Una madrugada
del año 2014, dos parejas amigas se dirigieron a una laguna de la ciudad de San
Pedro para contemplar el amanecer; faltaba casi una hora para que el sol
saliera cuando llegaron; estacionaron la camioneta y bajaron; el frío era
agradable y hacía a la infusión que compartían (mate) muy valorada; tras decenas
de minutos uno de los varones se alejó de los demás y se acercó a la parte más
elevada de los alrededores de la laguna, entonces divisó a lo lejos una especie
de pájaro negro que se acercaba a la misma; cuanto más se acercaba, más se
advertía lo extraño que era, por lo que llamó a su novia y amigos.
-¡Che! ¡Vengan
rápido!
No estando
seguro de que hubieran oído, insistió:
-¡Vengan a ver
esto! ¡Apúrensé!
La novia de su
amigo se acercó.
-¿Qué pasa?
-¡Mirá ese
pájaro!
El ser alado ya
estaba a una distancia no muy lejana de ellos, entonces pudieron darse cuenta
de que no era lo que parecía ser visto de lejos; sus alas negras se batían en
el aire y poco antes de descender a orillas de la laguna, dejaron de agitarse y
planearon. En ese planeo los dos espectadores pudieron apreciarlas en su
verdadera y majestuosa dimensión; la mujer dijo:
-No es un
pájaro.
El ser alado se
acuclilló en una orilla como si buscara recuperar fuerzas; tras más o menos un
minuto en que el hombre y la mujer, sumidos en una total sorpresa, lo miraron
en silencio, el ser alado dirigió su mirada a ellos; lo más luminoso que había
en él estaba en el brillo de sus ojos que, dirigidos hacia los espectadores, causaron
miedo en ambos, lo cual llevó a la mujer a tomar la mano del hombre,
entonces el miedo disminuyó y sintieron que los unía poderosamente algo que ya
no era el temor; así permanecieron un rato; el miedo que habían sentido era
infundado ya que el ser alado ningún daño iba a hacerles.
Poco después, el
ser se levantó, abrió sus alas, las agitó y se elevó; una vez que hubo llegado
muy alto, se dirigió a media velocidad unos cien metros hacia el sur de la
laguna como para tomar impulso, hizo una breve pausa y se fue a gran velocidad
en dirección opuesta a la anterior exponiendo sus enormes y hermosas alas
negras relucientes como el petróleo.
El episodio duró
unos tres minutos; en ese momento se acercaron los dos miembros restantes del
grupo y la mujer le soltó la mano al hombre.
El novio de la mujer,
al acercarse, dijo:
-¿Qué pasa? ¿Qué
querías que viéramos?
Él no respondió,
la que respondería sería ella, pero en vez de contarles lo que habían visto, en
parte por sentir que ellos no les creerían y en parte por sentir que al revelar
su experiencia habría indirectamente revelado el lazo sentimental que se había
creado durante el curso del acontecimiento, dijo:
-Es que había
una bandada de pájaros muy lindos; se la perdieron, pero bueh; ya pasará otra.
El otro testigo
del acontecimiento tampoco reveló nada y al rato llegó el sol cuya salida
habían ido a ver.
Como a las siete
y media de esa mañana fueron a una cafetería a desayunar, y tras comentarle a
la camarera que habían estado en la laguna, ella les dijo:
-¿Y? ¿Lo vieron?
-¿A quién? -dijo
la mujer del grupo que no había presenciado el suceso.
-Al ser alado;
pensé que habían venido a verlo porque cada vez más gente viene por eso… es que
hay una leyenda reciente en San Pedro sobre un ser alado que aparece de noche en la
laguna; dicen que parece un pájaro negro enorme que sería el alma en pena de
una persona que se suicidó por desamor ahogándose en sus aguas… se dice que
vuelve para ayudar a las personas a encontrar el amor… ¡Pero claro! Es una
leyenda; yo no creo mucho pero hay gente de mi confianza que dice haberlo
visto, eso te hace dudar.
Se miraron entre
todos y el varón del grupo que no asistió al avistamiento del ser alado dijo
sonriendo:
-No. No vimos
nada; ¡lástima! Habría estado bueno ver algo así; por ahí la próxima.
La mujer y el
hombre que habían visto al ser alado se miraron y sintieron una complicidad
propia de la infidelidad, pero… ¡no habían hecho nada ni lo harían en esta
vida!, por lo que la infidelidad había sido y seguiría siendo nula, sin
embargo, en esos tres minutos que duró la contemplación por ellos compartida
del ser alado, se había creado entre los dos un lazo sentimental cuya
materialización habría de sucederse en el curso de futuras vidas.
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