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miércoles, 8 de enero de 2025

Benditos pajaritos (cuento) - Martín Rabezzana

(El siguiente cuento es una continuación de otro llamado: “Revolucionarios americanos del futuro”, publicado en mi libro: “Ni olvido ni perdón. REVANCHA” -que es a su vez, una continuación del cuento: “Hermanos alados”, publicado en mi libro: “Llamamiento a la violencia”-; hay además, en la siguiente historia, una continuación del personaje llamado: Victoria Sáez Carrera, que aparece por primera vez en: “Vanguardia antipsiquiátrica”, texto publicado en mi libro: “Fanatismo que todo destruye y todo construye”).

-Palabras: 1.768-



2033.

   La mujer dijo:
   -No fue por maldad que la psiquiatrizaron, sino por ignorancia; la mayoría no tiene ni idea de qué se trata realmente la psiquiatría.
   Su interlocutor dijo:
   -No estoy en absoluto de acuerdo;… La inmensa mayoría de las personas, sabe perfectamente que la psiquiatría es, no sólo nociva, sino hasta siniestra, aunque mucha información a este respecto, no tenga, pero de modo inconsciente, instintivo, lo sabe; la prueba de esto está en que, ante cualquier discusión mínimamente airada entre dos partes, es absolutamente COMÚN que recíprocamente se acusen de “estar mal de la cabeza”, que se digan cosas de tipo: “Tenés que ver a un psiquiatra”, “Tenés que estar medicado”, “A vos te tienen que internar”, etcétera… El hecho de que en momentos de odio, las personas se digan cosas así, da cuenta de que perfectamente saben que la psiquiatría NO ES BUENA, sino MALA, ya que NADIE le desea algo bueno a alguien a quien odia;... a alguien a quien uno odia, lo que le desea, es la muerte, o, por el contrario, le desea una larga y dolorosa vida. Le desea la invalidez. Le desea que viva para ver morir a sus hijos, y otra cosa que uno comúnmente le desea a alguien a quien odia, es la psiquiatrización, en cambio, a alguien a quien uno aprecia, a quien uno respeta, a quien uno quiere, lo que le desea, es que NUNCA JAMÁS, le pase NADA de eso.
   Tras varios segundos de silencio, la mujer dijo:
   -Entonces… habría que ir también contra los padres de Lucila…
   El joven dijo:
   -No… ellos ya se arrepintieron de lo que le hicieron a su hija;… distinto sería, si lo reivindicaran, pero no es el caso.
   Esta conversación se dio en la camioneta en la que viajaban varios integrantes de la agrupación armada: “Defensores de América”, tras haberle dado muerte a cinco terroristas de estado (un psiquiatra, una asistente social, un “acompañante terapéutico” -que era también psicólogo- y una terapista ocupacional) que habían intervenido en la destrucción física y psíquica de una chica llamada Lucila.

Semanas después

   Por los hechos ya referidos, tres de los nueve defensores americanos que habían participado de los mismos, fueron detenidos por las autoridades.
   En las inmediaciones de los Tribunales Federales de La Plata, en donde serían juzgados, la abogada Victoria Sáez Carrera, que había asumido la representación legal de los defensores americanos y pertenecía a la ONG: “Alianza Contra la Coerción Psiquiátrica y Psicológica”, se dispuso a responder a las preguntas de ese grupo humano servil a las autoridades, que es el periodístico, que, por su propia naturaleza repudiable, defiende a la psiquiatría (así como también defiende a tantas otras cosas indefendibles).
   A Sáez Carrera (que en 2031, junto al Ministerio Público Fiscal, había abogado exitosamente por la condena de la directora de un manicomio por delitos de lesa humanidad, habiendo ella actuado según el protocolo psiquiátrico vigente, constituyendo tal caso, un hito judicial mundial, que, lamentablemente, en los años siguientes no había podido ser replicado), uno de dichos voceros del poder concentrado, le preguntó:
   -¿Considera usted que sus defendidos, son exculpables?
   Ella respondió:
   -A nivel legal, no, sin embargo, es necesario contextualizar para que se entienda por qué hicieron lo que hicieron: el accionar del estado, que de la psiquiatría se sirve para privar de la libertad a las personas y torturarlas con drogadicción y más cosas, sin necesidad de que hayan cometido delitos ni de que hayan sido siquiera acusadas de haberlos cometido (y todo esto, SIN DEBIDOS PROCESOS previos), es claramente violatorio de derechos humanos internacionalmente reconocidos, de ahí que las poblaciones cuyos derechos son por el estado, permanentemente vulnerados, estén en permanente posición defensiva frente al mismo y tengan derecho a actuar ante la agresión, devolviéndola al sector del cual, la misma procede, y esto es lo que han hecho mis defendidos: han usado la violencia, sí, pero a la misma, no la iniciaron, ya que respondieron a una violencia institucional, previa, no obstante, admito que, por las circunstancias en que la usaron, ningún tribunal los va a absolver, sin embargo, a la hora de los magistrados, imponerles una pena, deberán tener en cuenta los motivos por los cuales, mis defendidos, actuaron con violencia; esos motivos, que son mayormente los que acabo de exponer, deberán constituir atenuantes.
   Otro periodista le dijo:
   -Aun si fuera verdad lo que usted dice en contra de los psiquiatras, que llevaría a una atenuación de las penas para sus clientes... ellos mataron solamente a un psiquiatra, sus otras víctimas fueron una asistente social, un acompañante terapéutico y una terapista ocupacional.
   Sáez Carrera, prontamente respondió:
   -Todos ellos responden a un poder superior, parajudicial, que es el psiquiátrico, de ahí que, por ser parte de la misma empresa que los psiquiatras, sean sus partícipes necesarios y tengan la misma responsabilidad y culpa, que estos últimos.
   -¿También a los psicólogos, mete en la misma bolsa?
   -Por supuesto; los psicólogos son los principales cómplices de los secuestradores, torturadores y envenenadores, autoproclamados: psiquiatras.
   Una periodista le dijo:
   -Si usted considera que la psiquiatría es nociva, entre otras cosas, por considerar a los psicofármacos, malos para la salud, ¿por qué no está entonces a favor de la psicoterapia? Ya que asumo que no lo está, siquiera en el caso de alguien que ha pasado por un hecho traumático.
   -Porque la psicoterapia es la antesala de la psiquiatría, y la psiquiatría es tragedia, tortura, e instrumento de aplicación del derecho penal de autor, por lo cual, si la idea es que alguien que ha pasado por algo muy negativo, mejore en lo anímico, lo más recomendable es que NO VAYA AL PSICÓLOGO.
   Otro periodista le dijo:
   -Si usted tiene un mal concepto de la psiquiatría, y considera que los psicólogos son cómplices de los psiquiatras, ¿por qué en vez de oponerse a las psicoterapias, no aboga por su separación de la psiquiatría?
   -Porque a una y otra disciplina, las considero indivisibles; en teoría, la psicología y la psiquiatría, son disciplinas opuestas e incompatibles, pero en la práctica, los psicólogos “trabajan” en colaboración con los psiquiatras, y a ellos, permanentemente les entregan víctimas (y quien no lo hace, es una excepción), es por eso que el oponerse al accionar psiquiátrico y en paralelo, reivindicar (o tolerar) el de los psicólogos (cosa que entre los militantes de la antipsiquiatría, ha sido de lo más común), constituye un gravísimo error;... siendo la psiquiatría, una evolución natural de la psicoterapia, lo que corresponde es defender a ambas disciplinas u oponerse a ambas, por igual; yo, a ambas me opongo, y es IMPORTANTÍSIMO que la ciudadanía se involucre en este tema, porque, a diferencia de lo que la mayoría cree, y esto es, que hay que estar loco para ser coercitivamente psiquiatrizado, no existe forma de ser, de pensar ni de sentir, que no sea considerada por los psiquiatras como patológica, y así lo consideran, sin necesidad de presentar evidencias clínicas de que en las personas a las que clasifican como enfermas, existan malos funcionamientos orgánicos, y esto último es lo que se requiere en las ciencias médicas verdaderas, para clasificar a alguien como “enfermo”, de ahí que la psiquiatría (que es la ultraderecha de la medicina) constituya una amenaza permanente para literalmente TODO EL MUNDO... La mayoría debería ser consciente de que la suspensión de derechos a una persona, sólo puede realizarse de modo legal, tras la comisión de algún delito (o de presunción fundada de comisión de delito), por parte de ella; si tal comisión, no se da, ni tampoco hay presunción fundada de ella, y, no obstante, a una persona, el estado le suspende derechos (derecho a la libertad, derecho a disponer del propio cuerpo, lo cual implica, el derecho a elegir si drogarse o no), la misma se encuentra en calidad de SECUESTRADA y TORTURADA, y como el estado, a través de la psiquiatría viola PERMANENTEMENTE derechos y garantías constitucionales, no hay fundamento alguno para decir que el “estado de derecho”, en Argentina ni en el resto de América y del mundo, sea algo en aplicación.
   Otro periodista le dijo:
   -Pero usted, que descalifica el carácter científico de la psiquiatría, no es médica como para juzgar si el accionar psiquiátrico, es válido o no.
   A lo que la abogada respondió:
   -Esto que usted dijo, al tratar esta cuestión, me lo dicen permanentemente, y yo respondo diciendo lo siguiente: tras terminada la última dictadura militar, se inició un juicio en contra de la cúpula de dicha institución; los militares pretendían ser juzgados por tribunales militares, lo cual, el presidente consideró válido, pero finalmente no se hizo, y… ¿por qué? Porque rápidamente quedó claro que los tribunales militares NO QUERÍAN JUZGAR A MIEMBROS DE SU PROPIA INSTITUCIÓN., y de haberlo hecho, de antemano se sabía que los habrían sobreseído, de ahí la necesidad de que fueran juzgados por un tribunal civil, que fue el que finalmente los juzgó y condenó; yo le pregunto: ¿usted considera que fue correcto, que a los militares, no los hayan juzgado, militares? Y si la respuesta es sí, le pido que explique por qué.
   -Sí; me parece correcto, porque ellos no habrían podido ser imparciales al juzgar a miembros de su propia institución.
   -¡Exactamente! Y si usted entiende que a los militares no los deben juzgar militares, que a los policías, no los deben juzgar policías, porque en tales casos, se daría un problema de parcialidad, IRRESOLUBLE, ¿por qué no entiende que, por el mismo motivo, a los médicos NO LOS DEBEN JUZGAR MÉDICOS?
   El periodista no respondió, otro periodista le dijo:
   -Entonces usted considera que…
   En ese momento, entre los transeúntes se dio un temor y una sorpresa, totales, que rápidamente alcanzaron a la doctora Sáez Carrera y a los periodistas, llevándolos a interrumpir la entrevista; el estupor general, fue provocado por el sobrevuelo de tres gorriones gigantes que, en dirección a la alcaidía de la que estaban por ser sacados los tres defensores americanos detenidos, se dirigían.
   Las cámaras lograron filmar a dichos plumíferos cuya existencia, los expertos en zoología, consideraron imposible, como así también, consideraron imposible, todas las personas que en el lugar del hecho, estaban, a lo ocurrido instantes después; lo ocurrido fue lo siguiente: en circunstancias en que los defensores americanos eran sacados de la alcaidía para ser subidos a un camión que los transportaría hasta el juzgado en el que se les tomaría declaración indagatoria, los gorriones, con sus patas, los tomaron de los hombros y, volando velozmente, se fueron del lugar.
   El proceso judicial que en contra de los imputados, estaba por sobrevenir, quedó por esto, indefinidamente suspendido.