
Al rato me
levanté y fui al merendero; en el mismo había unos jóvenes conversando (jóvenes
como yo, ya que por aquel entonces tenía poco más de 20 años); uno de ellos
dijo:
-No hay que
asustarse de que hayan diputados de extrema derecha ni por que los haya de
extrema izquierda por más que el fin de ambos sea reprimir y matar a gran
escala; hay que sentirse reconfortado de que existan muchas personas de ambas
facciones ya que si hay diversidad equitativa de tendencias, se da un
equilibrio que no existiría de primar una de ellas… Si ganan los fachos, ¡se va
todo al carajo!, pero… ¡si ganan los zurdos, también! Por eso es bueno que
hayan muchos de ambos extremos ya que se contienen mutuamente.
Una chica
presente dijo:
-Hay una tercera
posición pero es problemática… El problema del anarquismo es que es demasiado
realista, por eso la mayoría es incapaz de tomarlo en serio… y es entendible si
a su vez entendemos que hay cosas que de tan heladas, queman. De tan cercanas,
no se ven. De tan alegres, hacen llorar… El anarquismo, de tan realista que es,
parece inverosímil.
Entonces, la que
dijo esto último, al verme llegar a la mesa, me preguntó:
-¿Vos a quién
admirás política o ideológicamente?
No debí pensarlo
mucho para responder:
-¿Yo? ¡A los
cínicos! Los cínicos eran esos filósofos linyeras de la antigua Grecia; eran
anticonvencionalistas y antimaterialistas; por ser anticonvencionalistas, no
fundaron una escuela ya que en todo ámbito educativo estructurado, se crean
convenciones y dogmas, y por ser antimaterialistas, vivían frugalmente; según
ellos, en el rechazo de los bienes superfluos, están la libertad y la
felicidad, y en ese deshacerse de lo superficial, estaban incluidas las
posesiones intelectuales, por eso despreciaban a los sofismos filosóficos (que
es casi todo concepto complejo intelectual), ya que los grandes razonamientos
intelectuales, por ser casi siempre de escasa o nula utilidad, eran
considerados por ellos, similares a las posesiones materiales superficiales, de
ahí su rechazo al intelectualismo, además de por el mismo, ser creador de una
casta privilegiada dentro de una sociedad, y ellos creían en el igualitarismo,
y como no eran autoritarios (y no ser autoritario implica no intervenir en la
vida de los demás, salvo que los demás así lo deseen), no eran políticos, por
lo que buscaban mejorarse a sí mismos y no a la sociedad, y eso, a mi entender,
es LO ÚNICO verdaderamente antiautoritario (y casi nadie lo quiere hacer porque
el ser humano es muuuy autoritario), por eso yo los admiro. Y los cínicos no
dejaron de existir, ya que el cinismo define a una forma humana de ser, que
existió, existe y existirá en todos los tiempos y culturas con diferentes
nombres y hasta sin ningún nombre.
La joven que se
había dirigido a mí, me hizo otra pregunta.
-¿Vos sos cínico?
-Noooo… Ojalá lo
fuera, ya que los cínicos representan a mi ideal de conducta humana, y yo estoy
muy lejos de eso, pero espero algún día llegar a parecerme a ellos.
Admirar a
alguien es positivo para uno mismo;… Ante alguien que uno considera "grande",
se siente insignificante, y es paradójico ya que ese sentir de insignificancia
es positivo porque conlleva un gran bienestar emocional, por lo que cuando
disminuye la capacidad de admirar a otro, disminuye el propio bienestar, y es
en la mirada donde más claramente se expone la admiración que uno le tiene a
otro; la misma no engaña; yo he visto algunas veces a la mirada de admiración
dirigirse a mí y me costó reconocerla y entenderla, al punto que hasta llegué a
creer que me estaban confundiendo con otra persona, pero finalmente entendí que
de eso se trataba: admiración, y ante la misma sentí incomodidad ya que no la
esperaba de nadie, y una de esas veces en que sentí sobre mí a la mirada en
cuestión, fue esa tarde, y procedió de la chica que se había dirigido a mí tras
escuchar mis respuestas.
Otro residente
se acercó a la mesa en que estábamos en la cual había mate, té, café, tostadas
y mermelada, y tras agarrar una tostada y ponerle dulce de frutilla, dijo:
-Recién estaba
mirando la tele y escuché a uno de esos "ex" faloperos decir algo así: "Estoy
limpio; no tomo más drogas, tomo solamente lo que me recetan los médicos". Es
decir, Prozac, Rivotril, Risperdal, etcétera;… ¿Y eso es estar limpio? ¡Jaa!...
Estar "limpio" es no tomar NINGUNA droga ilegal ni legal;… No les cae la ficha
de que siguen siendo faloperos porque lo que toman bajo prescripción médica SON
DROGAS, por lo que lo único que cambió, fue su situación legal; ahora son
drogadictos con receta, es decir: faloperos legales, como quiere el sistema que sean, ya
que la medicina oficial, trata absurdamente a las adicciones a las drogas, con
drogas, por eso lo único que hace es cambiarle a los adictos una adicción por
otra, y los médicos piensan que lo que hacen es correcto porque es obvio que
consideran que el problema no es la drogadicción, sino la ilegalidad. Y es
indignante el hecho de que la gente en general no cuestione a los médicos y sí
nos cuestione y repruebe a quienes los cuestionamos a ellos, con fundamentos
tales como: "Si no sos médico, no podés opinar sobre medicina", ya que eso es
como decir que para opinar con fundamento sobre la condición corrupta (o no) de
los policías, los fiscales, los jueces y los políticos, tenés que ser policía,
fiscal, juez o político, o como decir que para opinar fundadamente que la
situación económica del lugar en que vivís está mal, tenés que ser economista;…
sería absurdo exigirle a alguien que fuera esas cosas para respetarle su
opinión al respecto, y en el caso médico no se da la excepción, ya que los resultados de la
práctica médica (no sólo de la psiquiatría) son nefastos y exponen a la
medicina oficial como un biopoder cuyo objetivo principal no es el cuidado de
la salud de la población; si lo fuera, no realizaría sistemáticamente
violaciones de todos los derechos de los ciudadanos como sí lo hace; no
obstante todo esto, a diferencia de lo que le ocurre a los policías, a los
fiscales, a los jueces y a los políticos, los médicos gozan de prestigio entre casi
todos los miembros de prácticamente toda población humana del mundo; un
prestigio totalmente inmerecido.
Varios
asintieron en silencio; el pibe comió un poco de la tostada y después dijo:
-¡Qué
contradictorios que somos!... Prácticamente todos en algún momento despreciamos
a nuestras vidas y decimos no haber querido nacer, pero en realidad SÍ LO
QUISIMOS… Elegimos a nuestras vidas antes de nacer y después las maldecimos por
despreciarlas, y… justamente: parte de la evolución espiritual implica
experimentar sentimientos negativos como el desprecio, y ninguno es mayor al
que se siente por la propia existencia, de ahí la elección del alma de una vida
en la que la frustración sea continua, pero como olvidó haberla elegido, cae en
expresiones tales como: "Yo no quería nacer".
Nadie dijo nada;
el pibe, tras terminar la tostada, se fue.
Después apareció
otro que contó una anécdota ya conocida por todos los presentes, pero nadie lo
interrumpió porque había interés en escuchar lo que a la misma le agregaría, y
esto casi inevitablemente ocurriría ya que es un hecho probado (si es que lo "probado" existe) el que cada vez que alguien recuenta una anécdota, le agrega
un elemento que no estaba en las versiones previas, al punto que tras varias
veces de ser referida por distintas personas, se vuelve absolutamente imposible
dilucidar qué de lo contado es cierto y qué no lo es; "¡Tiene razón!" (dirá al
menos alguno de ustedes) y… ¿por qué es así? Porque el ser humano es
ficcionador por naturaleza, por eso la verdad no le alcanza.
Después de que
el joven terminó de contar la anécdota, una de las chicas se puso a contar una
película que había visto; lo hizo con una maestría narrativa tan notable, que
un silencio campestre se hizo a su alrededor; dijo más o menos:
-La película se
llama: "Sobredosis"; el pibe que hace el protagónico es Gabriel Lenn; la mina
no me acuerdo de cómo se llama; la cuestión es que el pibe incursiona en el
supuesto "submundo" de las drogas (digo supuesto porque si incluimos a las
drogas legales, ese mundo está más en la superficie que en la profundidad) y
conoce a una mina que también está en esa;… ¡ah, no! ¡Ahora me acordé!: La mina
lo mete al pibe en la falopa; ambos desarrollan una adicción importante que les
acarrea problemas personales graves, por eso se van a la costa de Buenos Aires
y una vez ahí, ante el síndrome de abstinencia que sufren, la mina decide
prostituirse para ganar plata para la merca, entonces el pibe se indigna, se
resiente y le dice que no lo haga, pero su síndrome de abstinencia es tal, que
termina aceptando que la que era su novia, se prostituya, entonces la mina se
acuesta con un tipo (no me acuerdo de si no eran dos) y el pibe los mira desde
la distancia mientras por dentro se retuerce de dolor); tiempo después vuelven
a quedarse sin plata y como el dueño del bar que les vendía la merca era rarito
y le tenía ganas a Gabriel Lenn, le dice que les daría merca si accedía a tener
relaciones con él; él dice que no y ella le dice que lo haga, ya que a ella
tampoco le había gustado prostituirse pero que lo hizo igual por los dos y que
ahora le tocaba a él esforzarse por ambos, entonces él acepta y… no me acuerdo
de cómo termina pero el mensaje es claro: si te hacés falopera, te volvés puta,
y si te hacés falopero, te volvés puto…
Yo iba a decir
que había visto la película y que me parecía que no era exactamente como ella
la había contado, pero no dije nada ya que realmente no me acordaba demasiado
de cómo era la historia del filme en cuestión, lo que sí dije, fue:
-Hay gente que
al ver a los jóvenes viciosos del país, cree entender por qué el mismo no
avanza, sin embargo, en los países económicamente desarrollados, ¡está lleno de
choborras y faloperos! Y mucho más que acá. Y eso no les impide conformar
coaliciones militares para invadir, saquear y matar, ni tampoco abusar de los
recursos naturales ni industrializarse al punto de contaminar el propio aire (y
el ajeno), lo cual constituye una amenaza para sus propias vidas… Es decir, el
hecho de que sean unos reventados, no les impide ser explotadores, destructores
del medio ambiente ni asesinos, o dicho de otra forma: no les impide ser "desarrollados"; esto demuestra que la causa del subdesarrollo económico no
está en lo vicioso de una población.
-¡Es verdad!
–dijo otra de las chicas presentes -¡Todo eso implica el "desarrollismo" tan
absurdamente idealizado!
Después yo
proseguí diciendo lo siguiente:
-Los excesos
parecen llevar a romper barreras con uno mismo y los demás, sobretodo el de
alcohol… Sin negar los problemas que conllevan los excesos, digo que un consumo
excesivo pero ESPORÁDICO de alcohol, lleva a acercarse a los otros y, por
consiguiente, crea comunión, mientras que la sobriedad, divide, de ahí que sea
óptimo alternar períodos de sobriedad con otros de ebriedad ya que al igual que
el consumo excesivo y prolongado de alcohol es muy nocivo, también lo es un
período muy prolongado de sobriedad… Lo mismo se aplica al consumo de drogas
alucinógenas (como el LSD) que en la mayoría de los casos, a diferencia de lo
que dice la oficialidad médica, hacen un daño muy poco significativo. Por
supuesto que los "políticamente correctos" me dirán que hay otras formas de
lograr comunión con los demás que hacen innecesario al consumo de alcohol y de
alucinógenos (y en la mayoría de los casos son los mismos que defienden a los
psicofármacos y demás drogas médicas terriblemente nocivas e innecesarias, que
causan un daño muy superior al del alcohol y al del LSD), y yo lo admito; el
consumo de alcohol y de LSD no es el único medio de romper barreras, es uno de
los muchos que existen, pero me parece un medio válido que, a mi entender, debe
ser respetado si alguien se sirve del mismo por propia voluntad.
Hubo un
asentimiento general silencioso; después, la mina que había coincidido conmigo
en mi descripción del "desarrollismo", volviendo a la cuestión de las
implicancias del mismo, dijo:
-Una de las
cosas que se suelen señalar (como si fueran positivas) de los países "desarrollados", es el orden;… …Recuerdo haber leído un texto de Bakunin en que
más o menos decía (en pleno siglo 19) que los alemanes estaban formados desde
la cuna para obedecer a sus superiores; decía que respetaban rigurosamente a las
jerarquías y… ¡cuánta razón tenía! Ya que no casualmente en ese contexto de
obediencia y sumisión absolutas a los "superiores", nació Hitler, lo cual
debería llevar a cualquiera a cuestionarse si realmente son tan buenos, el
orden, la obediencia, el respeto por las normas y la disciplina, ya que un
Hitler no puede llegar al poder en un ámbito indisciplinado, desobediente e
irrespetuoso de las leyes; un pueblo indisciplinado, a un Hitler se lo come
crudo… sin embargo, cuando se dan levantamientos populares (sean por el motivo
que sean), hasta los zurdos más extremistas lamentan que no se respeten a las
autoridades ni a las leyes y anhelan un futuro en que eso sí ocurra, sin tener
en cuenta que la historia demuestra que una sociedad obediente, disciplinada, respetuosa
de las leyes y de las jerarquías, es la antesala de los mayores horrores, y los
mismos se previenen con la desobediencia, con el desorden… con el tan
injustamente denostado, caos.
Uno de los
jóvenes dijo:
-¿Por qué será
que los artistas no suelen ser de derecha?
Yo respondí:
-Porque ser de
derecha implica tener una visión unidimensional de las cosas, como la que se
tiene al ver una foto; al ver una foto común, aunque cambie de posición, uno
seguirá viendo lo mismo a diferencia de lo que ocurre cuando uno ve una imagen
tridimensional; si uno pasa de tener una visión unidimensional a tener la
tridimensional, podrá ver diferentes aspectos de la misma cosa al cambiar de
posición que antes no veía, lo cual lo llevará a admitir que la misma era mucho
más compleja de lo que parecía, además de muy distinta de una parte a otra de
lo que creía cuando la veía unidimensionalmente, y esto es más radical aún
cuando se tiene una visión polidimensional; en lo que respecta a una visión no
literal, el arte (ya sea a través de su creación o contemplación) ejercita a la
visión polidimensional; por ejemplo (no se aplica sólo a la literatura pero sí,
sobretodo a ella): cuando uno lee literatura, puede saber no sólo lo que los
personajes hacen y dicen, sino también lo que piensan y sienten además de las
historias de sus vidas (si es que el autor decide revelarlas, lo cual ocurre
muy seguido); en la vida "real", no, ya que en la misma tenemos una visión
mayormente unidimensional que nos lleva a no poder saber lo que las personas
sienten o piensan aun si lo expresan, ya que no sabemos si son honestas o no,
además no sabemos casi nunca cómo son las historias que tienen detrás de sí,
entonces, aun lo que vemos que hacen, desconocemos por qué lo hacen, y ante un
accionar de su parte que consideramos negativo, las solemos condenar
impiadosamente, y esa impiedad muchas veces disminuye cuando llegamos a conocer
a la historia detrás de la acción que consideramos equivocada, es decir, cuando
tenemos una visión polidimensional de las personas;… …En la literatura tenemos
una visión polidimensional que en la "realidad" también tenemos, pero
subdesarrollada (por eso prima la unidimensional); el arte nos permite
fortalecerla ya que, por lo ya dicho, su creación y/o contemplación, la
ejercita, y quien ejercita asiduamente a su visión polidimensional, tiene más
probabilidades de ponerse en el lugar del otro que alguien que no lo hace, y
por eso es que a su vez, los artistas, por ejercitar continuamente a su visión
polidimensional, rara vez son de derecha ya que la derecha implica
intolerancia/visión unidimensional, pero no hay que creer por esto que no se
puede ser intolerante siendo también de izquierda, de centro o libertario, ya
que la intolerancia es independiente de cualquier ideología, pero como se da
más comúnmente en la derecha, es que "derecha" e "intolerancia" son casi
sinónimos, y no digo que sea infalible ya que hay artistas intolerantes (de
derecha, o no), lo que digo es que es menos probable que se dé la intolerancia
extrema en alguien que ejercita a su visión polidimensional asiduamente, y el
ejercicio de la visión polidimensional lo constituye, como ya dije, la creación
y/o contemplación de arte (no digo que sea el único medio para ejercitarla,
pero sí el principal).
Uno de los
jóvenes dijo:
-Puede ser
cierto, pero creo que el arte tiene un lado negativo ya que en el mismo hay
sentimientos exagerados; por ejemplo: en el caso del romanticismo presentado en
las canciones… no digo que no exista el romanticismo en la realidad, pero sí
digo que no existe con la fuerza con que se presenta en las artes; en la
realidad, tal sentimiento suele ser tan insignificante respecto al presentado
en el arte, que al compararlos, es casi como si en la realidad no existiera en
absoluto.
Yo dije:
-Las situaciones
que se presentan en una obra de arte pueden ser inventadas, pero los
sentimientos son SIEMPRE tomados de la realidad; en ese sentido el arte siempre
cuenta realidades, lo que pasa es que al una realidad sentimental cualquiera
expuesta en las artes no ser la de uno (ni haberlo sido nunca), uno tiende a
creer que ese sentimentalismo no puede existir fuera de un contexto artístico,
pero es un error, porque sí existe.
Transcurrió un
rato más en que todos siguieron contando cosas que no transcribo por no
recordarlas, por lo que paso a transcribir aquellas de las que sí me acuerdo:
Uno dijo:
-Por un lado,
los moralistas son molestos… es más: son insoportables, pero parecen ser un mal
necesario ya que sospecho que el día en que nadie se indigne ante nada,
habremos perdido toda gana de vivir.
Otro dijo:
-Una vez, cuando
tenía un programa de radio, entrevistamos a uno que había sido actor de la "galería del terror" del Ital Park, y…
Una chica lo
interrumpió con la siguiente pregunta:
-¿Tenías un
programa de radio?
-Sí; uno de esos
programas que empiezan tipo: "Si usted quiere contribuir a la continuidad de
este programa, hemos abierto una cuenta corriente…" en fin; como decía,
entrevistamos a un actor de la galería del terror del Ital Park y el tipo dijo
que en la misma, la gente se asustaba tanto, que le pegaba, y él respondía ya
que la defensa propia es casi un acto reflejo que no es solamente un derecho
reconocido por las normas morales, sino también, por las legales; los otros
actores también contragolpeaban, por lo cual había denuncias del público y de
los actores (por eso en su equivalente en el actual Parque de la Costa, los actores disfrazados de monstruos, están a más o menos, quince cuadras del público)...
(Es todo lo que
por ahora recuerdo).
Posdata: Ah,
ahora me acuerdo de que una de las chicas, dijo: "Qué lástima que todo lo que
hablamos acá vaya a caer en el olvido por no quedar registros escritos, de
audio, ni nada…".