jueves, 9 de mayo de 2013

La positiva positividad (cuento) - Martín Rabezzana

  

    Ella se había alejado de él poco antes de subir al barco y se había perdido, él al darse cuenta trató de mantener la calma y empezó a preguntarle a las personas si la habían visto. Las respuestas fueron negativas; tras algunos minutos bajó del barco que iba a zarpar en un rato y se dirigió a las personas con desesperación.
    -¡Por favor! ¡Escuchen! Estoy buscando a una chica de talla media, tiene un vaquero celeste y una remera azul y… … ¿La vieron?
    Las respuestas fueron negativas; volvió a subir al barco, se aproximó desesperadamente a una persona y le dijo lo mismo que a las anteriores; la respuesta fue la misma; tras preguntarle a varias personas más, corrió hacia fuera y siguió preguntando si la habían visto; todos dijeron que no; corrió de nuevo hacia el barco, subió, miró en derredor y no supo qué decir, pero sus ojos vidriosos lo decían todo; una mujer joven que había entendido cuál era la situación del joven se le acercó y le dijo:
    -Informamos por altoparlantes que la estás buscando, ¡y listo!
    Él se sintió agradecido y lo expresó con una sonrisa llena de esperanza; la llamaron por ese medio pero ella no volvió; pasaron varias llamadas sin que ella volviera, él se volvió a poner nervioso y solo con mucha dificultad logró no llorar; la mujer que se le había acercado le dijo:
    -Quedate tranquilo, si se separaron hace unos minutos, no debe estar lejos, al escuchar la llamada por los altoparlantes, va a volver; falta un rato todavía para zarpar. Hay tiempo.
    -Es que si ella se pierde le puede pasar cualquier cosa y yo no lo podría soportar.
    -Pero, ¿no tenés celular? Ella seguramente te va a llamar.
    -Ella no tiene.
    -Bueno, pero si piensa un poco se le va a ocurrir pedirle a alguien que le preste un teléfono para llamarte -dijo la mujer con una leve risa.
    -Por ahí no. Ella se podría asustar y no saber qué hacer, ¡porque ella no es grande, ella!…
    La mujer asumió que se trataba de una nena y preguntó:
    -¿Cuántos años tiene?
    En ese momento la chica apareció, él corrió a su encuentro y se abrazaron; ella estaba un poco nerviosa pero ya aliviada; él no pudo contener las lágrimas y tras besarla en la mejilla, le dijo:
    -¡Pensé que no te iba a ver más!
    Ella, al percibir que él lloraba, se angustió y lo acarició tratando de calmarlo.
    -¡Estoy bien, no te preocupes!
    La mujer que había hablado con el joven no entendía, ya que la chica tenía veinticinco años.
    El barco zarpó y tras un rato, él se sentó y contempló con una sonrisa de alivio a la chica del vaquero y la remera azul que se había sentado frente a una mesa y que vista desde lejos, parecía estar escribiendo; la mujer se acercó al joven.
    -Me alegro de que tu novia esté bien.
    -No es mi novia.
    Pasaron unos segundos en silencio y la chica se levantó y se les acercó sonriente con un papel.
    -¡Mirá! -le dijo a su hermano y le mostró un dibujo.
    -¡Muy lindo!
    Él le sonrió con la mayor dulzura que alguien pueda ser capaz de sentir y la mujer, al ver el dibujo entendió todo.
    La chica se volvió a sentar frente a la mesa y siguió dibujando; él entonces le dijo a la mujer:
    -¿Viste cuando se hace alusión a la falta de cultura o de inteligencia para ofender? ¡Como si no fuera mucho más importante lo que se es como persona que eso!... … ¿Por qué es así?
    Ella, un poco conmovida, le dijo:
    -No sé.
    Tras unos segundos de silencio, él dijo:
    -Está claro que el desarrollo intelectual que se sucede con la formación cultural, le permitió a la humanidad ser la más cruel de las especies conocidas, sin embargo, se le sigue atribuyendo al intelectualismo un valor que no tiene… …Yo idealizaba al intelectualismo y al desarrollar mi intelecto y estar de este lado, me di cuenta de lo poco que el mismo vale y de lo mucho que vale todo lo demás… -y expresando odio con su mirar, prosiguió -Cuando algún hijo de puta dice "ignorante" despectivamente, ¡te juro que me dan ganas de matarlo! Y me dan ganas de lastimarme a mí mismo también.
    -¿Por qué?
    -Porque yo era de esa tendencia antes… …antes de conocerla.
    Ella sonrió y dijo:
    -Se dice que los demás son espejos de nosotros, de ahí que lo que uno critica en otras personas, de una u otra forma, esté en uno mismo.
    Él apartó la vista de ella, pensó en silencio en lo que había dicho y con una sonrisa, asintió.
    -Es cierto… por eso odio tanto a esas personas, porque reflejan algo que es parte de mí, o al menos, que lo fue, y en realidad podemos decir que lo es, ya que lo que uno fue, es lo que lo llevó a ser lo que actualmente es… …Odio esa parte discriminadora que fue mía y no quiero que vuelva a serlo, y si no puedo deshacerme de esa tendencia negativa, quiero al menos reducirla lo más posible en su intensidad.
    Ella lo miró sonriente y le dijo:
    -Creo que ya lo hiciste.
    Le dio un beso y le dijo:
    -Chau.
    -Chau.

    Pasaron varios días; el joven estaba con su hermana en la casa en que convivían; ella había llegado a salvarlo de la negatividad que todo lo rodeaba; se reían, jugaban… se amaban; ella le daba la capacidad de alcanzar de nuevo el bienestar procedente de las cosas más simples, capacidad que con el paso del tiempo se pierde, entonces dicho bienestar se alcanza sólo a través de otros que la tengan.
    Él sentía que la ética absurda e injusta de la mayoría solo vería con desprecio lo que en ellos no estaba mal ni bien tampoco, ya que es obvio que el bien y el mal son conceptos que varían de una cultura a otra y de una persona a otra dentro de la misma cultura y en una misma persona de un período de su vida a otro y en la misma persona dentro del mismo período de un momento a otro, por lo que el bien y el mal propiamente dichos, no existen ya que son conceptos relativos a cada individuo; el bien y el mal están en la percepción, la cual, es muy variable, por lo que ni siquiera para uno mismo está claro siempre qué es bueno y qué es malo, ya que lo mismo que lo hace sentirse bien, puede terminar lastimándolo y volviéndose por eso, negativo, y este es el caso del amor, del amor por ella o por cualquiera, sea correspondido o no; tal sentimiento siempre causa algún daño que a veces es irreparable, ya que no somos como los animales que, como alguien más o menos dijo, se olvidan de un gran maltrato con tan solo la positividad de una caricia; los adultos, a diferencia de los animales y los chicos, no olvidamos, acumulamos resentimiento mucho más que positividad; lo positivo es efímero y se tiene que reforzar periódicamente para que no muera, en cambio, lo negativo es acumulativo; siempre está ahí por positividad que uno experimente; sólo una palabra o un recuerdo hirientes, y la negatividad que parecía superada, resurge y paradójicamente, tal negatividad puede hasta ser positiva, ya que el ser humano adulto aprecia poco a la positividad a diferencia de los chicos; cuando uno se acostumbra a recibir buena onda de los demás, la misma deja de hacerle efecto; por ejemplo: ¿cuántas mujeres hermosas se conmueven ante quienes tienen la "osadía" de importunarlas con su amor? Muy pocas, ya que están acostumbradas a enamorar, a crear sentimientos positivos excesivamente y la costumbre causa aburrimiento, pero a la agresión, que es negativa, no te acostumbrás nunca, por lo que nunca te deja de hacer efecto; a diferencia de lo positivo, lo negativo, a las personas adultas nos hace siempre efecto y si apreciamos lo positivo, lo apreciamos mucho más cuando está mezclado con algo negativo porque la negatividad es el viento que aviva la llama de la positividad, por eso nos acercamos a ella; nos acercamos al sufrimiento de forma inconsciente, ya que sabemos por instinto que aunque al tratar de avivar el fuego nos arriesguemos a quemarnos, de no intentarlo, el mismo tarde o temprano se apaga, pero con esa chica no había riesgo de eso ya que aunque fuera una mujer mayor de edad, no era adulta, por lo que siempre le hacía efecto lo positivo y sabía que siempre lo querría si la trataba bien y acaso también si la trataba mal, pero no siendo adulta de intelecto, lo querría más si la trataba bien, y la negatividad en ella no existía, ella era todo positividad; la negatividad era creada por los demás al verlos juntos, pero eso, lejos de alejarlos, los unía aún más ya que dicha negatividad era para ellos, el viento que avivaba la llama de la positividad de su relación.
    Ella se le acercó y le dijo:
    -¿Estás contento de que viva con vos?
    -¡Sí, obvio!
    Ella sonrió y se sintió feliz, y esa felicidad era propiedad común de ambos, por lo que él también se sintió feliz.
    Aquella enfermedad que la chica sufrió a los siete años la había condenado a la dependencia propia de esa edad, pero también le permitió volverse lo más valioso de la vida para su hermano y crearle una dependencia de ella que lejos de ser para él, una carga, era la felicidad casi absoluta de la que era consciente, ya que no olvidaba que solo había logrado superar a una casi constante adversidad, con su llegada a su vida.

jueves, 28 de marzo de 2013

La nostalgia (cuento) - Martín Rabezzana


     Una noche de verano de fines de los noventa, un joven se encontraba caminando por las calles; vio a una chica sentada en la entrada de una casa y quiso acercarse a ella pero dudó en hacerlo por la posibilidad de asustarla, sin embargo, ella, en vez de asustarse y alejarse, le sonrió y le pidió con una seña que se le acercara, él se le acercó y ella le dijo:
   -¡Hola! ¿Te quedás a hablar conmigo un rato?
   Él, sonriendo dijo que sí; se sentó a su lado y le preguntó:
   -¿Cómo te llamás?
   -Prefiero no decírtelo.
   -¿Por qué?
   -Porque quiero que nos conozcamos y sigamos siendo extraños.
   Él, con sorpresa le dijo:
   -¿No querés saber mi nombre?
   -No -respondió prontamente.
   Ella le propuso caminar hasta una plaza cercana que por bien cuidada e iluminada que estuviera, casi siempre estaba desolada por las noches; hacia allá se dirigieron y al llegar se sentaron en un banco; ella, sonriendo dijo:
   -¡Es hermoso este lugar! ¿Sabés cómo era en los ochenta?
   -No.
   -Era un espacio verde y venían circos a poner sus carpas, y como a los vecinos les molestaba, plantaron árboles para que no vinieran más; yo de chica llegué a ver algunas funciones. Vine con mi abuela… ...Ahora que tengo conciencia de lo cruel que es para los animales, no lo recuerdo con alegría, ni siquiera por haber venido con mi abuela siento alegría al acordarme de ese tiempo.
   -¿Por qué?
   -Por todo lo bueno que no vuelve.
   Ella mostraba una melancolía propia de una persona grande como no era, ya que apenas contaba con dieciocho años; él le dijo:
   -Por tu nostalgia, es obvio que estás triste, ya que la nostalgia es tristeza, pero también es felicidad.
   -¿Cómo que es felicidad?
   -Sí; por ejemplo, si se te fuera a conceder un deseo, ¿qué pedirías?
   Ella lo pensó un poco y sonriendo dijo:
   -¡Viajar por el mundo! ¡Parar en los mejores hoteles! Nunca salí del país pero me imagino que viajar debe ser lo mejor de la vida.
   Él la miró con seriedad y le dijo:
   -Me dijiste que viniste con tu abuela, ¿está viva?
   Ella dijo que no con la cabeza.
   -¿La querías?
   Ella asintió; él, tras varios segundos de silencio, continuó.
   -Te lo pregunto otra vez; si se te fuera a conceder un deseo, ¿qué pedirías?
   Ella lo pensó un poco y dijo:
   -Volver el tiempo atrás y estar con ella, ¡y con mi abuelo también!
   Estuvieron en silencio un rato y después él dijo:
   -Es muy común que al pensar en qué es lo que a uno más le gustaría tener en la vida, piense en cosas "grandes" que nunca tuvo, sin embargo, si lo piensa mejor, se da cuenta de que lo que más querría tener es probablemente algo que ya tuvo, y no es algo "grande", sino algo simple como una reunión familiar a la que no sintió en el momento como algo valiosísimo y con el tiempo terminó dándose cuenta de que sí lo fue… Esas "pequeñas cosas" son en realidad las más grandes.
  Ella, con tristeza dijo:
   -Sí, es como el dicho: "no se aprecia algo hasta que se lo pierde".
   -A veces sí se lo aprecia, no es que uno nunca le dé valor a algo al tenerlo, es que aunque se lo dé, lo valora aún más cuando ya no lo tiene, y no necesariamente porque el recuerdo idealice y uno crea muchas veces que fue muy bueno un tiempo que en realidad no lo fue tanto, sino porque un momento feliz, al irse se vuelve recuerdo y a su vez, perfección… Un momento de felicidad es la casi perfección, la perfección absoluta está sólo en el recuerdo del mismo; la nostalgia es el recuerdo de la felicidad, y como el momento feliz, pasó, a uno lo entristece recordarlo, pero por ser feliz, también lo hace sonreír, por eso digo que la nostalgia es tristeza pero también felicidad.
   Ella, con ansia de saber, le preguntó:
   -Entonces, ¿la felicidad absoluta es inalcanzable?
   -Sí, la felicidad absoluta es la perfección y la perfección es inalcanzable, pero la casi perfección de los buenos momentos, ¡está buenísima!; aunque no sea felicidad absoluta, es felicidad.
   Ella lo miraba con una expresión por momentos triste, por momentos alegre; él continuó.
   -Si bien no es positivo "vivir en el pasado", tampoco es del todo positivo vivir sólo en el presente; es bueno ponerse nostálgico de vez en cuando porque solamente la nostalgia te permite reconocer a lo mejor de la vida; si no te ponés nostálgica de vez en cuando, podés no reconocer a un momento precioso al vivirlo y tarde o temprano sí lo vas a reconocer como tal y vas a lamentar el no haberlo apreciado por no haberlo reconocido siendo presente.
   Ella lo miró con admiración y sintió que lo que él había expresado era una verdad absoluta; no supo qué más decir y él tampoco; se quedaron en silencio un rato y después se pusieron a hablar de cualquier cosa; pasaron varias horas en que caminaron por la plaza, se rieron y al volver a estar en silencio sentían que estaban en un momento casi perfecto que se volvería en el futuro absolutamente perfecto al ser llevado a sus memorias por la nostalgia.
   Se hicieron más de las dos de la mañana y él dijo:
  -Bueno, ya es tarde; te acompaño a tu casa.
  Caminaron hacia la casa de la chica y por alguna razón, no hablaron de si se iban a volver a ver; al llegar, él le dijo:
   -Chau.
   -Chau.
   Él se fue y ella lo miró alejarse presintiendo que no se volverían a ver.
   Cuando él estuvo lejos y ya no podía escucharla, ella, en voz baja le preguntó:
   -¿Cómo te llamás?

sábado, 23 de febrero de 2013

Antipsiquiatría y alternativas naturales a la psiquiatría (versión breve) - Martín Rabezzana

1. LA PSIQUIATRÍA ES PSEUDOCIENTÍFICA

Según la psiquiatría los desórdenes mentales son causados ​​por un desequilibrio químico en el cerebro que se corrige con fármacos; los psiquiatras lo comparan con la diabetes porque es un desequilibrio de la glucosa; la diabetes se caracteriza por un aumento de glucosa (azúcar) en la sangre, causado principalmente por una insuficiente producción del organismo de insulina. Cuando el diabético recibe insulina, su nivel de azúcar en la sangre se normaliza; para poderse saber cuál es el nivel de glucosa en la sangre, hace falta una muestra de sangre, para poderse saber cuáles son los niveles químicos del cerebro, hace falta una muestra de cerebro imposible de obtener de un ser vivo; hablar de un desequilibrio en este caso es ridículo porque no hay ninguna prueba de laboratorio que indique cuáles son los niveles químicos del cerebro, por eso los psiquiatras tratan a las personas en base a sus síntomas y no las mandan a hacerse análisis alguno que determine si tienen una enfermedad y, de tenerla, qué "enfermedad" tienen antes de prescribirles fármacos a diferencia de lo que hacen los médicos.

No hay pruebas de laboratorio que indiquen cuáles son los niveles químicos del cerebro por lo que no se puede hablar con fundamento de un desequilibrio químico como causante de desórdenes mentales; la teoría psiquiátrica del "desequilibrio químico" es totalmente pseudocientífica pero al mantenerse la creencia en la misma, se venden drogas para supuestamente corregirlo que son muy redituables para la industria farmacéutica y que no son NUNCA necesarias.

2. EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS PSICOFÁRMACOS Y CÓMO DEJAR DE TOMARLOS

Inquietud, ansiedad, irritabilidad, agresividad, somnolencia, depresión, disfunción sexual, discinesia (movimientos musculares involuntarios), deseos y conductas suicidas, trastornos del sueño, accidente cerebrovascular, diabetes, hipertensión, taquicardia, pérdida de equilibrio, alucinaciones, dificultad para respirar, náuseas, daño cognitivo, pérdida de pelo, movimientos incontrolables de los ojos, problemas generales en la vista (incluyendo algunos que pueden causar ceguera), fiebre, convulsiones, insomnio, mareos, vómitos, incontinencia urinaria, dificultad para tragar, ataques de pánico, delirios, acatisia -incapacidad de mantenerse quieto-, paro cardíaco y muchos otros.

Todos estos efectos están presentados por los laboratorios productores de psicofármacos en los prospectos de los mismos.

Efectos negativos graves tienen lugar en personas sanas por la toma de dosis de psicofármacos prescritas (aún las más bajas) y sin mezclarlas con otras drogas ni con alcohol; esto que los psiquiatras niegan, está reconocido por los laboratorios productores de psicofármacos.

El efecto "positivo" que a veces tiene lugar con la toma de psicofármacos es paliativo, no curativo (pero en la mayoría de los casos no hay ningún efecto positivo); es el mismo efecto que pueden causar las drogas ilegales, pero aún en el caso en que el mismo exista, al igual que sucede con las drogas ilegales, después de un tiempo de consumo los efectos negativos siempre superan a los positivos.

Los problemas causados por la toma de fármacos (siendo la disfunción sexual uno de los más comunes) pueden extenderse por años tras la misma haberse suspendido porque la toxicidad del consumo por años de fármacos se acumula en el organismo y al cuerpo le puede tomar años desintoxicarse totalmente; si se deja de tomarlos a tiempo los daños son reversibles, pero si se los consume por un período demasiado largo, no lo son.

Para dejar de tomar fármacos hay que ir disminuyendo gradualmente las dosis consumidas hasta eliminarlas; si se suspende el consumo abruptamente se puede llegar a sufrir de un síndrome de abstinencia grave que puede acarrear trastornos físicos y mentales.

El libro “Discontinuación del uso de drogas psiquiátricas” del autor Will Hall propone una reducción gradual de las dosis de los fármacos consumidos del 10 %; si tras un tiempo (una o dos semanas) uno no experimenta malestares importantes, se continúa disminuyendo otro 10 %; en el caso de experimentarse malestares graves por la reducción de la dosis, se puede considerar volver a la dosis anterior y empezar de nuevo a reducirla tras unos días.

Las dosis pueden bajarse al cortar la pastilla que se consuma y si los fármacos que uno consume se diluyen en líquido, en el libro mencionado proponen diluirlos siempre en la misma cantidad de agua e ir reduciendo las dosis consumidas al ir dejando cada vez más líquido en el vaso.

Si uno toma más de un fármaco por día,  al intentar dejarlos hay que hacerlo de a uno a la vez, es decir, primero hay que lograr dejar un fármaco y recién ahí se debe intentar dejar otro.

El tiempo que toma superar una adicción es altamente variable; a algunos les toma días, a otros, semanas o meses, y a otros, años.

Algo fundamental para superar una adicción es hacer una buena dieta ya que el organismo necesita nutrientes para realizar cualquier esfuerzo, y como el superar una adicción requiere muchas veces de un gran esfuerzo, ante la falta de los mismos, uno puede llegar a fracasar en su intento de superarla.

(Para superar adicciones algunos recomiendan la acupuntura).

3. MI EXPERIENCIA CON PSICOFÁRMACOS

Yo tomé psicofármacos recetados por psiquiatras y sufrí de terribles efectos (ninguno positivo); tuve una sensación constante de incomodidad, perdía el control de la vista, estaba constantemente cansado y paradójicamente tenía acatisia -incapacidad de mantenerse quieto-; una noche por unas ocho horas no podía quedarme quieto; en la cama cada unos veinte segundos tenía que cambiar de posición, después me levantaba, tenía que acostarme de nuevo (años después supe que esto era causado por la arritmia provocada por las drogas), me quería morir todos los días -increíblemente los antidepresivos aumentan los deseos suicidas-, cuando tragaba me ardía la garganta y sufrí de otros efectos que prefiero no mencionar; resumiendo: tuve un terrible desarreglo físico y mental causado por el consumo de psicofármacos y cuando dejé de tomarlos (tras casi dos años) me mejoré inmediatamente; años después supe que estos efectos negativos son normales en todos, que la mayoría de quienes tomaron psicofármacos dice no haber experimentado ningún efecto positivo, y que hay un movimiento antipsiquiátrico iniciado por psiquiatras -del que son parte muchos médicos y psicólogos- que denuncia que la psiquiatría es pseudocientífica y no sólo que los psicofármacos no curan a nadie de nada, sino que además hacen un daño que a veces es irreparable.

4. LAS VERDADERAS CAUSAS DE LOS DESÓRDENES MENTALES

Los psiquiatras clasifican a las personas como "enfermas" sin presentar ninguna prueba de laboratorio que indique la existencia de una enfermedad (a diferencia de lo que hacen los verdaderos médicos); si no hay una prueba de laboratorio que demuestre la existencia de una causa física de un desorden mental, es lógico suponer que sus causas son psicológicas, y aunque el problema exista, no es un problema que deba ser tratado médicamente, pero a veces sí hay causas físicas de los desórdenes mentales; por ejemplo, la medicina convencional -no sólo las alternativas- reconoce que ciertas deficiencias nutricionales pueden causar desórdenes mentales; la deficiencia de la vitamina B6, B9 (ácido fólico) y B12, aumenta el nivel de homocisteína que es un aminoácido neurotóxico; el mismo intoxica al cerebro y puede causar cualquier desorden mental, desde depresión hasta psicosis; la deficiencia del mineral magnesio también está reconocida por la medicina convencional como responsable de desórdenes mentales, pero como los tratamientos para estos problemas son nutricionales, los psiquiatras deciden ignorarlos porque su trabajo se basa en el tráfico de drogas y no de productos nutricionales -las deficiencias nutricionales se pueden dar en una persona que come bien por haber en ella un problema en la absorción de nutrientes-.

Según un estudio de la universidad de Durham, Inglaterra, EL CONSUMO DE UNOS TRESCIENTOS MILIGRAMOS DE CAFEÍNA POR DÍA PUEDE CAUSAR ALUCINACIONES auditivas y/o visuales, y según un estudio de Australia posterior al mencionado, el consumo de unos doscientos miligramos en condiciones de estrés puede causar alucinaciones auditivas (también se dieron alucinaciones en algunas personas que no consumieron una cantidad importante de cafeína, lo cual puede suceder si uno tiene alergia o intolerancia a la misma ya que en tal caso un consumo aún moderado puede dañar seriamente).


Hay enfermedades físicas que pueden causar desórdenes mentales; la sífilis, la enfermedad de Wilson, y otras, pero estos problemas entran en la categoría de problemas físicos y no mentales (LAS ENFERMEDADES "MENTALES" NO EXISTEN), pero aunque los tratamientos para estos problemas sean con fármacos, no son los que los psiquiatras prescriben, pero si alguien tiene alguno de estos problemas físicos que alteran la psiquis, los psiquiatras no se enteran nunca porque no buscan ninguna evidencia de un problema físico en sus pacientes y suministran drogas que no son nunca adecuadas y que hacen un daño terrible; drogas que lejos de resolver problemas, causan muchos otros, mentales y físicos que a veces hasta incluyen la muerte y años previos de invalidez.

Para mí no significa nada que algo esté reconocido por la medicina convencional ya que la psiquiatría es parte de la misma y es pseudocientífica, pero dejé en claro que las deficiencias nutricionales están reconocidas por ella como causantes de desórdenes de la psiquis en caso de que alguien crea que todo lo alternativo es pseudocientífico, pero si escuchamos lo que dicen medicinas alternativas como por ejemplo, la ortomolecular (que en mi opinión tiene razón en muchas cosas -aunque no en todo- en lo referente a las causas de los desórdenes mentales), existen más deficiencias nutricionales que causan desórdenes mentales que las que están reconocidas por la medicina convencional y hay otras causas como las alergias a los alimentos, la mala calidad de sueño -la privación del sueño se usa como tortura y se sabe que el resultado de la falta de sueño es un desorden mental-, la intoxicación con metales pesados, la intoxicación con empastes dentales, la "sensibilidad química múltiple", que se caracteriza por una reacción negativa a los químicos en general (los de los pesticidas, de los aditivos alimentarios, de los fármacos, de los cosméticos, de las pinturas, insecticidas, etc.) e implica problemas físicos y mentales -los ambientalistas denuncian que hay intereses comerciales que no permiten que esta condición sea reconocida en la mayor parte del mundo, pero en Alemania en Austria y en Japón ya está reconocida-, y la exposición a radiaciones electromagnéticas como las procedentes de celulares, antenas y aparatos eléctricos en general; en estos casos el "tratamiento" consiste en consumir sólo productos "orgánicos", es decir, los que no son tratados con químicos y no solamente los alimentos, sino también los cosméticos (pueden encontrar recetas para producir cosméticos naturales en internet), en hacer una buena dieta y ejercicio ya que ayudan a desintoxicarse y en exponerse lo menos posible a campos electromagnéticos; es mejor usar un teléfono de cable que uno inalámbrico, el teléfono celular es mejor no usarlo y el WiFi puede reemplazarse por conexión por cable.

Para recuperarse de la sensibilidad química múltiple, de la fibromialgia, del síndrome de fatiga crónica (que oficialmente no tienen cura) y de muchos otros problemas, cada vez más gente recomienda el consumo de AGUA DE MAR cuyos beneficios están reconocidos por algunos médicos; tras asegurarse de que el mar no esté contaminado, se puede consumir su agua sin miedo a ningún daño.

El consumo de drogas (incluso de marihuana) puede causar desórdenes mentales; si una persona las consume por años, a su organismo le toma meses y a veces hasta años desintoxicarse totalmente, lo cual puede resultar en que la persona siga intoxicada aunque haya dejado de tomarlas y por consiguiente, que siga presentando efectos de las drogas entre los que pueden estar la alteración de la psiquis, en tal caso simplemente hay que dejar pasar el tiempo para recuperarse ya que la desintoxicación total generalmente el cuerpo la hace sin ayuda externa y si se quiere contribuir a la misma, se hace con una buena dieta, ejercicio e hidroterapia -de la cual hablo más adelante-.

El origen de los desórdenes mentales en algunos casos puede ser psicológico, como lo demuestran los tratamientos de entre otros, el psiquiatra escocés Ronald Laing; él junto a otros psiquiatras le dio tratamientos sin fármacos a personas que sufrían de psicosis consistentes simplemente en la provisión de un ambiente distendido y la mayoría en un período de seis meses se restableció completamente, lo cual demuestra que un nivel muy alto de estrés puede alterar la psiquis y al mismo disminuir la persona afectada se puede restablecer (tal restablecimiento algunos lo logran por cuenta propia al tratar lo más posible de distenderse), y actualmente en Finlandia se aplica el "diálogo abierto" que es un técnica psicológica que restableció a una mayoría de psicóticos SIN FÁRMACOS Y SIN HOSPITALIZACIÓN; las personas en crisis son tratadas en sus casas por un equipo de psicólogos y en la mayoría de los casos se recuperan.

Cuando alguien pasa por una situación muy negativa, puede sufrir del llamado "estrés postraumático", para tratarlo existe una terapia llamada EMDR que consiste en inducir a una persona sufriente de un trauma a realizar determinados movimientos oculares mientras recuerda el suceso que le causó tal problema; aparentemente la información de un suceso negativo a veces se procesa incorrectamente durante el sueño causando traumas emocionales y tal terapia ayuda a reprocesarla correctamente resultando en que los mismos se superen.

El EMDR tiene una eficacia probada en casos de estrés postraumático, al parecer la misma es dudosa en el caso de otros desórdenes mentales, pero también se la está aplicando para tratar otros problemas como la ansiedad y las adicciones.

La hipnosis también es utilizada por algunos psicólogos y con la misma (según quienes la usan) se pueden alejar recuerdos traumáticos y superar fobias en pocas sesiones; admito no saber mucho de la hipnoterapia pero como no es un tratamiento agresivo, creo que es positivo tenerlo en cuenta -algunos dicen que el EMDR es hipnosis con otro nombre, de ser así, significa que la hipnosis funciona-.

5. CONCLUSIÓN

Cuando un médico le diagnostica a alguien cáncer, lo hace en base a pruebas de laboratorio que demuestran su existencia. Cuando le diagnostica a alguien diabetes, lo hace en base a pruebas de laboratorio que demuestran su existencia. Cuando un psiquiatra le diagnostica a alguien psicosis, depresión, etcétera, no lo hace en base a NINGUNA prueba de laboratorio que demuestre la existencia de estos problemas, y esto está admitido en los textos psiquiátricos ya que en los mismos al referirse a las causas de los desórdenes mentales se usa el término "hipótesis"; los textos psiquiátricos demuestran la condición pseudocientífica de la psiquiatría ya que reconocen que ninguno de sus conceptos está demostrado; LOS NEURÓLOGOS NO TRATAN A LAS ENFERMEDADES "MENTALES" PORQUE LOS CONCEPTOS DE LA PSIQUIATRÍA NO LOS RECONOCE LA NEUROLOGÍA.

La toma de psicofármacos causa problemas físicos y mentales; los antidepresivos aumentan el riesgo de suicidarse, los "calmantes" aumentan la agresividad (como dije, esto lo admiten los laboratorios productores de psicofármacos), por lo que si bien si una persona que tiene un problema de los llamados "mentales" necesita ayuda, la misma no se encuentra en los psicofármacos; los mismos sólo empeoran cualquier situación.

En la antipsiquiatría llegaron al extremo de decir que no hay ninguna causa física de los desórdenes mentales y no es así; a veces sí hay causas físicas de los mismos, pero nunca son las que los psiquiatras dicen que son.

Como ya dije, hay deficiencias nutricionales que pueden causar desórdenes mentales, otras causas de los mismos son la mala calidad de sueño e incluso las alergias e intolerancias a diferentes productos (productos muy relacionados con los desórdenes mentales son la cafeína, el tabaco, la leche, los lácteos, los huevos, el gluten, los pesticidas y los aditivos alimentarios -pero se puede ser alérgico a cualquier producto-), y la recuperación, de ser la sensibilidad a ciertos elementos consumidos la causa de un desorden mental, tiene lugar con su eliminación del consumo -la suspensión del consumo de elementos nocivos, ya sean drogas, alcohol, tabaco, cafeína, lácteos, agrotóxicos, etc., debe ser gradual y no abrupta para evitar el síndrome de abstinencia-, y aún cuando en algunos casos un tratamiento es necesario (como el de la medicina ortomolecular), en la mayoría de los casos solo mejorando la dieta, haciendo un poco de ejercicio y exponiéndose moderadamente al sol, estos problemas se pueden resolver -el aumento de la circulación sanguínea causado por el ejercicio mejora la oxigenación, la absorción de nutrientes y la calidad del sueño-.

Para estar lo más saludable física y mentalmente posible, se tiene que consumir a diario frutas y/o verduras crudas y semillas como las nueces, almendras, etc., preferentemente orgánicas, poca (o nada) azúcar de mesa y cafeína, pocos productos envasados (o ninguno), debido a los aditivos tóxicos que contienen, en caso de consumirse productos animales, el consumo debe ser moderado y lo mismo se aplica al consumo de legumbres y cereales, sobretodo los refinados ya que son muy nocivos; los cereales más saludables son los integrales, por lo que es mejor consumir arroz integral, y no blanco -que es el refinado-, pan integral, pasta integral, etc. (es normal sufrir de diarrea al empezarse a consumir a diario frutas y verduras, pero tras unas semanas de consumo, los trastornos digestivos desaparecen); se tiene que hacer una caminata unas cuatro veces por semana durante unos cuarenta minutos; no la recomiendo por mucho más a los que recién se inician y por lo tanto, no estén en forma porque la tensión en la columna que causa el ejercicio puede provocar dolor de cabeza -la tensión en la columna la causa a veces un colchón en malas condiciones, por lo que lo mejor es cambiarlo una vez por año y los fabricantes recomiendan darlo vuelta de izquierda a derecha y de la parte de la cabeza a los pies una vez por mes para que el hundimiento sea parejo y no afecte la columna ni disminuya la calidad de sueño-, se tiene que tomar sol MODERADAMENTE, ya que está probado que la exposición al sol moderada refuerza el sistema inmunológico, mejora la calidad del sueño, el estado anímico y previene del cáncer; hay que cubrirse la cabeza y tratar de no exponer los ojos y se recomienda una ducha breve o un lavado rápido de agua fría tras su toma; yo tomo sol como mucho dos veces por semana durante un máximo de quince minutos y estando descalzo, ya que la radiación solar acumulada en el cuerpo causa al día siguiente de su toma, dolor de cabeza y a veces otros malestares, pero como dicha radiación se descarga en tierra, tomando el sol estando descalzo sobre la tierra, se evita todo malestar (salvo en el caso en que quien lo tome sea alérgico al mismo; sólo en ese caso se recomienda evitar exponerse al sol); también la ducha alternante de agua caliente y fría es buena para la salud física y mental; esta forma de HIDROTERAPIA que entre otras cosas, contribuye a desintoxicar, consiste en ducharse normalmente con agua caliente unos minutos, después cerrar la canilla de agua caliente y abrir la de la fría e ir exponiendo el cuerpo a la misma por partes; primero hay que exponer una pierna un máximo de tiempo de ocho segundos, después la otra, después un brazo, etc., hasta exponer todo el cuerpo, tras lo cual uno se vuelve a duchar con agua caliente un rato y después repite la ducha con agua fría; esto hay que hacerlo tres veces siendo la última ducha, de agua fría; se recomienda vestirse sin secarse pudiendo hacerse excepción del pelo; la ducha al mismo tiempo en todo el cuerpo no la soporta casi nadie y hasta puede ser nociva, pero realizada de este modo sí es soportable y beneficiosa; hasta la medicina convencional reconoce que mejora el sistema inmunológico, el estado de ánimo y contribuye a bajar de peso por acelerar el metabolismo -está contraindicada en quienes tengan problemas cardíacos-; se recomienda realizarla en ayunas; otra cosa importante para la salud es tomar una buena cantidad de agua al despertarse y se tiene que tener en cuenta el efecto que cada producto tiene en el propio cuerpo ya que a veces una alergia o una intolerancia no es fácil de reconocer (lo que hay que hacer en estos casos son dietas rotativas, es decir, seguir una dieta específica por un tiempo y después cambiarla, así se puede llegar a determinar cuáles son los efectos de los diferentes alimentos en el propio organismo), y dado que el estrés está muy presente en quienes sufren de desórdenes mentales, es obvio que en muchos casos es una de las causas de los mismos por lo que hay que tratar de distenderse para recuperarse de un desorden de la psiquis o evitar que tenga lugar, y a la distensión contribuyen el yoga, el tai chi, la meditación, los masajes, la sofrología -técnica de relajación- y el reiki.

Si alguien decide no creer en los conceptos de la antipsiquiatría y tiene la intención de recibir un tratamiento psiquiátrico, le sugiero que primero intente con lo alternativo y que deje al tratamiento convencional como último recurso.

("Alternativo" en medicina es un tratamiento que no es el convencional, y "complementario" es cuando el tratamiento alternativo se combina con el convencional; muchos practicantes de lo alternativo quieren que sus tratamientos sean complementarios por miedo a las consecuencias legales de recomendarle a sus pacientes no realizar el tratamiento convencional; el tratamiento alternativo en psiquiatría NUNCA debe ser complementario ya que ni como paliativos siquiera en los primeros días suelen servir los psicofármacos, por eso les aconsejo que traten de encontrar a los médicos alternativos que no combinen sus tratamientos con el convencional -farmacológico-, ya sea el practicante de lo alternativo acupunturista, homeópata, médico ortomolecular, médico naturista, etcétera, y si bien puede ser difícil encontrarlo, no es imposible.

SI UNO QUIERE RECIBIR UN TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO, EL MISMO DEBE SER ALTERNATIVO Y NO "COMPLEMENTARIO").



Link para la versión completa: http://martinrabezzana.blogspot.com/2012/01/antipsiquiatria-martin-rabezzana.html

viernes, 15 de febrero de 2013

Dolor por dolor (cuento) - Martín Rabezzana


   Un joven se dirigió a una chica a la que había buscado por mucho tiempo; al encontrarse ella sentada en un banco de una plaza, se sentó a su lado y le dijo:
   -Hola. Quiero decirte que aunque recién te conozca, te quiero mucho.
   La chica se levantó y se alejó, entonces él dijo:
   -¡Esperá!... Tenemos la misma mamá.
   La chica se detuvo, se dio vuelta y le preguntó:
   -¿Cómo se llama?
   -Se llama " "...
   Ella se le acercó y él procedió a contarle una historia cuyo sufrimiento era evidentemente auténtico. La chica lo escuchó atentamente en silencio varios minutos y después le dijo:
   -Tengo que irme.
   Él le dijo con los ojos vidriosos:
   -Tomá. Una carta mía... Están mi dirección y mi teléfono.
   La chica la agarró y se fue corriendo.
   Él nunca había querido conocer a esa mujer que lo había abandonado siendo un bebé, ya que era obvio que no lo quería, pero al enterarse de que tenía una hermana, sí quiso conocerla a ella.
   Pasaron semanas, meses, y la chica no lo llamaba, entonces la llamó él.
   -Hola, soy...
   -¡Ya sé quién sos! Te pido por favor que no me molestes más.
   -¡Pero yo no te quiero molestar, yo solamente!...
   -Quiero que sepas que vos no me importás un carajo a mí; ¡sos una porquería, por eso te abandonó mi mamá! -y cortó.
   Él tardó en reaccionar; el desprecio era algo que conocía de toda su vida pero este último fue el que lo llevó a asimilar racionalmente lo que siempre había sentido: no se puede esperar bondad ni cortesía de nadie ya que casi nadie respeta espontáneamente, la mayoría lo hace sólo si hay una consecuencia violenta involucrada por no hacerlo.
   Se reprimió un poco pero después se llenó de furia y se dio cuenta de que la misma lo iba a destruir si no la expulsaba, por lo que días después se dirigió a la casa de su hermana en la que vivía con su madre; esperó un rato frente a la misma y cuando vio a su madre entrar, entró tras ella.
   -¡Llevate lo que quieras! -dijo la aún joven mujer.
   Él la miró con la furia propia y lógica de alguien que está frente a quien le causó el mayor de los daños; le dijo:
   -No soy un ladrón.
   Ella con miedo le preguntó:
   -¿Quién sos?
   Él sonrió maliciosamente.
   -¿No sabés quién soy?
   Ella negó con la cabeza.

   -Pensá. Sentí.
   Tras algunos segundos de silenciosa tensión, él dijo:
   -Te quiero preguntar algo: ¿por qué no me abortaste si no me querías?
   Ella cerró los ojos y su miedo cambió de una forma a otra; él prosiguió.
   -¿Por qué odiabas tanto a un bebé como para hacerle el mayor de los daños al sacarle lo que más necesitaba?
   Ella lo pensó un poco y nerviosa dijo:
   -¡Yo no quería dejarte, pero no era buena para vos, era una porquería, por eso te dejé!... Estaba segura de que ibas a estar mejor sin mí... Fue por tu bien que lo hice.
   -¡Mentira! ¡Y aun si eras una porquería, yo te necesitaba, necesitaba a mi mamá!... Pero igual es mentira que me querías.
   -¡No! ¡Es verdad!... Si no te hubiera querido te habría abortado.
   Él se entristeció, se calmó, tras unos segundos se acercó a una silla y se sentó, ella acercó otra y se sentó a su lado; lo acarició en el rostro y le dijo:
   -Decime por qué pensás que no te aborté si no te quería.
   Él empezó a llorar y ella enjugó sus lágrimas; él dijo:
   -Yo no quería venir al mundo, y encima que me trajiste, me sacaste lo que más necesitaba.
   Ella le dijo:
   -Yo te quería.
   Él la miró con expresión dolorida.
   -Si así era, ¿por qué no dejaste tus datos para que te encontrara si quería buscarte?
   Ella no respondió.
   -Mentís... tenías miedo de morir en el aborto o no tenías la plata para hacerteló...
   Ella volvió a mostrar miedo en su expresión pero se mantuvo frente a él.
   -Hay una sola cosa que podés decirme para que yo no te odie, si lo hacés, no tengo nada que perdonarte.
   -¿Qué?
   -Decime que te violaron.
   Ella mantuvo la mirada dirigida directamente a él unos segundos y después la apartó; era obvio que no le había pasado eso; él se levantó de nuevo furioso y dijo:
   -¡Sos una hija de puta!
   Entonces su hermana entró a la habitación.
   -¿Qué hacés vos acá, tarado?
   Él, lleno de desprecio acumulado por años se dirigió a ella:
   -Yo entiendo a la agresión cuando es justificada... Si yo me acerco a vos con mala onda, tenés derecho a agredirme, pero no si voy con la mejor... ...Yo te expresé mi amor nada más, ¡y vos me despreciaste, me faltaste el respeto!
   Ella, calmadamente dijo:
   -Pero yo no te quiero.
   -No me tenés que querer pero me tenés que respetar si yo te trato con respeto... (esto sobre el respeto sentía que era lo más importante de todo lo aprendido en su vida; en parte le había sido enseñado por ellas)... La gente en general es cruel, sobretodo las mujeres... Me pasó muchas veces el acercarme a ellas y ser agredido emocionalmente tras hablarles respetuosamente, ahí sentís que ser respetuoso es un error y que es mejor no serlo con nadie; yo me arrepiento del mal que hice en mi vida pero me arrepiento más del bien, y no porque esperara que me lo devolvieran, sino porque esperaba que al menos no me lo despreciaran... Yo me acerqué a vos respetuosamente y si bien no tenía por qué interesarte relacionarte conmigo, sí tenías que decírmelo y no dármelo a entender con silencio, porque EL SILENCIO NUNCA ES RESPETUOSO NI PACÍFICO ANTE UNA EXPRESIÓN BIENINTENCIONADA, SIEMPRE ES IRRESPETUOSO Y AGRESIVO ya que te hace sentir que no existís, y al vos existir, te lastima... ...Para mí, hacer daño porque sí está mal, pero no en respuesta a uno injustamente causado ya que devolver sufrimiento es hacer justicia.
   Él, tras apartar la vista de su hermana, la volvió a dirigir a ella.
   -Si yo no te importo un carajo, emocionalmente no te puedo hacer daño, por lo que te lo tengo que hacer físicamente.
   La chica estaba visiblemente asustada al igual que su madre que se mantenía en silencio; él se acercó a su hermana que retrocedió ante su avance y le dio una tremenda paliza mientras su madre le suplicaba que se detuviera, lo cual hizo tras dejarla inconsciente con el rostro desangrante, entonces se volvió hacia su madre, que dijo:
   -¡Tenés razón! ¡Te hice daño! ¡Perdoname!
   -Él estaba muy emocionado pero seguro de haberse conducido correctamente. Le dijo tranquilamente:
   -¿Estás arrepentida?
   -¡Sí!
   -El arrepentimiento vale sólo cuando tiene lugar espontáneamente, no cuando lo tiene por miedo a una consecuencia.
   -¡No, de verdad! ¡Estoy arrepentida! ¡Perdoname, por favor!
   Él la miró con dolor y le dijo:
   -Si de verdad estás arrepentida, no me pidás perdón, ¡pedime castigo!
   Ella guardó un cobarde silencio, entonces él la golpeó fuertemente dejándola en la misma condición que su hermana, tras lo cual les dijo:
   -Dolor por dolor.

jueves, 14 de febrero de 2013

Amor por amor (cuento) - Martín Rabezzana


  

   Un joven se encontró con otro cuyo entrenamiento en cuestiones místicas le había permitido viajar en el tiempo. Le dijo:
   -Quiero creer que es verdad lo que supuestamente lograste, y como me debés algunos favores te doy la oportunidad de agradecerme enseñándome a viajar en el tiempo, ya que hay algo muy importante que tengo que hacer en el pasado.... ¿Podés?
   El joven sonrió.
   -Sí, pero toma varios años de entrenamiento mental y no creo que quieras esperar tanto.
   El primer joven, un poco desanimado, mantuvo seria su expresión unos segundos, tras lo cual enérgicamente dijo:
   -¡Tiene que haber otra manera!
   El viajero del tiempo se esperaba esa declaración y dijo sonriendo:
   -Sí, hay otra manera... hay plantas procedentes de la isla de Pascua usadas por sus habitantes antiguos que te permiten entrar en un estado de conciencia que te lleva al pasado.
   El joven que quería viajar dijo:
   -¡La antigua sabiduría indígena americana!
   -Sí, es antigua, pero los habitantes más antiguos de la isla de Pascua no son indígenas de América sino de Oceanía.
   -¡Me voy ya mismo para la isla!
   -No hace falta. Tengo una de esas plantas en mi casa.
   Permanecieron en silencio durante un rato antes de ir a la casa del viajero. Una vez ahí él buscó la planta, le dio varias hojas y le dijo:
   -Hacé una infusión con esto y repetí varias veces en voz alta la fecha exacta a la que querés ir después de tomarla. Eso es todo. Una vez allá tenés diez horas solamente, después de eso volvés a esta época, y usá bien el tiempo porque no podés ir al mismo lugar dos veces. ¿Está todo claro?
    Su interlocutor asintió y se fue a su casa, preparó la bebida, la tomó y repitió varias veces en voz alta la fecha a la que quería viajar; después de varios minutos su percepción de todo el ambiente cambió; ya no estaba en el año 2010 sino en el hall vacío de un edificio en el año 1967; la planta había funcionado, lo había llevado adónde él quería.
   Se precipitó a la calle y tomó un taxi; le dijo al taxista que quería ir a cierto canal de televisión y al llegar, antes de salir le preguntó:
   -¿Sabe cómo tengo que hacer para entrar al canal y ver un espectáculo?
   -¿Venís a ver a esa cantante?
   -Sí.
   -¿Sos argentino?
   -Efectivamente.
   -Entonces decí que lo sos y te van a dejar entrar porque como va a estar esa extranjera, el lugar va a estar lleno de sus compatriotas y va a escasear el público local, por eso si chapeás de argento te dejan pasar de una.
   -¡Muchas gracias!
   Le pagó y bajó del taxi mientras el taxista miraba extrañado los billetes del siglo veintiuno que le habían dado; el joven siguió la indicación del taxista y entró al canal inmediatamente. 

   Una vez dentro se dirigió a un pasillo y buscó los camarines. Un guardia apareció y le dijo:
   -Disculpe, no le está permitido al público estar acá.
   -Estoy buscando el baño.
   -¡Ah! Está del otro lado, en el otro pasillo.
   -Gracias.
   El joven hizo como que iba para ese lado y cuando el guardia se fue volvió de nuevo corriendo hacia los camarines y entró en uno. Había una mujer dentro y ella dijo:
   -¿Estás buscando a alguien?
   El joven pensó rápido.
   -Estoy buscando a "..." para decirle que su presentación se va a retrasar unos minutos. ¿Está acá?
   -No, su camarín es el siguiente a éste.
   -Perdón.
   -No es nada.
   Fue al siguiente camarín y al ver que la puerta estaba entornada miró a su interior; había una chica sentada frente a un espejo que era la persona a la que buscaba. La saludó.
   -Hola.
   -Hola.
   Pasaron varios segundos en silencio y después ella dijo en su idioma:
   -¿Sos empleado de acá?
   -No.
   Entonces ella, un poco asustada, se levantó y fue rápidamente hacia la puerta, él se le interpuso y en el idioma de la chica le dijo:
   -¡Esperá, solamente quiero hablar con vos! Dame unos minutos y después me voy.
   Ella no vio maldad en su expresión, por eso ya tranquila dijo:
   -Está bien.
   Él la miró profundamente a los ojos y después de algunos segundos apartó la vista; hizo lo mismo varias veces. Después, habiendo tomado coraje le dijo:
   -¿No sabés quién soy?
   Ella negó con la cabeza.
   -Pensá. Sentí.
   La chica no tenía la mirada maliciosa que tendría algunos años más tarde. Esa mirada no era habitual en aquel entonces en las mujeres tan jóvenes; ella lo miraba inocentemente sin intención alguna de lastimarlo.
   -Vos me vas a tener dentro tuyo en algunos años y me vas a abandonar... ...Vine del futuro para verte.
    Entonces la mirada de la chica fue de sorpresa; él prosiguió:
   -¡Todavía sos una nena, mamá! -le dijo y se alejó.
   Después de unos segundos se volvió hacia ella y le dijo:
   -Sé que no me creés, por eso voy a decirte algo que te pasó de chica que vas a revelar en público dentro de muchos años; algo que no le contaste a nadie.
   Él le dijo lo que ella nunca le había contado a nadie y ella dijo sorprendida:
   -¿Cómo sabés eso?
   -Ya te lo dije; vine del futuro.
   Permanecieron en silencio durante varios segundos, tras lo cual le dijo:
   -¿Sabés qué?... ¡Yo quiero odiarte! ¡Te quiero cagar a golpes, pero no me hiciste nada todavía, e incluso a la persona que vas a ser que me abandonó nunca la pude odiar, y no sé por qué, ya que yo odio profundamente y tengo la mejor razón para odiarte a vos, pero!... no puedo.
   La chica lo miró con compasión sin saber qué decir; el no tener palabras no sólo se debía a la situación excepcional en que se encontraba, sino también a su manejo limitado de las mismas (y me refiero a las de su primer idioma), en parte debido a su joven edad y al hecho de ser una persona poseedora de una gran belleza, lo cual le permitía tener la atención y el afecto de mucha gente sin ningún esfuerzo, razón por la cual no le había sido necesario desarrollar su intelecto para obtener lo más importante de la vida; él se le acercó.
   -Quiero mostrarte algo.
   Se levantó una manga y le mostró el tatuaje que tenía en el hombro derecho. Ella sonrió y dijo:
   -¿Quién es?
   -Tu nieta.
   Su sonrisa disminuyó.
   -¿Cuántos años tiene?
   -25.
   -Pero vos tenés...
   -Fue a verme desde el futuro -y sonriéndole, agregó:

   -Ella heredó tu belleza. ¡Mirá qué linda que es!
   Él se alejó un poco y al ver una silla en la que había una guitarra dijo:
   -¡Una guitarra! ¿Puedo tocar?
   -¿Sabés?
   -No parece difícil.
   Él agarró la guitarra, empezó a arpegiar y ella dijo:
   -¡Buenísimo!
   Él sonrió.
   -¿Querés escuchar una gran canción o una mía?
   -¡Una tuya! -dijo riéndose.
   -Estaba jodiendo. Todas mis canciones son grandes; como reza el dicho medieval: "Hace bien en hablar bien de sí mismo quien no encuentra a nadie más que lo haga."
   Él cantó una canción y tras terminar ella aplaudió.
   -¿Te gustó?
   -¡Sí! ¡Tocá otra!
   Él tocó una canción en castellano que hablaba de desamor. Tras terminar dijo:
   -No te digo que es sobre vos, pero podría ser...
   Ella se mostró triste como él; él le preguntó:
   -¿Vos no escribís?
   -No.
   -¿Por qué?
   -Porque no tengo ninguna habilidad para eso.
   -Se puede aprender; aunque haya gente más talentosa que otra, cualquiera puede llegar a escribir algo técnicamente bueno, si no lo hace es porque no se esforzó lo suficiente... Todo el mundo tiene algo que expresar... ...Ponele melodía a algo que sientas profundamente, escribilo y cantalo.
   Permanecieron en silencio durante unos segundos y después él dijo:
   -Vine a conocerte y te conocí. Ahora me voy.
   Ella dijo:
   -¡Quedate un rato más!
   Él sonrió más felizmente que nunca y se sentó a hablar con ella de cosas alegres; después de casi una hora (que fue la mejor de la vida del joven) alguien la llamó y él dijo:
   -Tenés que irte, y yo también.
   Se puso de pie y ella hizo lo mismo.

   El joven la miró con resignada tristeza y dijo:
   -Es raro tenerte acá sabiendo quién sos... ...¡Sos más chica que yo, mamá!
   Ella lo abrazó y después de unos segundos él la alejó y dijo:
   -Años de gran esfuerzo estudiando tu idioma de m... valieron la pena -y se rió en voz baja. Después dijo:
   -Nos vamos a ver de nuevo.
   Ella apuradamente lo besó y él le devolvió el beso; se contemplaron unos segundos en silencio y mientras experimentaba una conmovedora mezcla de alegría y tristeza, él se fue lagrimeando.

Xanaliú (cuento) - Martín Rabezzana


   Camino por el desierto sufriendo el tormento del clima y la sed. Empujado por las imágenes divinas que abundan en mi mente. Arrastrado por las ganas de alcanzar un oasis y salir de la constante frustración del llegar a la cima de una duna, sólo para encontrar que al bajar cual un círculo interminable se encuentra ante mí otra similar.
   El día se vuelve noche y el calor extenuante, frío que congela hasta los pensamientos. Camino lentamente sin olvidar que es mejor la crueldad del desierto que la del suburbio; cierro los ojos unos segundos y el calor vuelve a presentarse. Es de día otra vez; ya perdí toda noción del tiempo. Ya no sé si un segundo dure lo que un día o viceversa.
   Venís a mi mente, visión milagrosa. Puedo verte pero no alcanzarte; tu imagen amable y sacrosanta se presenta ante mí como una triste metáfora de un oasis siempre lejano; tal vez el oasis no exista más que en mi imaginación, o tal vez sea yo producto de la de ella. Es probable que yo sólo viva en lo desconocido de su mente, pero intento salir de ahí antes de morir.
   Una tormenta de arena me lleva a cerrar los ojos. El viento es fuerte y el deseo de morir está más presente que nunca en mí; cuando entre lo inalcanzable de la vida parece estar la propia muerte, la existencia es un castigo cruel. Una súplica constante de compasión a una naturaleza despiadada.
   La tormenta pasó y sigo rumbo a ninguna parte.
   Creo en la inutilidad de toda acción. Siento que mi vida es como la idea taoísta del barco al que uno cree dirigir cuando en realidad el océano puede a uno destruirlo cuando quiera, por lo que me pregunto: ¿qué me hace seguir? La respuesta es: el instinto. El instinto de conservación me hace seguir adelante y crea en mí alucinaciones incontrolables en las que veo lo que necesito, sin embargo sé que todo espejismo es inalcanzable. No importa cuánto trate de acercarme, siempre está lejos de mí.
   La lluvia se presenta y me hace sobrevivir, pero en vez de salvarme hace que mi sufrimiento sea más largo.
   Si todo tiene un lado opuesto, para que uno sea feliz otro tiene que sufrir, por lo que creo que este largo camino de miseria permite que otro atraviese una senda de riquezas y amores.
   Camino un poco más y me desvanezco. Tras unos segundos abro los ojos y trato de levantarme; veo a lo lejos a Xanaliú. Vuelvo a desvanecerme y al abrir de nuevo los ojos estoy de vuelta en el desierto. Los vuelvo a cerrar esperando soñar otra vez con ese lugar.
   Sé que Xanaliú es sólo un sueño, pero tal vez al morir en ese estado de conciencia el mismo pase a ser real; abro los ojos y estoy en la ciudad mitológica.
   Camino por una estrecha calle rodeada de casas de agradable aspecto. Hay un silencio reinante sólo interrumpido por el rumor del viento chocando contra la vegetación circundante; veo a mujeres cuyas miradas no son de odio pasar a mi lado. Sigo caminando hasta llegar a una fuente de agua cristalina; una mujer joven está sentada sobre una piedra, le digo:
   -Hola.
   -Hola -me responde sonriendo.
   -¿Cómo te llamás?
   -Xana -me contesta.
   La miro bien y noto que es hermosa. Trato de distinguir el color de su piel y pelo pero no lo consigo. Al parecer el color pierde sentido en este lugar; la sigo mirando sin decirle nada y ella me pregunta:
   -¿Por qué me miras así?
   -Estoy admirándote -le respondo.
   Ella me da un beso y me abraza. Estoy sentado junto a ella y acaricio su rostro mientras le digo:
   -Vos no me odiás.
   -¿Por qué habría de odiarte?
   -Las mujeres me odian.
   -Yo no te odio -me dijo con verdadera preocupación en su expresión.
   -Pero eso es porque no existís.
   Me miró en silencio varios segundos antes de preguntarme:
   -¿Por qué dices que no existo?
   No contesté por varios segundos.
   -Leí sobre vos. Sos una ninfa, una diosa mitológica de las aguas. Existís sólo en la imaginación; cuando despierte no te voy a ver más... Decime que me equivoco.
   Ella no contestó inmediatamente.
   -Este estado de conciencia es tan real como cualquier otro... Yo existo y estoy contigo ahora.
   Ella me besa y siento que me desvanezco, un poco por el efecto emocionante de su proximidad pero sobretodo porque se me acaba el tiempo en este lugar; alcanzo a decir:
   -Chau Xana.
   Ella me saluda con la mano y yo me despierto de nuevo sobre las arenas.
   Me levanto con la dificultad propia de a quien una travesía semejante ha castigado, pero con la imagen agradable de aquella diosa en la mente que me hace querer seguir adelante intentando alcanzar un sueño similar.
   Yo no te olvido, Xana. Sé que estás en alguna parte esperando a otro viajero sufriente para reanimarlo con tus virtudes porque solidaria es tu naturaleza.
   Sigo adelante pensando en que cuanto más sufra, más posibilidades voy a tener de volver a verla; ahora no acepto al dolor con resignación, lo ansío profundamente, deseo que el mismo invada todo espacio de mi alma.
   Las dunas son cada vez más altas; camino lentamente y a cada paso me siento morir; una modesta provisión de agua me da energía para continuar, pero al igual que la lluvia que una vez me hizo seguir, esta agua hace a mi sufrimiento más largo, pero el dolor se hace más soportable esta vez sabiendo que tras mucho sufrir voy a estar con aquella a la que encontré sin buscar.
   Caigo al suelo y las imágenes de Xanaliú se amontonan en mi mente: en las calles puede verse la coexistencia de lo salvaje con lo civilizado. Árboles por todas partes cubren con sus ramas la parte superior de todas las casas. El agua está presente en cada esquina con su infaltable fuente. Hay pasajes subterráneos que llevan a también subterráneos pueblos; no hay una gran riqueza individual por parte de las personas pero sí hay una opulencia colectiva, ya que hay todo tipo de establecimientos comúnmente pagos en el estado de conciencia ordinario, accesibles gratuitamente a todos; no hay autoridades ni leyes morales. No hay tampoco formas de vida microscópicas imposible de no destruir; el castigo por causar dolor innecesariamente es la vuelta a la llamada realidad.
   Este es el sueño de los miserables, es el lugar al que se llega tras haber perdido toda esperanza y gana de vivir. El lugar situado más allá de todo sufrir.
   Desde el suelo y en un estado de semiinconsciencia escucho a mi deidad decir:
   -¡Te estás acercando!
   Me arrastro lastimosamente y consigo con dificultad levantarme; camino algunos metros y caigo de nuevo.
   Por momentos estoy ciego. Tengo los ojos abiertos y no veo absolutamente nada, los cierro y mi vista se sumerge en un lugar llamado tártaro. No hay acá suplicios físicos aplicados a nadie, hay en cambio un estado de angustia extremo más que evidente en las almas que caminan en un aparente estado de trance.
   No pertenezco ahí. Mi castigo no está en el tártaro ni en el desierto, sino en la vida profundamente dolorosa de la que escapé; me adentré en la soledad del desierto buscando salir de lo insoportable de una vida a la que ni siquiera pedí. Una vida en la que la felicidad estuvo siempre ausente. Una vida cuya aura siempre fue desagradable, ya que las personas a las que intenté acercarme se alejaron de mí sin siquiera darme la oportunidad de darme a conocer, es por eso que busqué la nada de la inexistencia y posteriormente el lugar y alma femenina de mis sueños en otro estado de conciencia, ya que lo que se conoce como realidad nunca fue para mí otra cosa que un castigo constante.
   Desde el suelo y en la semipenumbra de un naciente anochecer, siento que muero. Una mano perteneciente a una pálida mujer acaricia mi rostro.
   -Me llamo Freya. Yo te ayudé a llegar hasta acá trayéndote el alivio de las lluvias a las que consideraste culpables de un sufrimiento mayor, pero no lo hice para hacerte sufrir, te ayudé a sobrevivir para que puedas llegar a Xanaliú y estar con Xana. Si morís antes de alcanzar el estado de conciencia en que se encuentra, no vas a verla más.
   La contemplé con la mayor admiración de la que soy capaz. La miré en silencio durante varios segundos antes de tomar su mano, llevarla a mi rostro y empezar a llorar. Ella volvió a acariciarme y pude sentir lo más profundo de su alma en sus compasivas manos; se arrodilló detrás de mí y tras tomarme en sus brazos me alimentó e hidrató, después se levantó y me dijo:
   -Ahora tengo que irme. Tenés que seguir solo, pero no te preocupes, no estás lejos de Xanaliú.
   Debido a lo lastimoso de mi estado y a la conmoción de su presencia me costó hablar, pero llegué a decir:
   -Freya... gracias por venir.
   Ella me sonrió y su imagen se desvaneció ante mí.
   No sé cuándo haya empezado este viaje ni cuándo vaya a terminar, pero sé que el dolor es algo a lo que acepto sin mayores problemas si después de sufrirlo una diosa se cruza en mi senda.
   Vuelvo a entrar en un estado de conciencia alucinante.
   Varias mujeres con serpientes en lugar de cabellos se presentan ante mí. Sé que se llaman erinias; traen a mi conciencia todo el sufrir despiadado que viviendo causé; veo a toda la vida microscópica que con mi simple existencia destruí pasar ante mis ojos; me siento culpable. El remordimiento me invade. Entienden mi sentimiento de culpa y se van.
   Mi conciencia se aleja del mundo; veo múltiples obras de arte cuyas dimensiones son enormes situadas en una luna de Júpiter. Veo también las extrañas formas de los habitantes de dicho planeta sólo existentes en un pasado lejano; escucho sus expresiones de amor, odio, compasión y crueldad presentes aparentemente en todos los seres de inteligencia desarrollada.
   De vuelta en la tierra tengo acceso a las escrituras etruscas cuyos significados me son comprensibles; la escritura fonética es muy limitada en relación con la etrusca, ya que ésta última es capaz de hacer experimentar a quien la lea los sentimientos que se encuentran en ella registrados; esa complejidad fue su ruina debido a que nadie podía leer los acontecimientos cruentos en ella contados sin sufrir de un gran daño psíquico.
   Mi conciencia sobrevuela brevemente el océano antes de posicionarse frente a sangrientos ritos realizados por eslavos; entiendo mejor que nunca el hecho de que la religión saca lo peor de todos.
   Veo a Freya buscar a su amor por lejanos países; la veo sola y triste. Siento pena por ella y me doy cuenta de que su incapacidad de ser feliz la llevó a buscar la felicidad de los demás.
   Veo a Xana poner en el camino de viajeros sedientos fuentes de agua de grandes propiedades restauradoras; se la ve satisfecha ayudando, parece ser una mujer feliz. No tiene en la mirada el dolor característico de quienes se dedican a ayudar a otros.
   Mi visión empieza a viajar otra vez a alta velocidad sobre el mar; una vez en tierra firme veo al mundo en una etapa prehistórica. Mi visión vuelve a detenerse en un siglo diferente; después de haber viajado a través del espacio y de haber visto diferentes tiempos entendí que el tiempo no existe, sólo existe el espacio.
   Vuelvo al desierto y siento que por última vez me encuentro en este estado de conciencia.
   Me vienen a la mente las palabras inspiradas por aquello que más necesité y no pude tener:

                                        Sos indolencia lastimante;...
                                        Visión inspirante nuncá alcanzable.

                                        Tu presencia lejana jamás superable,
                                        hizo a mis días sufrientes más insoportables.


   Lo inalcanzable fue siempre para mí todo lo que quise, es por eso que habiendo sido mi vida un espacio lleno de ausencias, no lamento abandonarla.
   Camino unos segundos más y caigo inconsciente en las arenas; abro los ojos y estoy en Xanaliú.
   Una fuente se encuentra a varios metros de mí; me levanto haciendo uso de la poca fuerza que me queda, extiendo los brazos para servirme de un poco de agua y tras tomarla me siento completamente restablecido.
   Me adentro en la ciudad iluminada por un amanecer naciente y paso junto a varias fuentes; el hecho de que en ninguna de ellas se encontrara aquella a la que busco no me desanima. Estoy tranquilo porque estoy seguro de que el estado de conciencia en que todo lo que quiero me es inaccesible está en el pasado.
   Atravieso calles de un agradable empedrado, escucho el sonido de las hojas de los árboles agitadas por el viento, veo a lo lejos las olas de un mar transparente romperse con gran estrépito, dirijo mi vista al cielo y noto que el mismo está cubierto de estrellas mucho más brillantes y numerosas que las que vi en toda mi vida; tras caminar un poco más veo a una joven vestida de blanco sentada sobre una piedra en el borde de una fuente, me le acerco y estando ella de espaldas, la toco en el hombro, se da vuelta, me sonríe y yo le digo:
   -Hola Xana.