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Pintura de Fabián Pérez |
-Hola; ¿me
invitás un whisky?
-Sí -dijo él.
El barman le
sirvió a la mujer el consabido té frío que le cobraban al cliente como si fuera
whisky del más costoso y ella con una seña lo invitó a dirigirse a una mesa; él
agarró su vaso y la siguió; se sentaron y él jugó el juego de fingir que no
sabía que ella era empleada del establecimiento y ella jugó a fingir que no
sabía que él lo sabía, pero sólo por un rato, ya que tras un poco de
conversación trivial, él le dijo:
-En el tango
aparecen mencionadas muchas veces las alternadoras, claro que son llamadas milonguitas… siempre son de origen
humilde y llegan a trabajar al cabaret buscando a algún mishé que las lleve a conocer el sector vip de la sociedad (hoteles, restaurantes de lujo, etcétera), y lo
llegan a conocer, pero sólo durante las noches ya que con el día vuelven a su
vida de escasez material y dolor espiritual.
Ella lo miró
extrañada pero atentamente; él prosiguió:
-Es como si el
brillo de las milonguitas se pudiera percibir sólo de noche y por eso sus vidas
de lujo concluyen con el día como si hubieran sido ilusorias y se inicia para ellas un
período de gran tristeza que las hace volver a buscar esa vida
lujosa anhelada siempre alcanzable sólo en la nocturnidad… …Como dice un vals: Las estrellas tienen que morir con los rayos
del sol.
Ella lo seguía
mirando raro y tras unos segundos de silencio, le preguntó:
-¿Cuántos años
tenés?
Él no respondió;
ella prosiguió:
-Sos joven, pero
te gusta el tango.
-¡Sí!; me costó
que me gustara, porque al principio no me gustaba para nada, pero las letras me
pudieron;… muchas veces me llevaron al frisson
(hoy en día es llamado ASMR).
-¿Qué es eso?
-Es el efecto
corporal que se da cuando algo te conmueve profundamente, generalmente algo
artístico, una película o una canción y sentís una emoción que te estremece; es
como un escalofrío que te recorre los hombros y la espalda;… es una sensación
cercana a las lágrimas;… ¿lo sentiste alguna vez?
Ella asintió; él
dijo:
-A mí me pasó
mil veces escuchando tango.
Tras un largo
silencio, él le preguntó:
-¿Con qué lo
sentiste?
Ella, que estaba
esperando que él se lo preguntara, le respondió muy expansivamente demostrando
así que la mujer que estaba debajo de ese personaje que para subsistir cada
noche interpretaba, había emergido casi contra su voluntad ante la necesidad de
contarle a otro cosas que la conmovían, y en ese momento que se extendió por un
largo rato, ella le abrió su corazón ya que lo que tan
sentidamente expresó, no estaba en el guión de su personaje interpretado.
Tras el largo
rato entre ellos de intercambio sentimental consistente en miradas y palabras
bondadosas, se despidieron.