domingo, 30 de julio de 2017

Algo cercano a las lágrimas (cuento) - Martín Rabezzana



Pintura de Fabián Pérez
   Una noche del año 2006, en una de sus tantas caminatas de depresión y nihilismo, el joven se dirigió a un local nocturno; se acercó a la barra, pidió una bebida y se sentó, entonces se le acercó una alternadora y con una sonrisa le dijo:
   -Hola; ¿me invitás un whisky?
   -Sí -dijo él.
   El barman le sirvió a la mujer el consabido té frío que le cobraban al cliente como si fuera whisky del más costoso y ella con una seña lo invitó a dirigirse a una mesa; él agarró su vaso y la siguió; se sentaron y él jugó el juego de fingir que no sabía que ella era empleada del establecimiento y ella jugó a fingir que no sabía que él lo sabía, pero sólo por un rato, ya que tras un poco de conversación trivial, él le dijo:
   -En el tango aparecen mencionadas muchas veces las alternadoras, claro que son llamadas milonguitas… siempre son de origen humilde y llegan a trabajar al cabaret buscando a algún mishé que las lleve a conocer el sector vip de la sociedad (hoteles, restaurantes de lujo, etcétera), y lo llegan a conocer, pero sólo durante las noches ya que con el día vuelven a su vida de escasez material y dolor espiritual.
  Ella lo miró extrañada pero atentamente; él prosiguió:
  -Es como si el brillo de las milonguitas se pudiera percibir sólo de noche y por eso sus vidas de lujo concluyen con el día como si hubieran sido ilusorias y se inicia para ellas un período de gran tristeza que las hace volver a buscar esa vida lujosa anhelada siempre alcanzable sólo en la nocturnidad… …Como dice un vals: Las estrellas tienen que morir con los rayos del sol.
   Ella lo seguía mirando raro y tras unos segundos de silencio, le preguntó:
   -¿Cuántos años tenés?
   Él no respondió; ella prosiguió:
   -Sos joven, pero te gusta el tango.
   -¡Sí!; me costó que me gustara, porque al principio no me gustaba para nada, pero las letras me pudieron;… muchas veces me llevaron al frisson (hoy en día es llamado ASMR).
   -¿Qué es eso?
   -Es el efecto corporal que se da cuando algo te conmueve profundamente, generalmente algo artístico, una película o una canción y sentís una emoción que te estremece; es como un escalofrío que te recorre los hombros y la espalda;… es una sensación cercana a las lágrimas;… ¿lo sentiste alguna vez?
   Ella asintió; él dijo:
   -A mí me pasó mil veces escuchando tango.
   Tras un largo silencio, él le preguntó:
   -¿Con qué lo sentiste?
   Ella, que estaba esperando que él se lo preguntara, le respondió muy expansivamente demostrando así que la mujer que estaba debajo de ese personaje que para subsistir cada noche interpretaba, había emergido casi contra su voluntad ante la necesidad de contarle a otro cosas que la conmovían, y en ese momento que se extendió por un largo rato, ella le abrió su corazón ya que lo que tan sentidamente expresó, no estaba en el guión de su personaje interpretado.

   Tras el largo rato entre ellos de intercambio sentimental consistente en miradas y palabras bondadosas, se despidieron.

martes, 11 de julio de 2017

El tigre herido (cuento) - Martín Rabezzana



   Él era alguien cuya animosidad lo había llevado a tener conflictos con personas peligrosas; los mismos en algún momento excedieron el plano verbal y llegaron hasta el de la agresión física; dicha agresividad llegaría a un punto culminante el día en que recibió una carta manuscrita de un anciano que lo cruzó por la calle cuyas facciones le parecieron conocidas; le pidió insistentemente que la leyera y después se fue; la misma decía lo siguiente:

   "Te ruego que le prestes atención a esta carta cuya letra ya reconociste.

   Podemos decir que aceptamos la validez de todos los puntos de vista y que, por consiguiente, todo es subjetivo, pero el hecho de que tras decir esto sigamos discutiendo de cosa cualquiera, demuestra que no lo aceptamos en absoluto ya que cuando uno realmente acepta que no hay verdad sino verdades, depone toda actitud defensiva y ofensiva, pero lamentablemente, como ya dije, no lo aceptamos… seguimos sosteniendo la validez, sino única, MAYOR de nuestras convicciones sin advertir muchas veces que en el proceso nos autodestruimos por dentro, y esa lucha destructiva interna se materializa en los conflictos que tenemos con los demás, estén presentes o no (ya que discutimos y peleamos con ellos aún en el pensamiento), y lo que denota la voluntad de querer conflictos con los demás son los pensamientos negativos hacia ellos; si uno le dedica más tiempo a hablar o a pensar mal de otros que bien, es porque quiere conflictos con ellos, y la base del querer conflictos con los demás es la existencia de conflictos con la propia persona;… el estar en guerra con uno mismo es lo que precede al estarlo con otros porque uno expande lo que tiene en su interior. Esto ocurre para bien tanto como para mal, y a diferencia de lo que alguien lleno de odio siente, el que más logra herir al otro es quien más pierde porque su estado de guerra consigo mismo no se habrá resuelto y tras un tiempo habrá aumentado, ya que eso es lo que ocurre cuando uno descarga su furia en el otro al igual que sucede con el ejercicio; durante el ejercicio físico uno descarga energía, pero al descansar la misma vuelve y aumenta, por lo que la siguiente vez que haga lo mismo, será con mayor facilidad por su fuerza haber aumentado; igual ocurre con la energía furiosa que se materializa en las acciones contra los demás: en un principio constituyen una descarga de furia pero a la larga, la recargan, y tal búsqueda de descarga termina SIEMPRE en algo lesivo para uno mismo, de ahí lo lógico y aplicable a este caso de la frase de Antonio Porchia: "Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas".
   Hay un tango que dice: "esa bronca que nos une con cualquiera", y he aquí la causa de la tendencia a denostar a los demás y buscar así contagiar a otros del propio odio en contra de alguien: el querer lograr comunión con los demás por sentirse solo, ya que al buscar que los demás compartan el propio odio en contra de otro, se intenta lograr cercanía con ellos y se la logra, pero no es la pretendida, ya que la acción contra un enemigo común te hace ganar cómplices, pero no amigos; alguien que realmente sea tu amigo va a querer tu bien y por eso intentará disuadirte de toda acción que te sea negativa como lo es toda búsqueda de enemistad y castigo hacia otros; cuando entendés esto te das cuenta de que tu intento por ese lado de superar la soledad, es infructuoso, y el resultado es que estás más solo que antes… sabé que hay otras formas de lograr comunión con los demás.

   Ahora te digo lo más importante: no vayas al encuentro pactado para hoy, si lo hacés, te vas a arrepentir toda tu vida, lo sé porque YO SOY VOS; logré viajar en el tiempo para darte esta carta intentando disuadirte de lo que vas a hacer; ya reconociste tu propia letra en el papel, y si tenés alguna duda de que esto lo escribís vos mismo en el futuro, buscá ya mismo al perito calígrafo que vive al lado de tu casa y pedile que compare esta carta con tu letra y determine si son de la misma persona;… …Yo soy vos en el futuro y por eso sé que lo de hoy va a constituir el mayor error de tu vida del cual te vas a arrepentir siempre…
   Tenés la oportunidad de ser la persona que querés ser y dejar de ser la que ahora sos; la furia te ha poseído y llegaste al punto de creer que la misma sos vos, cuando en realidad tu verdadera persona está debajo de ella.
   Lo que hagas o no hagas hoy, va a determinar el resto de tu vida;… todavía estás a tiempo de evitar la tragedia.

   Hay frases que valen más que mil imágenes y que mil palabras, una de ellas ya te la presenté, ahora te dejo otra; es del maestro Funakoshi, y con ella me despido: "Cuando dos tigres se enfrentan, uno muere, el otro queda gravemente herido".

23 de enero de 2051."

   El joven del año 2003 estaba sorprendido y dubitativo respecto a quién sería el autor de la carta; no se decidió inmediatamente a buscar al perito calígrafo que vivía al lado de su casa como se lo había pedido quien fuera que hubiera escrito el texto, pero tras un rato se decidió y lo fue a buscar; golpeó a su puerta y le pidió que examinara la carta en cuestión, un texto que él mismo acababa de escribir, y determinara si la grafía de uno y otro texto eran de la misma persona; el calígrafo primero se negó aduciendo que no estaba en horario laboral, pero ante el temor por la insistencia agresiva del joven, accedió a examinar los textos, tras lo cual dijo:
   -Sí; las dos grafías coinciden; son de la misma persona.
   Entonces el joven sintió que algo se rompía en su interior y era la persona que hasta entonces había sido, y la conclusión de su actual vida implicaba el comienzo de otra nueva;… nada de esto lo racionalizó en el momento, pero sí asimiló emocionalmente que alguien nuevo nacía con la muerte que se sucedía de la persona que entonces era; por la emoción que eso implicaba, no pudo decir nada, simplemente se puso a llorar.