jueves, 14 de febrero de 2013

Amor por amor (cuento) - Martín Rabezzana


  

   Un joven se encontró con otro cuyo entrenamiento en cuestiones místicas le había permitido viajar en el tiempo. Le dijo:
   -Quiero creer que es verdad lo que supuestamente lograste, y como me debés algunos favores te doy la oportunidad de agradecerme enseñándome a viajar en el tiempo, ya que hay algo muy importante que tengo que hacer en el pasado.... ¿Podés?
   El joven sonrió.
   -Sí, pero toma varios años de entrenamiento mental y no creo que quieras esperar tanto.
   El primer joven, un poco desanimado, mantuvo seria su expresión unos segundos, tras lo cual enérgicamente dijo:
   -¡Tiene que haber otra manera!
   El viajero del tiempo se esperaba esa declaración y dijo sonriendo:
   -Sí, hay otra manera... hay plantas procedentes de la isla de Pascua usadas por sus habitantes antiguos que te permiten entrar en un estado de conciencia que te lleva al pasado.
   El joven que quería viajar dijo:
   -¡La antigua sabiduría indígena americana!
   -Sí, es antigua, pero los habitantes más antiguos de la isla de Pascua no son indígenas de América sino de Oceanía.
   -¡Me voy ya mismo para la isla!
   -No hace falta. Tengo una de esas plantas en mi casa.
   Permanecieron en silencio durante un rato antes de ir a la casa del viajero. Una vez ahí él buscó la planta, le dio varias hojas y le dijo:
   -Hacé una infusión con esto y repetí varias veces en voz alta la fecha exacta a la que querés ir después de tomarla. Eso es todo. Una vez allá tenés diez horas solamente, después de eso volvés a esta época, y usá bien el tiempo porque no podés ir al mismo lugar dos veces. ¿Está todo claro?
    Su interlocutor asintió y se fue a su casa, preparó la bebida, la tomó y repitió varias veces en voz alta la fecha a la que quería viajar; después de varios minutos su percepción de todo el ambiente cambió; ya no estaba en el año 2010 sino en el hall vacío de un edificio en el año 1967; la planta había funcionado, lo había llevado adónde él quería.
   Se precipitó a la calle y tomó un taxi; le dijo al taxista que quería ir a cierto canal de televisión y al llegar, antes de salir le preguntó:
   -¿Sabe cómo tengo que hacer para entrar al canal y ver un espectáculo?
   -¿Venís a ver a esa cantante?
   -Sí.
   -¿Sos argentino?
   -Efectivamente.
   -Entonces decí que lo sos y te van a dejar entrar porque como va a estar esa extranjera, el lugar va a estar lleno de sus compatriotas y va a escasear el público local, por eso si chapeás de argento te dejan pasar de una.
   -¡Muchas gracias!
   Le pagó y bajó del taxi mientras el taxista miraba extrañado los billetes del siglo veintiuno que le habían dado; el joven siguió la indicación del taxista y entró al canal inmediatamente. 

   Una vez dentro se dirigió a un pasillo y buscó los camarines. Un guardia apareció y le dijo:
   -Disculpe, no le está permitido al público estar acá.
   -Estoy buscando el baño.
   -¡Ah! Está del otro lado, en el otro pasillo.
   -Gracias.
   El joven hizo como que iba para ese lado y cuando el guardia se fue volvió de nuevo corriendo hacia los camarines y entró en uno. Había una mujer dentro y ella dijo:
   -¿Estás buscando a alguien?
   El joven pensó rápido.
   -Estoy buscando a "..." para decirle que su presentación se va a retrasar unos minutos. ¿Está acá?
   -No, su camarín es el siguiente a éste.
   -Perdón.
   -No es nada.
   Fue al siguiente camarín y al ver que la puerta estaba entornada miró a su interior; había una chica sentada frente a un espejo que era la persona a la que buscaba. La saludó.
   -Hola.
   -Hola.
   Pasaron varios segundos en silencio y después ella dijo en su idioma:
   -¿Sos empleado de acá?
   -No.
   Entonces ella, un poco asustada, se levantó y fue rápidamente hacia la puerta, él se le interpuso y en el idioma de la chica le dijo:
   -¡Esperá, solamente quiero hablar con vos! Dame unos minutos y después me voy.
   Ella no vio maldad en su expresión, por eso ya tranquila dijo:
   -Está bien.
   Él la miró profundamente a los ojos y después de algunos segundos apartó la vista; hizo lo mismo varias veces. Después, habiendo tomado coraje le dijo:
   -¿No sabés quién soy?
   Ella negó con la cabeza.
   -Pensá. Sentí.
   La chica no tenía la mirada maliciosa que tendría algunos años más tarde. Esa mirada no era habitual en aquel entonces en las mujeres tan jóvenes; ella lo miraba inocentemente sin intención alguna de lastimarlo.
   -Vos me vas a tener dentro tuyo en algunos años y me vas a abandonar... ...Vine del futuro para verte.
    Entonces la mirada de la chica fue de sorpresa; él prosiguió:
   -¡Todavía sos una nena, mamá! -le dijo y se alejó.
   Después de unos segundos se volvió hacia ella y le dijo:
   -Sé que no me creés, por eso voy a decirte algo que te pasó de chica que vas a revelar en público dentro de muchos años; algo que no le contaste a nadie.
   Él le dijo lo que ella nunca le había contado a nadie y ella dijo sorprendida:
   -¿Cómo sabés eso?
   -Ya te lo dije; vine del futuro.
   Permanecieron en silencio durante varios segundos, tras lo cual le dijo:
   -¿Sabés qué?... ¡Yo quiero odiarte! ¡Te quiero cagar a golpes, pero no me hiciste nada todavía, e incluso a la persona que vas a ser que me abandonó nunca la pude odiar, y no sé por qué, ya que yo odio profundamente y tengo la mejor razón para odiarte a vos, pero!... no puedo.
   La chica lo miró con compasión sin saber qué decir; el no tener palabras no sólo se debía a la situación excepcional en que se encontraba, sino también a su manejo limitado de las mismas (y me refiero a las de su primer idioma), en parte debido a su joven edad y al hecho de ser una persona poseedora de una gran belleza, lo cual le permitía tener la atención y el afecto de mucha gente sin ningún esfuerzo, razón por la cual no le había sido necesario desarrollar su intelecto para obtener lo más importante de la vida; él se le acercó.
   -Quiero mostrarte algo.
   Se levantó una manga y le mostró el tatuaje que tenía en el hombro derecho. Ella sonrió y dijo:
   -¿Quién es?
   -Tu nieta.
   Su sonrisa disminuyó.
   -¿Cuántos años tiene?
   -25.
   -Pero vos tenés...
   -Fue a verme desde el futuro -y sonriéndole, agregó:

   -Ella heredó tu belleza. ¡Mirá qué linda que es!
   Él se alejó un poco y al ver una silla en la que había una guitarra dijo:
   -¡Una guitarra! ¿Puedo tocar?
   -¿Sabés?
   -No parece difícil.
   Él agarró la guitarra, empezó a arpegiar y ella dijo:
   -¡Buenísimo!
   Él sonrió.
   -¿Querés escuchar una gran canción o una mía?
   -¡Una tuya! -dijo riéndose.
   -Estaba jodiendo. Todas mis canciones son grandes; como reza el dicho medieval: "Hace bien en hablar bien de sí mismo quien no encuentra a nadie más que lo haga."
   Él cantó una canción y tras terminar ella aplaudió.
   -¿Te gustó?
   -¡Sí! ¡Tocá otra!
   Él tocó una canción en castellano que hablaba de desamor. Tras terminar dijo:
   -No te digo que es sobre vos, pero podría ser...
   Ella se mostró triste como él; él le preguntó:
   -¿Vos no escribís?
   -No.
   -¿Por qué?
   -Porque no tengo ninguna habilidad para eso.
   -Se puede aprender; aunque haya gente más talentosa que otra, cualquiera puede llegar a escribir algo técnicamente bueno, si no lo hace es porque no se esforzó lo suficiente... Todo el mundo tiene algo que expresar... ...Ponele melodía a algo que sientas profundamente, escribilo y cantalo.
   Permanecieron en silencio durante unos segundos y después él dijo:
   -Vine a conocerte y te conocí. Ahora me voy.
   Ella dijo:
   -¡Quedate un rato más!
   Él sonrió más felizmente que nunca y se sentó a hablar con ella de cosas alegres; después de casi una hora (que fue la mejor de la vida del joven) alguien la llamó y él dijo:
   -Tenés que irte, y yo también.
   Se puso de pie y ella hizo lo mismo.

   El joven la miró con resignada tristeza y dijo:
   -Es raro tenerte acá sabiendo quién sos... ...¡Sos más chica que yo, mamá!
   Ella lo abrazó y después de unos segundos él la alejó y dijo:
   -Años de gran esfuerzo estudiando tu idioma de m... valieron la pena -y se rió en voz baja. Después dijo:
   -Nos vamos a ver de nuevo.
   Ella apuradamente lo besó y él le devolvió el beso; se contemplaron unos segundos en silencio y mientras experimentaba una conmovedora mezcla de alegría y tristeza, él se fue lagrimeando.

1 comentario:

  1. sè que no es lugar para decìrtelo pero no tengo vìas de comunicaciòn contigo y luego de este mensaje me bloquearàs como haces siempre aunque desconozca por què... de un solo pantallazo (luego de leer tu comentario en mi blog)me cautivaron ciertas cosas de ti y mi intenciòn era seguir leyendo tu blog siempre, no entiendo tu inseguridad y ni siquiera te conozco asì que no sè por què te estoy dando importancia. Bye!No entrarè màs aquì donde creo no ser bienvenida...

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