así que, en su abertura rodeada de anochecidísimo pelo, introduje mi aparato reproductor.
   Mientras el coito vaginal, tuvo lugar, seguimos mutuamente declarándonos amor, agregando a lo dicho previamente, promesas de eternidad en nuestro compartido sentimiento.
   Nos amamos en diversas posiciones, siendo la última, una en que su pierna derecha estuvo sobre uno de mis hombros; durante esta parte final del coito, con mi miembro viril, yo realizaba un bombeo que, al igual que el sexo oral que Mora me había practicado, fui aumentando progresivamente en intensidad, entonces ella, con dulcísima voz, dijo: “¡Más rápido!”; tras algunos segundos de haber aumentado la velocidad, volvió a decirme: “¡Más rápido!”, entonces yo aumenté aún más la velocidad, hasta que me empezó a decir repetidamente: “¡Más más más más más más más!…”, para seguidamente empezar a gritar del modo en que lo hacía solamente tras alcanzar un orgasmo; yo seguí aumentando la velocidad del bombeo con una furia igual de intensa a la que ella había tenido en la fase del sexo oral que minutos atrás, me había practicado, en los segundos inmediatamente previos a hacerme acabar, hasta que dentro de su vagina, eyaculé aun más fuertemente de lo que lo había hecho la vez anterior; seguidamente, mientras ella sonreía evidenciando una languidez propia del agotamiento a la que la multiorgasmia la había llevado, le dije:
   -Mora: sos lo mejor que hay en la vida.
   Y me acosté sobre ella, apoyando mi cabeza sobre su pecho.
   Tras varios minutos, Mora salió del trance que en ella se daba, tras amarnos sexualmente, y se dirigió al baño; tras abrir la canilla de la ducha, me invitó a sumarme; yo me levanté, me desnudé, y a la ducha junto a Mora, me dirigí; tras ducharnos, volvimos a acostarnos y a jurarnos amor eterno.
   Estando ella acostada sobre mí, poco antes de dormirse, me dijo:
   -Yo no soy lo mejor de la vida; lo mejor que hay en la vida, somos vos y yo, cuando estamos juntos.

Momento de actuar

   No había pasado ni una hora y media desde que me había dormido, cuando Mora me despertó; antes de abrir los ojos, la escuché decirme:   
   -Leandro; Lean... despertate, mi amor, que tenemos que ir hasta un lugar.
   Con debilidad en la voz, le pregunté:
   -¿A qué lugar?
   Entonces ella hizo silencio durante algunos segundos, después dijo:
   -Es momento de actuar.
   Tras escuchar lo que me dijo, nada le pregunté, simplemente me levanté, me vestí, y me dirigí hacia la puerta del asiento del acompañante de nuestro Renault 4 que Mora, manejaría; el mismo estaba estacionado frente a nuestra vivienda y, antes de abordarlo, como me sentía terriblemente somnoliento, le dije:
   -Estoy demasiado cansado.   
   -Subí atrás entonces; acostate y dormí.
   Yo, así lo hice.
   Cuando me desperté, estimo que unas dos horas habrán pasado desde el momento en que con Mora, emprendimos un viaje rumbo a vaya uno a saber qué lugar; asumo que no mucho más tiempo que ése, pasó, porque todavía era de noche cuando me desperté en el Renault que, en una zona semirural, se encontraba estacionado; lo que me despertó y despabiló de inmediato, fue la cadencia de pasos de Mora, que, con desesperación, hacia el vehículo, corría; en ese momento me enderecé y la vi, mientras una mano ponía sobre la manija de la puerta y jadeaba exhausta por lo que había evidentemente sido un escape de vaya uno a saber qué o quién, o quiénes; ni bien abrió la puerta del auto, un hombre la agarró de los pelos y le gritó:
   -¡Hija de puta!
   Mora, gritando le dijo:
   -¡Soltame!
   Seguidamente el tipo le dio un cachetazo y la empujó, llevándola a caer al suelo; en esa situación extremadamente tensa, que poquísimos segundos, duró, pude advertir que en la cintura, el tipo llevaba un arma, entonces, a toda velocidad, llevé el tren superior de mi cuerpo, hasta la parte delantera del auto para poder alcanzar la guantera, en la cual, había un revólver; tras agarrarlo, bajé del vehículo y por detrás, me acerqué al individuo, que acababa de empuñar su pistola (la cual, todavía no había llegado a apuntar contra Mora); evidentemente, él no había advertido mi presencia, por eso se sorprendió totalmente cuando escuchó el disparo que yo efectué, que fue seguido por otro, cuando se dio vuelta, en un intento de abrir contra mí, un fuego que, por lo herido que estaba, no llegó a concretar; pocos segundos después, cayó al piso; Mora rápidamente se levantó y pateó la pistola a un lado, para que el tipo no pudiera volver a empuñarla; seguidamente, advirtiendo que yo estaba un poco conmocionado, me sacó el revólver de las manos y después, suavemente me arrastró hacia el lado derecho del auto para, una vez frente a su puerta delantera, decirme que subiera; yo subí y ella velozmente fue hacia el otro lado para abordar el vehículo desde el asiento del conductor; una vez hecho esto, lo arrancó, y a gran velocidad, lo condujo.
   Una vez lejos del lugar, Mora me tomó de una mano y, con su hermosa y suave voz, me dijo:
   -¡Bien bien! ¡Estuviste re bien, mi amor!
   Por lo extremo de la situación que acababa de tener lugar, recién cuando me tomó de una mano, advertí que desde su labio inferior, producto del cachetazo que el tipo le había dado, Mora sangraba; entonces acerqué mis labios a los de ella y correspondidamente, los besé; una vez su sangre en mi boca, la tragué, y fue entonces que las escenas de lo que acababa de pasar, me invadieron: vi a mi novia acercarse a la vivienda, vi la ventana rota, vi el fuego, vi... TODO.
   Tras unos minutos de manejar por la ruta, Mora estacionó a un lado y me abrazó; nos abrazamos, y abrazados permanecimos en silencio durante más de un minuto; el abrazo que entonces, entre nosotros, tuvo lugar, fue uno de los más conmovedores que en nuestras vidas, nos dimos; después, mi novia volvió arrancar el auto y a manejarlo con rumbo a nuestra vivienda.