-Uno hace una u
otra cosa dependiendo de lo que tenga en su interior.
-¿Y qué puede
tener en su interior ese tipo?
-Amor.
-¡Jaaa!
¿Amor?... Para mí que es masoquismo, si no, no se explica cómo sigue tratando a
individuos tan malvados como para amenazar la vida de alguien que sabían que
estaba ahí para ayudarlos.
Tras unos
segundos de silencio, él dijo:
-Cuanto más amor
uno tiene en su interior, menos le importa si los demás son buenos o malos,
lindos o feos, normales o anormales, ricos o pobres, inteligentes o no
inteligentes; en el caso de alguien que hiperdesarrolló ese sentimiento, que
los demás sean buenos o malos no cambia nada porque el mismo no depende de los
otros para existir; existe independientemente de los demás y lo expande a quien
sea que tenga alrededor sin hacer distinciones de ninguna clase, de ahí que
cuanta más importancia uno le da a las clasificaciones mencionadas, más deja en
evidencia el hecho de que el amor en su interior, falta, porque de no ser así, ninguna
de ellas le importaría ya que dicho sentimiento lleva
necesariamente a trascenderlas.
La chica, que
era muuuy contestataria, en esta ocasión guardó silencio y lo miró como si no
lo hubiera visto nunca antes;… Tal vez esa ausencia de réplica haya sido la
muestra más elocuente de que lo que se le había respondido había sido por ella
asimilado.
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