viernes, 28 de junio de 2019

Apología de un asesino en serie o: Apología de la inculpación (cuento) - Martín Rabezzana



  
   (Versión alternativa de hechos realmente ocurridos a principios del mil novecientos… tiempos que de tan lejanos, nos hacen sentir a sus acontecimientos, poco menos que fabulescos... tiempos cuya verdad, de tal cosa existir, nos es completamente inasible).

   Allá, por principios del siglo 20, en la capital argentina, el gobierno ordenó la participación en investigaciones policiales de facultativos que además de estar formados en medicina, tenían formación en los novedosos idearios psicológicos; el fin oficial de tal participación era la prevención de delitos. El fin verdadero de la misma (como suele ocurrir) era muy distinto.

   El jefe de policía le dijo al médico:
   -Desde mediados de la primera década de este siglo hasta la fecha, la ciudad cuenta con decenas de crímenes que no hemos podido resolver, y para peor, muchos de esos crímenes fueron de chicos, por lo que temiendo a una movilización popular pidiendo la destitución de funcionarios políticos, es que de tal sector he recibido presiones para finalmente resolverlos, pero… como usted comprenderá: dado que muchos de esos crímenes ocurrieron hace casi diez años, su resolución es altamente improbable, es por eso que necesitamos de su asistencia en la legitimación de la atribución de responsabilidad de los hechos en cuestión, a una persona en particular que usted determinará quién será.
   El facultativo dijo:
   -Muy bien; necesito ver prontuarios de detenidos en el último año por delitos menores para determinar cuáles son los sujetos más susceptibles de ser inculpados.
   Al médico le fueron provistos los prontuarios por él pedidos en varias carpetas que llevó a su despacho, una vez ahí, minuciosamente los examinó; tras algunos días se presentó nuevamente ante el jefe de policía y, mientras señalaba una hoja de una carpeta, dijo:
   -Necesito entrevistar a este individuo.
   El jefe de policía ordenó que tal sujeto fuera llevado hasta el recinto policial y una vez ahí, fue entrevistado por el médico durante un buen rato; tras la entrevista, el doctor le dijo al policía:
   -Ya tenemos al asesino en serie que buscábamos.
   El policía miró al médico de forma tímida, exponiendo claramente incredulidad en su expresión, y le dijo:
   -Pero… ¡es un adolescente! Y sí, cometió delitos menores, pero nunca asesinó a nadie ni lo creo capaz de hacerlo, y dadas las fechas en que se cometieron los crímenes por atribuirle, debería haber tenido menos de 10 años al empezar a matar; ¿quién va a creer que un chico mató a decenas de personas?
   El médico dijo:
  -Todos lo van a creer, y no sólo porque es intelectualmente débil, por lo que fácilmente se lo puede hacer confesar cualquier cosa que no hizo, sino además porque el vulgo está siempre inclinado a aceptar chivos expiatorios; si no lo cree, échele un vistazo a la historia: los cristianos entregados a los leones en los circos romanos, los musulmanes masacrados por la iglesia cristiana en la edad media, los judíos ejecutados por muchedumbres en la actual Rusia… y los ejemplos son interminables, y el hecho de que en este caso no vamos a culpar a toda una comunidad por una serie de crímenes, sino solamente a una persona, expone superioridad moral de nuestra parte respecto a aquellos que culpan a comunidades enteras, ya que inculpando a un solo individuo, el daño que vamos a causar, será menor, además de implicar tal culpabilización, una economización de recursos ya que el gasto energético y material que implica el castigo a toda una comunidad, es superior al que conlleva la aplicación de castigo a solamente una persona, además, si llegara a haber una crisis social y fuera necesario culpar, ya no a una persona, sino a todo un grupo étnico, este caso será útil ya que el adolescente es hijo de terrones y están largamente difundidos los prejuicios contra los meridionales en la península itálica, por lo que haciendo uso de los conceptos de Lombroso, podemos fácilmente aducir que su desviación moral se debe a una enfermedad mental procedente de Terronia… La criminología actual nos da los fundamentos para erigir a cualquier prejuicio popular en verdad científica, y en estos tiempos de racionalismo científico, la gente cree en cualquier cosa que afirmen los representantes de la ciencia;… inculpando a este pibe, el odio racial ya existente entre los inmigrantes itálicos del norte, va a acallar a aquellos que descrean de su culpabilidad de tal descreimiento existir, además de que estaremos asentando las bases de una nueva limpieza étnica cuyo objetivo serían los terrones y sus descendientes, de la misma ser necesaria, y tarde o temprano lo es, ya que con cada inculpación y posterior castigo a un grupo determinado de personas, el vulgo descarga su frustración y trabaja a la par con las autoridades, y haciendo eso, olvida que las mismas lo oprimen y, por consiguiente, suspende la resistencia en su contra que previamente presentaba, por lo que las autoridades salen beneficiadas y también la gente que participe de linchamientos de chivos expiatorios ya que, como ya expuse, de ese modo descarga su furia y se siente así, aliviada, pero claro… todo esto resulta bien inculpando a una persona o a un grupo de personas determinados, por un tiempo limitado, tras el cual, habrá que volver a buscar nuevos chivos expiatorios, y admito que no suena en principio muy justo ir por este camino, sin embargo, a la larga es benéfico para toda sociedad ya que toda sociedad avanza tras realizar una limpieza étnica, y de nuevo me remito a la historia: los países actualmente más desarrollados conocieron su etapa de mayor desarrollo, seguidamente a los períodos más cruentos de limpiezas étnicas, por eso, aun considerando yo a todo esto, malo, lo considero un mal necesario por ser dicho mal, precursor del bien general, así que: no dudemos en avivar la llama de este odio que tanta falta nos hace para salir adelante como país… Pero volviendo al caso particular que nos convoca: el pibe este, como ya dije, es intelectualmente débil, por lo que no va a ser difícil convencer a las masas de que es un asesino ya que aun los más inteligentes e informados dentro de las clases oprimidas, que son quienes tienen plena conciencia de que quienes realizan los actos de violencia a mayor escala (es decir, los gobernantes) son personas altamente intelectualizadas, y, por consiguiente, saben que el hiperdesarrollo del intelecto conlleva necesariamente un hiperdesarrollo de las tendencias violentas, sienten, paralela y contradictoriamente con esto, que el factor causal de la criminalidad es la estupidez, por lo que de alguien intelectualmente subdesarrollado, la mayoría piensa siempre lo peor, por lo tanto, casi no habrá conservadores, zurdos ni libertarios que lo defiendan;… sería absurdo de nuestra parte desaprovechar todo esto.
   El policía no parecía muy convencido, sin embargo, no se le habría ocurrido contradecir al médico ya que el estado lo había posicionado por encima suyo en jerarquía, por lo que dijo:
   -Está bien, doctor. Se hará todo como usted diga, pero hay un "detalle": dado que las víctimas fatales en muchos casos eran adultos y fueron muertos a golpes, ¿cómo hacemos para que sea creíble que el responsable de esos hechos fue un chico de menos de diez años?
   El médico, sonriendo dijo:
   -No vamos a atribuirle responsabilidad en esos casos, solamente en los hechos cometidos contra otros chicos; para los demás crímenes habrá que buscar otro(s) chivo(s) expiatorio(s).
   El jefe de policía asintió en silencio y horas después ordenó la detención del adolescente.
   Al día siguiente se le comunicó a la prensa la resolución de toda una serie de crímenes de niños ocurridos en los últimos ocho años y la misma, que nada hizo por investigar el caso (o tal vez sí, pero a fin de cuentas, los medios, aunque a veces se enfrenten al gobierno de turno, SIEMPRE son funcionales al estado, por lo que algo contrario a sus intereses NUNCA va a ser por ellos expuesto ya que sería atentar contra sí mismos), se benefició de tal noticia ya que lo que la gente considera más cruento, perverso y desagradable, siempre ha sido lo que más le ha interesado, de ahí la mayor venta de diarios y revistas en que la información del caso era expuesta.

   De haber habido una investigación tendiente a esclarecer lo ocurrido, fácilmente se habría establecido que muchos de los crímenes atribuidos al adolescente en cuestión, tuvieron lugar en fechas y lugares distintos a los declarados en los diversos informes policiales; se llegó hasta el absurdo de atribuirle al adolescente responsabilidad en hechos de sangre ocurridos previo a su nacimiento adulterando fechas e intimidando a familiares de las víctimas para que no dijeran nada al respecto; estas maniobras burdas y fácilmente verificables, no impidieron que la versión falaz oficial, que encubría la incompetencia investigativa policial y la connivencia entre políticos, médicos y policías, fuera casi incuestionablemente aceptada, y no sólo eso: el vulgo, además de creer en la mentira oficial, inventó muchas otras que resultaron en que la versión oficial se fortaleciera.

   El adolescente acusado de ser asesino en serie fue enviado a prisión y allí vivió muchos años hasta que fue asesinado… "Murió en su ley", algunos dijeron creyendo erróneamente que alguna vez había matado a alguien… Más de 100 años después, tal creencia subsiste.

viernes, 14 de junio de 2019

Gracias por venir a buscarme (cuento) - Martín Rabezzana


Pintura de Fabián Pérez
   Ella era una de esas mujeres que gracias a su belleza se cotizaba muy alto en los locales nocturnos de mala vida; quienes de los mismos son parte dan la impresión de "sabérselas todas" ya que la promiscuidad, los vicios y la (en mayor o menor medida inevitable) violencia, llevan a una "cura de espanto" que hace a las personas (casi totalmente) incapaces de sorprenderse ante cosa alguna; esa incapacidad de sorprenderse propia de la llamada "experiencia" no es en absoluto envidiable, y quienes la tienen lo saben, no obstante, de ese submundo sórdido, triste y habitualmente trágico, casi nadie intenta salir, y no porque los excesos de la noche, satisfagan, sino por creer que la salida no existe, es decir, por desesperanza.
   Él era alguien que había encontrado en la sorpresa causada en los demás una razón para vivir ya que había constatado en varias oportunidades que la misma le posibilitaba conferirle un sentido a las vidas ajenas.

   Cierta noche, él, trajeado, engominado y con aroma a colonia, entró a un cabaret y se sentó a una mesa; una alternadora se le acercó y le pidió acompañarlo, él aceptó.
   Tras unos minutos de conversación en que tomaron unos tragos, la mujer lo invitó a ir a un cuarto privado, a lo cual él accedió; una vez en el mismo, se sentaron en la cama, se besaron y cuando ella se disponía a ser desvestida, él le dijo:
   -Por un lado queremos una vida de felicidad constante propia del arte publicitario, pero por otro, las únicas obras artísticas que nos conmueven son las dramáticas, al punto que a las alegres, las consideramos "arte menor"… …El drama es lo que idealizamos, por eso lo queremos en nuestras vidas y lo buscamos continuamente (ya sea de forma consciente o no), pero cuando lo encontramos, lo despreciamos, lo maldecimos y pretendemos alejarnos de él… …¿Por qué será?
   La mina de 26 años se extrañó ante lo dicho ya que estaba totalmente fuera de contexto, sin embargo, lo tomó en serio y respondió en consecuencia.
   -Será porque… idealizamos a "la vereda de enfrente", pero tras cruzar la calle, llegar a la misma y mirar atrás, la vereda de enfrente es aquella de la que nos fuimos y la felicidad que creíamos existente en ese lugar, no era más que un espejismo.
   Él, tras unos segundos, dijo:
   -O sea que para vos, la felicidad sería como el horizonte que se aleja a medida que avanzamos…
   -Algo así… -dijo ella con tono melancólico, pero después mostró cierto cambio de opinión al decir: -Pero tal vez no, ya que, aunque a veces no lo pueda aceptar racionalmente, mi sentir me lleva a creer que en algún lugar está esa felicidad soñada y que tiene que existir la forma de alcanzarlo.
   Él le sonrió y le preguntó:
   -¿Cuál es tu "vereda de enfrente" soñada?
   Ella también sonrió y dijo:
   -¡El año 2000!
   (Ah, me olvidé de decir que la historia transcurre en el año 1929.)
   Al escuchar lo que la mujer dijo, él hizo un gesto de malestar, por lo que ella preguntó:
   -¿Qué pasa?
   -Y… que yo justamente vengo de los años 2000, y... ¡ese tiempo es un kilombo!
   Ella lo miró extrañada y después le sonrió por asumir que le estaba hablando en broma, por lo que irónicamente le dijo:
   -Así que venís del siglo veintiuno… y… ¿cómo es ese "kilombo"?
   Entonces él sacó de un bolsillo un teléfono celular y le mostró un video que tenía descargado en que se mostraba la crisis social argentina del 2001; ella miró las imágenes evidenciando sorpresa y temor, pero no tanto por los hechos en las mismas presentes, sino por el elemento tecnológico que obviamente nunca antes había visto, el cual era una prueba sólida de que el hombre le había dicho la verdad sobre su procedencia futura.
   Ella le preguntó:
   -¿Qué es eso y de dónde lo sacaste?
   -Es un teléfono portátil, pero no sólo sirve para hablar, sino también para fotografiar y filmar;… En el siglo veintiuno casi todos tienen uno;… Mirá:
   Entonces él se puso a su lado, dirigió la cámara del teléfono hacia ambos y grabó un video, después le hizo ver lo grabado y ella se mostró totalmente asombrada al punto que no pudo decir nada por varios segundos, de pronto lo agarró firmemente de los antebrazos y le hizo un montón de preguntas sobre lo que ocurriría en décadas posteriores, entonces él inició un largo discurso en que (mientras le mostraba videos en su celular sobre algunas de las cosas que le contaba) le habló del derrocamiento en el 30 del entonces presidente Yrigoyen, le habló de la "década infame" que estaba por sobrevenir, le habló de la inminente expansión del fascismo en las Europas, de la aplicación del anarquismo en el Reino de Castilla en el período que va del 36 al 38, le habló de como Stalin envió tropas a ese lugar (que fueron las que le dieron acceso a Franco al poder) para terminar con la práctica exitosa de dicha ideología ya que de eso no ocurrir, la gente en la Unión Soviética iba a querer lo mismo y, por consiguiente, rechazaría al "comunismo", le dijo cuándo se iniciaría la segunda guerra mundial, le habló sobre la muerte de Gardel, sobre el misterioso "exilio" de Ada Falcón, le habló de la invención de pavas eléctricas para el mate (y sí;… no podía hablarle sólo de cosas trascendentes), le habló de las dictaduras locales de los años 50, 60 y 70, le habló de la guerra de Malvinas y… de  muchas cosas más mientras ella escuchaba con una atención y sorpresa absolutas y con una ansiedad positiva que evidenciaba que el sentido de la vida que se pierde paralelamente a la pérdida de la capacidad de sorprenderse, era algo que le había sido devuelto al serle devuelta la sorpresa, por lo que el hombre la había sacado así de un estado crónico de desesperanza en el que la positividad era casi nula;… El viajero le había devuelto a la mujer el sentido a su vida (¡casi nada!).
   Dado que lo que él le contó de la historia daba cuenta de sucesivos avances y retrocesos y de continuos inicios y finales, ella le dijo:
   -¿Creés que se podría hacer algo para evitar los errores más graves?
   Él dijo:
   -No creo, ya que los seres vivos tienen en todos los tiempos los mismos sentimientos y tendencias que los lleva a realizar siempre las mismas acciones, por lo que el cambio en las sociedades es sólo aparente ya que su esencia es invariable.
   Ella dijo:
   -Pero… ¡algo se podrá hacer para evitar alguna de las cosas terribles que me contaste que van a pasar!
   Tras algunos segundos, él dijo:
   -Creo que no; yo creo que el mundo y el universo son como el cuerpo humano: cuidándonos lo más posible con dieta y ejercicio, logramos optimizar nuestra funcionalidad corporal, y, por consiguiente, nuestra calidad de vida, pero el proceso de envejecimiento, una vez iniciado, sigue su curso y finalmente morimos porque los ciclos se van cumpliendo independientemente de nuestras acciones, por lo que, como seres vivos, experimentamos un inicio, un esplendor, una decadencia y un final, y nada lleva a pensar que a nivel sociedad no pase lo mismo. Es decir, en las sociedades hay un inicio, un período de esplendor, otro de decadencia y después, un final, es ahí que el ciclo se cumple, y no tiene por qué ser considerado algo trágico ya que seguidamente al final de un ciclo, se inicia otro, y tal vez esto ocurra eternamente… …Los ciclos se cumplen independientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer ya que parecen haber fuerzas que nos mueven que no por ser invisibles son inexistentes;… esas fuerzas le dan inicio, esplendor, decadencia y conclusión a los ciclos vitales de los seres y las sociedades.
   Tras decir todo esto ambos permanecieron en silencio un rato largo sentados en la cama. Después él se acostó y ella hizo lo mismo; después se abrazaron y así permanecieron sin decirse nada hasta casi dormirse durante poco menos de una hora.
   En eso golpearon insistentemente a la puerta. Ella se levantó a abrir y se encontró con el encargado del cabaret que airadamente le recriminaba el uso excesivamente prolongado de la habitación y le pedía que se fuera; ella le pedía por favor quedarse un rato más pero el tipo insistía en que desocuparan el cuarto hasta que el viajero del tiempo se acercó y le dio al tipo varios billetes grandes que aceptó gustosamente, entonces desistió en su pretensión de que se fueran y fue él quien se retiró.
   Pasado el mal momento, la mujer le sonrió al viajero y él le dijo:
   -No llegué acá por casualidad. Vine a verte porque vos pediste ayuda.
   Entonces sacó de un bolsillo una carta muy antigua escrita por ella unos años antes y se la dio; en la misma la mujer hablaba de una desesperanza y sufrimiento extremos, pérdida de la capacidad de encontrarle sentido a las cosas y rogaba porque alguien apareciera en su vida y la sacara de ese estado de negatividad casi absoluto en que se encontraba, y por entender que ese alguien había finalmente llegado, se conmovió hasta las lágrimas.
   Él la tomó de una mano y le sonrió, ella también sonrió; después le preguntó:
   -¿Dónde encontraste la carta?
   -La encontré guardada entre las páginas de un libro muy antiguo en un depósito de objetos que hay en mi casa; la encontré la semana pasada en el año 2019;… Creo que mi casa fue alguna vez tu casa.
   Ella asintió en silencio, después él dijo:
   -Perdoná que no haya venido antes, pero es que… ¡tu carta tardó casi 100 años en llegar!…
   Ella se rió, después dijo:
   -¿Dudaste en venir a buscarme?
   -No, y no sólo por querer ayudar a una persona sufriente, sino además por cumplir con quien hizo lo mismo conmigo, ya que a mí también me pasó el escribir una carta pidiendo ayuda y que alguien la encontrara en un futuro lejano y desde el mismo fuera a mi tiempo a buscarme; ese alguien me dio un aparato para viajar en el tiempo y me dijo que lo usara para ayudar a los demás.
   Entonces le mostró el elemento en cuestión que era similar a una calculadora de bolsillo y le explicó que al tipear los números de la fecha a la que se desea viajar, el mismo proyecta una nube que se arremolina alrededor de quienes le estén próximos y los transporta en cuestión de segundos al destino temporal elegido.
   Ella dijo:
   -¿Me llevás con vos a otro tiempo?
   El viajero, que esperaba que ella se lo pidiera, asintió con un gesto, entonces, extendiéndole el dispositivo de viaje, le dijo:
   -Elegí vos el año.
   Ella eligió cierto año del siglo veintiuno y le dijo que no importaba si esos tiempos no eran felices ya que la felicidad la llevarían consigo; se abrazaron y ella le dijo:
   -¡Gracias por venir a buscarme!
   -Gracias a vos por pedirme que llegara a tu vida.
   Segundos después, la nube los envolvió.

   Cuando tras algunas horas el encargado del cabaret entró al cuarto, no encontró a nadie y le llamó la atención lo que parecía ser un vestigio de cielo en la parte superior de la habitación que se esfumaba lentamente.

  

sábado, 18 de mayo de 2019

Noelia Victoria (cuento) - Martín Rabezzana




Bar literario

   Siendo adolescente, allá por los años noventa, asistí a un bar literario en donde poetas recitan sus obras.
   En las paredes había cuadros de los "grandes" de la literatura argentina: Borges, Bioy Casares, Cortázar… o sea, esos literatos que en realidad no le gustan a (casi) nadie (¿o podés honestamente decir que al leer a Borges no te aburrís terriblemente? Yo me reee aburro, y lo mismo me pasa al leer a los otros dos mencionados); su vigencia no se debe a su calidad, sino al hecho de que el sistema está diseñado para que no aparezcan nuevos escritores más que excepcionalmente ya que casi los únicos autores que publican con una cantidad digna de ejemplares, son los que llegan a las grandes editoriales, y los pocos que están en las mismas llegaron por diversos motivos como ser: tener mucha plata, tener conocidos en el ámbito editorial, ser famosos (de ahí que tantos escritores se hayan hecho periodistas ya que estando en los medios es más probable que a uno le editen sus textos, editoriales importantes, y es lamentable que un escritor se haga periodista ya que ser periodista es dedicarse a hablar de lo que hacen los demás, no es buscar destacarse por hacer algo uno, por lo que según mi criterio, pasar de escritor a periodista, es rebajarse) y tener talento, siendo, quienes llegan por esto último, excepciones que confirman la regla; la cuestión es que quienes llegan a las grandes editoriales son los únicos que son tenidos en cuenta a la hora de hablarse de los "grandes escritores" de un país, y como los escritores que a las mismas llegan no son más que un puñado, es casi imposible que entre ellos estén realmente los mejores.
   (Si creés que hay resentimiento en lo recién expresado, no te equivocás; no podés no esperarlo de un escritor que siente que nunca va a llegar a ninguna parte).

   Varios de los que recitaban sus obras hacían todo un acto teatral; una chica que era parte de mi grupo, me dijo:
   -Tienen que hacer esos gestos y movimientos raros para destacarse, ya que si no lo hacen, nadie les da bola.
   Yo le dije:
   -Es bastante bochornoso…
   -Sí, y lo saben, pero prefieren hacer el ridículo a pasar desapercibidos.
   Yo no entendí el sentido de cosa tal en ese momento, pero después sí; de hecho, hasta terminaría considerando a tal desinhibición y ausencia de miedo al ridículo, envidiable.
   Uno que vestía ropa oscura y lucía maquillaje de payaso, recitó sus versos; mientras tanto, tras habérsenos servido cerveza, la mina que me había explicado el por qué del proceder de los poetas, sacó una botellita de vodka y subrepticiamente empezó a añadirle su contenido a los vasos de birra de sus amigos (yo incluido) ya que las bebidas en los bares cuestan demasiado caras, por lo que no teniendo mucha plata, tendríamos que tomar con moderación lo que ahí pidiéramos, y no tiene mucho sentido tomar alcohol si no es para emborracharse (¿o sí?); la cuestión es que la presentación del payaso gótico concluyó y le dije a los de mi grupo:
   -Ese poeta me hizo acordar de que una vez, cuando era chico, acompañé a un familiar a hacer compras a un negocio; en un momento me acerqué a la puerta, miré al exterior y vi a uno de esos jóvenes que trabajan de artistas callejeros haciendo malabares ante los autos cuando el semáforo está en rojo disfrazado de payaso, pero estaba descansando sentado contra un árbol, entonces un auto frenó por el semáforo en rojo y cuando pasó a amarillo y estaba por arrancar, dirigiéndose al joven payaso, de modo totalmente cobarde el automovilista dijo: "¡Andá a laburar, vago de mierda!" Entonces el joven, con una agilidad increíble, se levantó, se subió al capot del auto y saltó sobre el mismo varias veces abollándolo;… No me olvido más de la expresión de terror del conductor; ni siquiera se animó a insultar al payaso, sólo se limitó a arrancar a toda velocidad cuando éste hubo bajado.
   Los jóvenes sentados a la mesa se rieron; yo proseguí:
   -Entonces, sin racionalizarlo, sentí que ese tipo era mi ídolo y que quería ser como él, pero también, por haber sentido que se condujo justamente, me sentí por primera vez, malo.
   Uno de los de mi grupo me preguntó:
   -¿Por qué?
   -Porque instintivamente concluí (ya que tampoco lo racionalicé) que la gente buena no puede sentir que en el castigo haya justicia.
   Tras unos segundos de silencio, uno de los que me acompañaba, dijo:
   -Entonces yo también seré malo porque para mí, el payaso actuó justamente porque el tipo ese se re merecía lo que le hizo.
   Todos los demás que componían el grupo estuvieron de acuerdo.
   Con tono melancólico, dije:
   -Ya había olvidado todo esto…

Invariabilidad

   Salimos del bar y el clima era frío; lo combatimos con el escabio que la mina que ya lo había compartido un rato antes seguía compartiendo; fuimos a una plaza y una del grupo dijo que sería mejor que nos separáramos en dos grupos y fuéramos a lugares diferentes de la plaza, ya que si caía la policía y se acercaba a un grupo, los del otro al ver la escena, podrían escapar (no hacíamos nada ilegal pero los edictos policiales todavía estaban vigentes, lo cual resultaba en que las detenciones arbitrarias fueran mucho más numerosas que en la actualidad, al punto que en los años noventa el mayor miedo de los jóvenes no involucrados en actividades ilícitas al transitar las calles, era a la policía… miedo que no puede considerarse poco representativo de la era "pizza con shampain")…
   Cuatro de los integrantes del grupo fueron en una dirección y los tres restantes (la mina del escabio, que se llamaba Noelia, otro pibe y yo) fuimos en otra.
   Nos sentamos en un banco y tras un rato de conversación, el pibe dijo que iba a comprar cigarrillos, entonces me quedé solo con la chica que, como si hubiera esperado a quedarse sola conmigo para expresarse, me dijo que había pasado por una serie de situaciones que llenan de un sentir terriblemente negativo; una negatividad que los hombres no pueden entender porque "no pasan por las mismas cosas"; me dijo que ese sentir negativo, lejos de disminuir, aumenta con el paso del tiempo al punto de hacerle a uno creer que nunca va a superarlo, y de lograrse cosa tal, no se está exento de que en cualquier momento vuelva a ocurrir lo que a uno se lo causó y el malestar regrese…
   Yo no quise preguntarle detalles que ella espontáneamente no me contó, pero le dije que cuando se experimenta algo en extremo negativo, el sentir de unicidad, y por consiguiente, de incapacidad por parte de los demás de a uno entenderlo, es lógico pero FALSO, ya que la ira, el dolor, el odio, la frustración y la humillación, son sentimientos experimentados invariablemente por todos; lo que varía de una persona a otra es la situación en que los experimenta; de esto le di algunos ejemplos de mi vida personal y ella se mantuvo en silencio y atenta y pareció entenderme, ya que pasó de mostrarse seria y triste a mostrarse distendida.
   El pibe volvió del kiosco con los cigarrillos y nos ofreció; Noelia, rechazándolos con un gesto de la mano, le dijo:
   -¡Eso es malísimo para la salud, flaco! -y tomó un trago más de vodka.

Fantasiosidad

   Volví a ver por casualidad a la chica unos años después en una galería comercial; tras un rato de conversación relativamente formal, le dije:
   -Hasta 1969 acá había un teatro llamado Colón (se llamaba igual que el de Capital Federal) y llegó a presentarse Gardel.
   Ella dijo:
   -¿En serio?
   -Sí.
   -Naaaa.
   -¡Sí!
   -¿De verdad?
   -De verdad.
   -…¡Mirá!
   Después nos acercamos a la vidriera de una rockería en que en un televisor se presentaba un video de Lacrimosa; al ver al cantante de estética gótica, Noelia dijo:
   -Es muy raro como algunos músicos se producen tanto que pasan a ser personajes que nada pueden tener que ver con sus personalidades verdaderas; son como actores;… Me imagino que los fans al conocerlos se deben decepcionar.
   Yo dije:
   -Ningún artista se parece demasiado a su obra, por lo que podemos decir que todos los artistas son personajes cuando crean y exponen su arte, y el hecho de producirse tanto en la ropa y el maquillaje (como se hace en el ámbito gótico), es una forma de oficializar la condición de actor que implica ser artista… …Los artistas de todas las artes son actores, la diferencia con los que actúan oficialmente es que estos últimos hacen personajes que existen sólo en contextos ficticios, mientras que los personajes de los artistas de las demás formas de arte, traspasan la ficción e interactúan con personas reales, y la "decepción" al un fan conocer al artista que poco o nada tiene que ver con su personaje interpretado, no necesariamente es tal ya que si bien la persona que encuentra es distinta a su personaje, lo que encuentra puede ser bueno, y no te decepciona el encontrar algo distinto a lo que esperabas si eso que encontraste es bueno, de hecho, si bien se espera de los artistas importantes algo extraordinario en materia de personalidad, paradójicamente cuando más impresionan, es cuando son sencillos, de ahí que se destaque tanto cuando alguien que es una estrella, mantiene la humildad.
   Tras unos segundos, la chica dijo:
   -Sí… pero en realidad, lo de "actor/personaje" es muy discutible en sus implicancias ya que sin duda a veces hay que "disfrazarse" para ser uno mismo, de ahí que la versión más "guionada" y producida de uno pueda ser la auténtica y la "sencilla", la falsa.
   Yo asentí ya que realmente me identifiqué con lo que dijo.
   Después salimos a la calle y tras pasar frente a un grupo de propagandistas del feminismo, una de sus integrantes le dio a Noelia un folleto y ella lo miró; mientras caminábamos me dijo:
   -Habla del "mito del amor romántico"… (y leyó en voz alta) "…el patriarcado inventa y promueve fantasías sobre el romanticismo y las impone a las mujeres haciéndoles creer que las mismas son inherentes a ellas para así mantenerlas sometidas al hombre al mostrarles como único medio de realización personal, a la relación sentimental"… ¿Habías escuchado algo de esto?
   -Sí.
   -¿Y qué te parece?
   -Qué es absurdo (¿qué me va a parecer?) ya que el romanticismo que condenan, es propio de la humanidad, por ende, es inherente a las mujeres y los hombres, por lo que existe inevitablemente en donde haya seres humanos independientemente de su contexto cultural, y la cultura no crea sentimientos, puede potenciar los ya existentes, pero no crearlos, por lo que el romanticismo no es una creación artificial de la cultura, es, como ya expresé, una cosa inherente a la humanidad, y si la cultura fomenta el fortalecimiento del romanticismo (y no sólo entre las mujeres, a diferencia de lo que dicen las feministas), ¿por qué estaría mal?
   -Porque lleva a la idealización que siempre es fantasiosa, y se supone que la fantasía tarde o temprano choca con la realidad que es muy distinta, de ahí que al enfrentarse con los hechos, el idealista se haga daño.
   Yo, tras pensar un poco, dije:
   -Creo que fue en un libro de Laing que leí que los psicoterapeutas suelen reprobar a las fantasías (no sólo en el ámbito romántico) con fundamentos muy parecidos a los expuestos por las feministas, pero lo hacen sin entender que esa cuota de fantasía que uno pone en las cosas, es lo que le da el sentido a las mismas, entonces, entendiendo esto… ¿no sería más positivo cultivar a las fantasías e idealizaciones en vez de tratar de suprimirlas?... Yo creo que la fantasía y las ilusiones que la cultura promueve no son las culpables de la decepción que uno encuentra al enfrentarse con la llamada realidad; la culpa es de uno por no cultivar su fantasía lo suficiente resultando esto en una incapacidad de trasladar esa visión positiva propia de lo fantasioso, a todo ámbito de su realidad personal, además, cuando se critica a una forma de ver las cosas por supuestamente no ser "realista", no se tiene en cuenta la posibilidad de que la "realidad" podría no existir fuera de nuestra percepción, por lo que yo no considero negativo llevar positividad en forma de fantasía a nuestra percepción ya que, como reza el dicho: "Creamos aquello en lo que creemos".
   Ella pensó en silencio varios segundos y después dijo:
   -Entonces, ¿te parece mal que las feministas promuevan erradicar a lo que llaman "mito del amor romántico" o a cualquier otro?
   -No; me parece bien que hagan lo que quieran; si quieren promover al antifantasismo en el orden de cosas que sea, que lo hagan, pero que no cuenten conmigo para cosa tal.
   Noelia, en voz baja pero clara y audible, dijo:
   -Conmigo tampoco.

   (Uaaaaauu... La hice sentir bien con lo que le dije; no me creía capaz de eso; le brindé mucha positividad con el solo hecho de compartir mis pensamientos con ella, y ella también a mí, sobretodo con cosas que me confió que por respeto a su privacidad, no expuse).

   Fue la segunda y última vez que hablé con ella.


Eligió no lastimar; eligió el camino menos transitado

Cuando no me hago daño, temo hacer daño.

Antonio Porchia

   La siguiente vez que vi a Noelia fue unos meses después de nuestro último encuentro; la vi de lejos; estaba con unos vagos "jugando" a esconderse tras los árboles y al ver llegar al tren, cruzar corriendo las vías; en tal juego, ganar era sobrevivir (cada tanto alguien perdía).
   La observé fijamente con tristeza pero ni siquiera se me ocurrió acercarme a ella ya que presentía que su libertad (su bien más preciado) se habría visto limitada por mi intervención por bienintencionada que fuera, y sé que aunque haya disimulado, ella también me vio; fue entonces que decidió suspender el "juego" e irse, y no por desairarme, sino por advertir mi pena al verla buscando la muerte;… Evidentemente no me quería lastimar (¡pero yo quería que me lastimara!)

   Al sentirnos mal, los humanos queremos castigar, queremos que alguien pague por la vida horrible que tenemos, de ahí que al experimentar bienestar, la intención de castigar esté ausente, y de ahí lo loable de la autoflagelación ya que ante el malestar de la propia vida, el deseo de hacer daño es inevitable, y quien decide autoflagelarse está eligiendo no lastimar a otro, por eso me inspira respeto quien elige el camino del autocastigo, el de la autodestrucción; tal camino es sin duda el más difícil de todos, por eso es el que menos transitado está.

Supervivencia

   Gracias a internet, actualmente se pueden encontrar a personas en otros tiempos por uno conocidas con las que se perdió todo contacto; se puede saber qué fue de ellas como no se podría de tal medio de difusión no existir, y fue justamente por internet que años después de haber visto por última vez a Noelia pude encontrar un sitio de fotos suyo en que, por los comentarios publicados, me enteré de que había muerto, y así como me enteré de su muerte, también por el ya mencionado medio pude saber que de todos los asistentes al bar literario en aquella ya referida noche de los años noventa, el único que todavía está vivo, soy yo.

domingo, 21 de abril de 2019

Cuidador del sueño o: Lo primero es hacer daño (lo segundo, lo tercero y todo lo que viene después, también) (cuento) - Martín Rabezzana



  
     Tras haber disminuido bastante la tensión nerviosa que le causó el hecho recién vivido, el hombre dijo lo siguiente:
   -Mucho se habla en los idearios positivistas sobre lo "bueno" del no ser individualista y de "trascender al ego" para aceptarse y sentirse parte del todo en vez de relegarse a una parte ínfima del universo como es la propia persona, sin embargo, yo no acepto tal positividad ya que para reconocer a lo que sea que consideremos bueno, necesitamos experimentar lo malo, al igual que para reconocer al calor, necesitamos experimentar el frío; para reconocer a la alegría, necesitamos experimentar tristeza, y así con todo, por lo que aplicando esta lógica, para poder reconocer y apreciar a la unidad, necesitamos experimentar a la dualidad, y si la misma es ilusoria por todo ser unidad, necesitamos entonces experimentar la ilusión de la dualidad, de ahí lo ridículo y negativo del condenar a la discriminación, no sólo por ser la misma una condena a la propia esencia humana (ya que sin clasificaciones, sin sistemas de castas…. en una palabra: sin racismo, no seríamos humanos, seríamos como el resto de los animales, y NO LO SOMOS), sino también por constituir la asimilación emocional en esta vida de la unidad, una barrera para el progreso espiritual de la humanidad ya que el mismo implica pasar de la polaridad a la unidad, o (dicho en términos racistas, ya que esa implicancia tiene el poner a la oscuridad para representar al mal y a la claridad para representar al bien) de la oscuridad a la luz, dado que, como ya dije, para poder reconocer y apreciar a la unidad, necesitamos experimentar a la dualidad, es decir, necesitamos estar polarizados y no ver a la unidad existente en todas las cosas a las que consideramos contrarias para finalmente sí poder reconocerla y apreciarla;… necesitamos la ilusión de que una fuerza puede destruir a otra y a su vez, necesitamos ponernos del lado de aquella que represente a lo que consideramos bueno, ya que de no hacer nada de esto, no estaremos cumpliendo con la misión que en esta vida como espíritus materializados, tenemos, ya que el alma al encarnar, se contrae y pierde conciencia de su infinitud y unidad con el todo, y esto la misma lo sabe antes de venir al mundo, ¡y justamente por eso vino! Vino a contraerse, a limitarse, a polarizarse, ya que, como ya dije, eso es lo que necesita para finalmente poder apreciar a la unidad; cosa tal le sería imposible de no experimentar en algún momento la polarización, por lo que aceptando todo esto… ¿qué lógica lleva a creer que la inconsciencia general sobre la unidad del todo es negativa? ¡Si eso es justamente lo que las almas vinieron a buscar!... Por eso yo no condeno a ninguna forma de racismo, de sistema de castas ni de discriminación, ya que el sumirse en todos esos divisionismos, lejos de llevar a una involución en materia espiritual, es justamente lo que lleva a la evolución.
   Tras decir todo esto, el individuo suspiró profundamente, después prosiguió con su discurso.
   -Como ya expuse, vinimos al mundo justamente a sentir que somos parte de algo que no es el todo; vinimos, sino a dividirnos, a tener la ilusión de la división, y por eso aquel que abogue por la conciencia de las personas de la unidad del todo, estará abogando por la NO EVOLUCIÓN de las almas encarnadas… Esto que para mí es tan obvio, ¿cómo es que vos nunca lo entendiste?
   Y tras sollozar como si estuviera triste, caminó por la habitación y realizó gestos contradictorios como de alegría, tristeza, temor y coraje; después continuó diciendo lo siguiente:
   -No alcanza con tener algo que necesitamos para que lo obtenido sea positivo, debemos  obtenerlo a su debido tiempo, ya que si el momento en el que conseguimos lo positivo que queremos es prematuro o tardío, esa cosa positiva deseada y hasta imperiosamente necesitada en algún momento, es negativa; … …Es muuuy negativo conseguir lo que se quiere a destiempo; por ejemplo, en su libro: "El yo dividido", Ronald Laing dice que hay ciegos de nacimiento que tras una cirugía adquieren el sentido de la vista y lo que experimentan es confusión, desorientación y malestar, y es lógico que sea así porque, como ya dije, necesitamos de ciertas cosas pero a su debido tiempo; cuando las obtenemos a destiempo, lo bueno se vuelve malo, de ahí que para alguien que llegó a la edad adulta sin el sentido de la vista, sea mejor no adquirirla nunca (esto es lo que la mayoría de los ciegos de nacimiento expresa tras someterse a una cirugía reparadora de la vista);… también dice en ese libro que hay casos de psicóticos que experimentaron la sensación de deshacerse en el medio ambiente al punto de dudar de si existían como individuos materiales, o sea, sintieron a su "ego" deshacerse y fundirse con el todo, y lejos de describirlo como algo positivo, lo describieron como algo aterrador, y no es ilógico que así sea ya que dicha "trascendencia del ego" es algo para lo que no estamos preparados en esta vida (si alguien lo está, es un caso excepcional); en algún momento sí lo vamos a estar, pero no en vida ya que el momento de fundirse con el todo es al morir; el vivir implica sentirse separado de lo y los demás; si perdiéramos ese sentir de separación, nos volveríamos locos, y de no volvernos locos, seríamos como ciegos de nacimiento que adquieren a una edad adulta el sentido de la vista… en tal caso el malestar es (salvo en casos excepcionales que confirman la regla) INEVITABLE…
   El hombre volvió a hacer una pausa en su exposición de conceptos que duró varios segundos, tras lo cual continuó hablando.
   -Laing también expresa que, habiendo diversos estados de conciencia que pueden ser considerados tan reales como éste, el hecho de que apenas nos acordemos de nuestros sueños expone lo poco que conocemos a lo que está en nosotros mismos; dice más o menos que la psicosis es un estado en el que el "velo" de la percepción se descorre y se pueden ver otras realidades… también hipotetiza sobre la posible condición irreal/onírica de este estado al expresar que los psiquiatras, con su trabajo represor, son personas dormidas que a su vez velan por el sueño de otros durmientes, por eso anestesian a aquellos que se despiertan, y un psicótico es alguien que se despierta y puede llegar a despertar a los demás (Nota del autor: ser psicótico no implica necesariamente tener alucinaciones ni nada parecido; basta con cuestionar al orden establecido para ser llamado así por los poseedores de turno del poder)…  y… …¿tan malo es eso?... ¿Tan malo es lo que hacemos?... CUIDAMOS AL SUEÑO DE LOS DURMIENTES, sin embargo ustedes no lo entienden y nos combaten como si fuéramos monstruos que amenazan sus vidas, y como lamentablemente no lo entendiste (no entendiste la función trascendente que cumplimos), te pusiste en nuestra contra y por eso terminaste como terminaste… …Vos te buscaste esto que te pasó; no fue mi culpa nada de esto, ¿eh?... fue TUYA.
   Y tras decirle todas estas cosas a la mujer en el piso muerta por él, el hombre se fue.

   Si bien el individuo tenía un arma de fuego que le había sido asignada para realizar su tarea, al sentirse en condiciones de superioridad física respecto a su víctima, prefirió matarla a golpes.

   El victimario, licenciado en psicología y habilitado para prescribir psicofármacos (como todos los psicólogos lo estarán allá por mediados del siglo veintiuno, que es en donde se desarrolla la historia presentada), era parte de un grupo especial de disciplinadores creado por el estado que, no obstante tener por objetivo matar a gente contraria a sus intereses y privilegios, seguía manteniendo la justificación moral que lo llevaba a no considerarse "opresor", "victimario" ni "asesino", sino: "profesional de la salud",  "humanitarista", "defensor de la vida", etcétera.
   La víctima era sobreviviente de la psiquiatría y la psicoterapia y era además militante de la antipsiquiatría y la contrapsicología.