jueves, 15 de agosto de 2019

La no consagración artística (cuento) - Martín Rabezzana


   El artista estaba siendo entrevistado en un programa de radio; tras varias preguntas que se le formularon y que él respondió, uno de los conductores destacó lo raro del hecho de que tantos grandes artistas suelan tener por favoritas a obras de arte mediocres; le preguntó al invitado cuál podría ser el motivo de esto y él respondió lo siguiente:
   -Es lógico que los grandes artistas admiren a obras mediocres y malas más que a las de gran calidad porque son las únicas que para ellos tienen utilidad; me explico con el siguiente paralelismo culinario: si se le da a un cocinero ingredientes sueltos sin cocinar como ser: harina, azúcar, etcétera, puede mezclarlos y preparar diversos platos, pero si se le da a ese mismo cocinero una torta ya cocinada, lo que puede hacer es comerla ya que no va a preparar un plato a partir de otro ya terminado (sin ignorar que hay quienes reciclan platos terminados y forman otros, pero esto no se hace habitualmente, sino sólo raras veces). Con el arte pasa lo mismo; una gran obra de arte es el equivalente a un plato cocinado y lo único lógico por hacer con la misma es consumirla en vez de usarla como materia prima para crear otra; una gran obra artística se crea combinando ingredientes sueltos presentes en obras menores; una vez reunidos dichos ingredientes por alguien con gran potencial artístico, es que surge una gran obra. De ahí que los grandes artistas suelan apreciar más a las obras de baja calidad ya que en las mismas están los elementos de construcción de su propio arte… y si se me permite otro paralelismo: hay lutieres que construyen instrumentos musicales de alta calidad con materiales que buscan en basurales; dichos lutieres son grandes artistas ya que es propio de un gran artista el ver elementos de construcción útiles y valiosos en donde el resto de la gente ve solamente basura. De ahí que la existencia de obras de arte de mala calidad sea necesaria para que existan las de gran calidad, ya que en las primeras están los elementos de construcción de las últimas… Esta es una prueba concluyente de que no hay NADA (ni NADIE) que no sirva para algo. Sólo es cuestión de encontrar el contexto adecuado para que una cosa cualquiera (o una persona) considerada "inservible", empiece a servir y a ser reconocida como útil y en extremo valiosa.
   Los conductores del programa (un hombre y una mujer) asintieron por considerar que lo expresado por el artista tenía mucho sentido, tras lo cual la conductora le preguntó cuáles eran sus obras artísticas favoritas, entonces él mencionó a toda una serie de obras de gran calidad y dijo que las mismas tuvieron mucha influencia en la creación de su propio arte, por lo que la mujer le dijo:
   -Pero… ¡todo lo que mencionaste es de gran calidad! Y recién dijiste que los grandes artistas construyen su arte a partir de obras menores; ¿no creés haber incurrido en una contradicción?
   El artista pensó al respecto en silencio unos segundos y después, fingiendo alegría, dijo:
   -Y… es que… ¡yo no soy un gran artista!... Yo, con mi arte menor, aporto materiales de construcción para que quienes sí tienen un gran potencial artístico, compongan grandes obras –y se rió.
   Los conductores también se rieron y lo contradijeron ya que le aseguraron que él era un gran artista, lo cual, por cortesía, él agradeció.
   La entrevista terminó y el artista salió de la radio.
   Mientras caminaba por la calle se dio cuenta de que su propio razonamiento lo exponía, no sólo ante los demás, sino también ante sí mismo, como un artista menor, y la aceptación de cosa tal para él implicaba despertar de un sueño en el cual era un artista de enorme valor cuya consagración era inminente; con la vigilia su condición de artista intrascendente se hacía patente, y la condición de gran artista no era para él algo sin importancia, ya que sentía que lo único que justificaba su presencia en este mundo era la creación de grandes obras de arte, por lo que al sentir que sus creaciones a las que hasta hacía un rato él mismo consideraba grandes, eran en realidad, mediocres, sintió a su vez que su vida misma no tenía sentido ni justificación… …Según su propio razonamiento, el cúmulo de sus obras equivalía a un gran basural en el cual quienes poseen gran potencial artístico podrán encontrar materia prima para crear arte de gran calidad, por lo que debería resignarse a ser simplemente un inspirador de grandes obras de arte en vez de creador de ellas, y ser inspirador no le alcanzaba ya que lo que él necesitaba era ser creador.
   Por pensar en todo esto se empezó a sentir terriblemente mal y contrariamente a lo que le había ocurrido en el pasado, esta vez no fueron las palabras procedentes del exterior las que lo hirieron profundamente, sino las que procedieron de su propio interior.
   Tras caminar sin rumbo por la calle en estado de total desesperanza, entró a un bar y tomó diversos alcoholes. Después se dirigió a un puente y, sin dudarlo mucho, saltó al vacío y murió. Entonces se despertó y se sintió aliviado de que todo lo experimentado hubiera sido sólo un sueño.
   Se levantó, se duchó y se preparó para ir a la radio a la que lo habían invitado para entrevistarlo; una vez en el programa, la entrevista se desarrolló con normalidad hasta que uno de los conductores destacó lo raro del hecho de que tantos grandes artistas suelan tener por favoritas a obras mediocres y le preguntó cuál podría ser el motivo de esto, ante lo cual el artista se sorprendió, se estremeció y se asustó, pero todo esto lo disimuló y, con pretendida calma, dijo:
   -Y… no sé…

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