jueves, 14 de febrero de 2013

La chica del colegio (cuento) - Martín Rabezzana

   
   Yo caminaba por una calle cercana a un colegio secundario cuando vi a una chica acercárseme. Yo tenía dieciséis años, ella parecía tener la misma edad; me tomó de un brazo sin decirme nada y en ese momento apareció un chico queriendo hablar con ella.
   -No tenemos nada de qué hablar -dijo ella.
   -Sí tenemos de qué hablar. Vení a mi casa.
   Entonces lo miré esperando una reacción negativa de su parte, pero la misma no existió.
   Empezamos a caminar mientras el chico se mantenía unos pasos detrás nuestro intentando convencerla de hablar con él; yo sabía que ella me estaba usando para deshacerse de su novio, pero no me importaba. El instinto de conservación de la especie es tan poderoso, que la simple idea de tener algo con ella me hizo fácil el exponerme a una agresión; después de varios metros el chico se fue.
   Seguimos caminando unas cuadras y cuando llegamos a su casa, para mi sorpresa, en vez de pedirme que me fuera, la chica me pidió que entrara con ella; en cuanto entramos al living empezó a sacarse la ropa, después se sentó en el suelo y me preguntó:
   -¿Vamos a hacerlo o no?
   Empecé a sacarme la ropa y su madre entró en la habitación, entonces me vestí lo más rápido que pude, pero la madre pasó simplemente hacia la cocina después de haber tenido con su hija una conversación absolutamente irrelevante. A los pocos segundos su madre se fue; apenas había notado mi presencia. Era obvio que su hija había hecho esto antes, por lo que pensé: "¡Qué puta!"
   Volví a sacarme la ropa y me acerqué a ella.
   Más allá de lo obvio, lo que más recuerdo ahora es lo que entonces pensé; ella iba a darme lo mejor de mi vida y yo sólo tuve hacia su persona un pensamiento de desprecio; aunque no lo haya expresado en voz alta, me siento culpable por eso, ya que esa chica hermosa fue muy amable conmigo y no merecía siquiera el menor pensamiento negativo de mi parte.

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