domingo, 21 de abril de 2019

Cuidador del sueño o: Lo primero es hacer daño (lo segundo, lo tercero y todo lo que viene después, también) (cuento) - Martín Rabezzana



  
     Tras haber disminuido bastante la tensión nerviosa que le causó el hecho recién vivido, el hombre dijo lo siguiente:
   -Mucho se habla en los idearios positivistas sobre lo "bueno" del no ser individualista y de "trascender al ego" para aceptarse y sentirse parte del todo en vez de relegarse a una parte ínfima del universo como es la propia persona, sin embargo, yo no acepto tal positividad ya que para reconocer a lo que sea que consideremos bueno, necesitamos experimentar lo malo, al igual que para reconocer al calor, necesitamos experimentar el frío; para reconocer a la alegría, necesitamos experimentar tristeza, y así con todo, por lo que aplicando esta lógica, para poder reconocer y apreciar a la unidad, necesitamos experimentar a la dualidad, y si la misma es ilusoria por todo ser unidad, necesitamos entonces experimentar la ilusión de la dualidad, de ahí lo ridículo y negativo del condenar a la discriminación, no sólo por ser la misma una condena a la propia esencia humana (ya que sin clasificaciones, sin sistemas de castas…. en una palabra: sin racismo, no seríamos humanos, seríamos como el resto de los animales, y NO LO SOMOS), sino también por constituir la asimilación emocional en esta vida de la unidad, una barrera para el progreso espiritual de la humanidad ya que el mismo implica pasar de la polaridad a la unidad, o (dicho en términos racistas, ya que esa implicancia tiene el poner a la oscuridad para representar al mal y a la claridad para representar al bien) de la oscuridad a la luz, dado que, como ya dije, para poder reconocer y apreciar a la unidad, necesitamos experimentar a la dualidad, es decir, necesitamos estar polarizados y no ver a la unidad existente en todas las cosas a las que consideramos contrarias para finalmente sí poder reconocerla y apreciarla;… necesitamos la ilusión de que una fuerza puede destruir a otra y a su vez, necesitamos ponernos del lado de aquella que represente a lo que consideramos bueno, ya que de no hacer nada de esto, no estaremos cumpliendo con la misión que en esta vida como espíritus materializados, tenemos, ya que el alma al encarnar, se contrae y pierde conciencia de su infinitud y unidad con el todo, y esto la misma lo sabe antes de venir al mundo, ¡y justamente por eso vino! Vino a contraerse, a limitarse, a polarizarse, ya que, como ya dije, eso es lo que necesita para finalmente poder apreciar a la unidad; cosa tal le sería imposible de no experimentar en algún momento la polarización, por lo que aceptando todo esto… ¿qué lógica lleva a creer que la inconsciencia general sobre la unidad del todo es negativa? ¡Si eso es justamente lo que las almas vinieron a buscar!... Por eso yo no condeno a ninguna forma de racismo, de sistema de castas ni de discriminación, ya que el sumirse en todos esos divisionismos, lejos de llevar a una involución en materia espiritual, es justamente lo que lleva a la evolución.
   Tras decir todo esto, el individuo suspiró profundamente, después prosiguió con su discurso.
   -Como ya expuse, vinimos al mundo justamente a sentir que somos parte de algo que no es el todo; vinimos, sino a dividirnos, a tener la ilusión de la división, y por eso aquel que abogue por la conciencia de las personas de la unidad del todo, estará abogando por la NO EVOLUCIÓN de las almas encarnadas… Esto que para mí es tan obvio, ¿cómo es que vos nunca lo entendiste?
   Y tras sollozar como si estuviera triste, caminó por la habitación y realizó gestos contradictorios como de alegría, tristeza, temor y coraje; después continuó diciendo lo siguiente:
   -No alcanza con tener algo que necesitamos para que lo obtenido sea positivo, debemos  obtenerlo a su debido tiempo, ya que si el momento en el que conseguimos lo positivo que queremos es prematuro o tardío, esa cosa positiva deseada y hasta imperiosamente necesitada en algún momento, es negativa; … …Es muuuy negativo conseguir lo que se quiere a destiempo; por ejemplo, en su libro: "El yo dividido", Ronald Laing dice que hay ciegos de nacimiento que tras una cirugía adquieren el sentido de la vista y lo que experimentan es confusión, desorientación y malestar, y es lógico que sea así porque, como ya dije, necesitamos de ciertas cosas pero a su debido tiempo; cuando las obtenemos a destiempo, lo bueno se vuelve malo, de ahí que para alguien que llegó a la edad adulta sin el sentido de la vista, sea mejor no adquirirla nunca (esto es lo que la mayoría de los ciegos de nacimiento expresa tras someterse a una cirugía reparadora de la vista);… también dice en ese libro que hay casos de psicóticos que experimentaron la sensación de deshacerse en el medio ambiente al punto de dudar de si existían como individuos materiales, o sea, sintieron a su "ego" deshacerse y fundirse con el todo, y lejos de describirlo como algo positivo, lo describieron como algo aterrador, y no es ilógico que así sea ya que dicha "trascendencia del ego" es algo para lo que no estamos preparados en esta vida (si alguien lo está, es un caso excepcional); en algún momento sí lo vamos a estar, pero no en vida ya que el momento de fundirse con el todo es al morir; el vivir implica sentirse separado de lo y los demás; si perdiéramos ese sentir de separación, nos volveríamos locos, y de no volvernos locos, seríamos como ciegos de nacimiento que adquieren a una edad adulta el sentido de la vista… en tal caso el malestar es (salvo en casos excepcionales que confirman la regla) INEVITABLE…
   El hombre volvió a hacer una pausa en su exposición de conceptos que duró varios segundos, tras lo cual continuó hablando.
   -Laing también expresa que, habiendo diversos estados de conciencia que pueden ser considerados tan reales como éste, el hecho de que apenas nos acordemos de nuestros sueños expone lo poco que conocemos a lo que está en nosotros mismos; dice más o menos que la psicosis es un estado en el que el "velo" de la percepción se descorre y se pueden ver otras realidades… también hipotetiza sobre la posible condición irreal/onírica de este estado al expresar que los psiquiatras, con su trabajo represor, son personas dormidas que a su vez velan por el sueño de otros durmientes, por eso anestesian a aquellos que se despiertan, y un psicótico es alguien que se despierta y puede llegar a despertar a los demás (Nota del autor: ser psicótico no implica necesariamente tener alucinaciones ni nada parecido; basta con cuestionar al orden establecido para ser llamado así por los poseedores de turno del poder)…  y… …¿tan malo es eso?... ¿Tan malo es lo que hacemos?... CUIDAMOS AL SUEÑO DE LOS DURMIENTES, sin embargo ustedes no lo entienden y nos combaten como si fuéramos monstruos que amenazan sus vidas, y como lamentablemente no lo entendiste (no entendiste la función trascendente que cumplimos), te pusiste en nuestra contra y por eso terminaste como terminaste… …Vos te buscaste esto que te pasó; no fue mi culpa nada de esto, ¿eh?... fue TUYA.
   Y tras decirle todas estas cosas a la mujer en el piso muerta por él, el hombre se fue.

   Si bien el individuo tenía un arma de fuego que le había sido asignada para realizar su tarea, al sentirse en condiciones de superioridad física respecto a su víctima, prefirió matarla a golpes.

   El victimario, licenciado en psicología y habilitado para prescribir psicofármacos (como todos los psicólogos lo estarán allá por mediados del siglo veintiuno, que es en donde se desarrolla la historia presentada), era parte de un grupo especial de disciplinadores creado por el estado que, no obstante tener por objetivo matar a gente contraria a sus intereses y privilegios, seguía manteniendo la justificación moral que lo llevaba a no considerarse "opresor", "victimario" ni "asesino", sino: "profesional de la salud",  "humanitarista", "defensor de la vida", etcétera.
   La víctima era sobreviviente de la psiquiatría y la psicoterapia y era además militante de la antipsiquiatría y la contrapsicología.


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