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lunes, 13 de noviembre de 2023

Magda de noche (cuento) - Martín Rabezzana


(La siguiente historia es un capítulo previo de mi cuento: “Gracias por venir a buscarme”, publicado en mi libro: “Mi obra consagratoria”).

-Palabras: 1.620-
   La conversación que a continuación se presenta, tuvo lugar una noche de viernes levemente fría del año 1929, en circunstancias en que los dos amigos transitaban tranquilamente por la calle Alsina a la altura 490, de la ciudad de Quilmes; uno de ellos, cuyo nombre era Lucas, le dijo al otro:
   -Todo tiene un lado opuesto y todos los opuestos son complementarios e interdependientes; el día no puede existir sin la noche. La vida no puede existir sin la muerte y la realidad no puede existir sin la ficción; por ejemplo: el “pueblo” (en el sentido de estado-nación, que es el que actualmente mayormente se le da a ese vocablo) no existe, ya que en cada país, la homogeneidad entre las personas en cuanto a cultura, formas de pensar, de sentir y de ser (lo cual debe darse por existente para aplicarle a los nacidos en el mismo territorio, un título étnico común), es absolutamente NULA, y por ser nula, la consideración de que quienes nacen en el mismo país conforman un pueblo, es totalmente fantasiosa; el “pueblo” es una ficción que, como toda otra ficción, sostiene una realidad; sin dicha ficción, su contraparte fáctica, no se sostendría. Como prueba de esto, formulo la siguiente pregunta retórica: si todos los que nos llamamos argentinos, dejáramos de llamarnos así… el presidente argentino… ¿a quién podría gobernar? A NADIE, ya que ninguna población puede considerar que sea su líder legítimo, alguien que lleve un título nacional, distinto al de ella, de ahí que la ficción de la nacionalidad sea imprescindible para la existencia de la realidad de la gubernabilidad.
   Entonces su amigo (que se llamaba Eloy), que nada convencido estaba de lo que había escuchado, le dijo:
   -Yo creo que es muy discutible tu idea de que la realidad está conformada por ficciones; si así fuera, bastaría con reemplazar a la historia con leyendas positivas para que a partir de ellas, las personas empezaran a conformar una realidad también positiva, y no creo que sea tan sencilla la cosa; yo creo que caés en el error de sobrevalorar a las fantasías, a las ficciones, ya que si bien, un valor, innegablemente tienen, el mismo no pasa de ser el que tiene cualquier otro tipo de divertimento, por eso, sin ánimo de ofender, te digo que para mí, lo que importa en serio, es la realidad, y es a ella que tenemos que valorar debidamente, en pos de entenderla y poderla mejorar; si nos llenamos la cabeza de ficciones, ninguna intervención útil podremos tener en los hechos; por todo esto es que considero que quienes le dan demasiada importancia a las fantasías, como por ejemplo, las personas religiosas, viven en un absurdo altamente nocivo para sí mismas y para los demás.
   Entonces Lucas, aferrado a sus ideas, le respondió:
   -Lo absurdo en serio, es desacreditar a alguien por tener creencias que consideramos fantasiosas (religiosas, políticas u otras), por asumir, como hacés vos, que lo único importante es la realidad, ya que a partir de las ideas fantasiosas que tengamos, actuamos de determinada manera, y con esas acciones, creamos determinadas realidades, y si tuviéramos otras ideas fantasiosas, actuaríamos de otra manera y crearíamos otras realidades, de ahí que SIEMPRE sean las ficciones que en la cabeza tengamos, generadoras de realidades, y de ahí a su vez que la separación entre la fantasía y la realidad, no exista.
   Eloy, que seguía sin aceptar el razonamiento que se le presentaba, dijo:
   -¡Pero mirá cómo se ha destruido (y se sigue destruyendo) el mundo por culpa de la gente que se ha tomado demasiado en serio, ideas totalmente fantasiosas! ¡Mirá el daño que han hecho las religiones!… Si la humanidad fuera más realista, mucho del daño que se hace a sí misma y a las demás formas de vida, disminuiría.
   Para ese entonces, los dos jóvenes que, como ya dije, habían iniciado esta conversación filosófica en la calle Alsina a la altura 490, al llegar a la altura 400, habían doblado hacia la derecha y empezado a transitar por la calle Sarmiento; tan sólo una cuadra los separaba de la calle Nicolás Videla en la que, a la altura 374, en donde actualmente hay un importante edificio moderno, en los años 1920 había un monumental cabaret llamado: “Magda de noche” (*), por el cual pasaron figuras de la música, legendarias, como Osvaldo Fresedo y
su orquesta, las cancionistas Linda Thelma, Ada Falcón y Rosita Quiroga, dúos tales como: Magaldi-Noda y Gardel-Razzano, además de deportistas de combate como Valentín Alberti y el griego Antonópulos, que en aquellos años veinte, eran cuchilleristas destacados.
   Tras unos segundos de silencio, Lucas dijo:
   -Vos valorás demasiado eso que llamás “realidad”, pero… ¿la realidad no es un concepto subjetivo? ¿Qué es la realidad?…    Para mí, lo que las distintas personas llamamos “realidad” al referirnos a la misma cosa, no es más que una coincidencia de subjetividades, y si nuestra subjetividad cambia, lo que llamamos realidad, también cambia, por la misma no tener existencia fuera de nuestra percepción.
   Eloy, con la tranquilidad de quien se cree poseedor de la verdad, dijo:
   -No… yo creo que la realidad existe, es unívoca y totalmente independiente de nuestra percepción por tener entidad propia.
   Lucas, levantando un poco la voz en esa marcha nocturna bajo las estrellas que entre ellos, hasta el momento se había realizado sin querellas, dijo:
   -Pero… si yo creo que algo es cierto y vos no, mi realidad será para vos, una fantasía, así como esto último será para mí, tu realidad; ¿y quién decide cuál de los dos tiene razón y, por consiguiente, quién es realista y quién, fantasioso?
  Entonces Eloy, que a diferencia de Lucas, era un creyente fanático en todo aquello que lleva el título de “ciencia”, respondió:
   -Para determinar quién ve las cosas como realmente son, están los diplomados en ciencias;… En tiempos recientes, la psicología y la medicina se han fusionado, y los expertos en ambas materias son totalmente capaces de determinar quiénes ven las cosas como realmente son, y quienes, producto de un trastorno psicosomático o somatopsíquico, son fantasiosos, por no decir: “enfermos” o “locos”; si leés por ejemplo, la obra de…
   Entonces Eloy abruptamente se calló y detuvo su marcha al igual que Lucas, en el mismo momento en que desde la calle Sarmiento, media cuadra antes de llegar a Nicolás Videla, vieron frente a “Magda de noche”, aparecer de la nada, una nube densa que durante unos treinta segundos se arremolinó sobre una vereda para después, al empezar a disiparse, descubrir a un hombre joven, elegantemente vestido y peinado a la gomina que, tras mirar sonriendo al cabaret que en la vereda frente a él, se encontraba, cruzó la calle y al mismo, ingresó.
    Tras esta visión de la que ambos descreyeron, Eloy le preguntó a su amigo:
    -¿Viste eso?
    Entonces Lucas, totalmente maravillado, dijo:
    -Sí.
    Seguidamente, ambos jóvenes se sumieron en un silencio total durante el cual, el cientificista Eloy, empezó a imaginar cómo sería tratado por la sociedad si manifestaba haber visto lo que vio; se veía siendo desacreditado, ridiculizado, humillado y hasta manicomializado por considerárselo, delirante, ya que nadie creería posible a lo que él entonces interpretó como la materialización desde la nada de una persona, pero él sí lo creía, y no sólo creía, sino que sabía, ya que acababa de presenciar tal suceso, pero eso que él sentía real, sería considerado irreal/fantasioso, por los demás, salvo claro, por Lucas, que también había sido testigo del hecho fantástico.
   Pasaron varios minutos en los que, una y otra vez, ambos jóvenes manifestaron sorpresa absoluta por lo que habían presenciado.
   En determinado momento, no sin cierto temor, cruzaron a la esquina de Sarmiento y Videla en donde habían visto a la nube teletransportar a un hombre, y tras un largo silencio, finalmente Eloy, ya con su criterio cientificista hecho pedazos, le dijo a su amigo:
   -Tenés razón… la separación entre la fantasía y la realidad, no existe.



(*) El cabaret: “Magda de noche”, situado en Nicolás Videla 374, esquina Sarmiento, en la ciudad de Quilmes (Magdalena del Buen Ayre, Buenos Aires, Argentina, América, planeta tierra) fue inaugurado en 1913 y demolido en 1956 por la Revolución Fusiladora (oficialmente llamada: Revolución Libertadora), en una acción tendiente a favorecer al centralismo cultural y económico porteño, que se veía (y se ve aún hoy) amenazado por todo lugar convocante en materia cultural y de esparcimiento, situado más allá de los límites de Capital Federal; este no fue el único caso; lo mismo ocurrió con muchos otros lugares en la década del 50 y en las siguientes, siendo destacables los casos del Cine/Teatro Colón, de Quilmes (1909-1969), imperdonablemente demolido, y el del Teatro Argentino de La Plata, que, por causas oficialmente desconocidas, en el año 1977 se incendió; la historia no oficial cuenta que fue el gobierno dictatorial el que intencionalmente lo prendió fuego; otra cosa no se puede pensar desde el momento en que cuando los vecinos testigos del incendio se presentaron en las comisarías para denunciar que habían visto a quienes lo iniciaron, la policía no quiso tomarles las denuncias y los amenazó de muerte al tiempo que les ordenaba con el tema no insistir; volviendo al cabaret “Magda de noche”;… el mismo vio el desarrollo, esplendor y ocaso, del tango-canción, y tuvo el honor de recibir en su escenario, a los más destacados músicos de dicho género musical, así como esos músicos tuvieron el honor de pasar por el escenario de ese lugar valiosísimo y hoy casi por todos, completamente olvidado, que debería haber sido declarado por la municipalidad, patrimonio histórico cultural de Quilmes, por el gobierno nacional, patrimonio histórico argentino y… ¿por qué no?, por la UNESCO, patrimonio de la humanidad.