domingo, 9 de octubre de 2022

Tiempos pre y post hecatombe (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 2.558-
   Una tarde de cierto año, en circunstancias en que escapaba de la policía tras ésta ultima reprimir una manifestación pacífica, un joven corría con todas sus fuerzas intentando lograr una evasión que parecía imposible, ya que tras doblar una esquina, se vio acorralado por uniformados que hacia él se dirigían con las peores intenciones; en ese momento divisó a tan sólo unos metros de donde estaba, un edificio cuya entrada estaba abierta y al mismo ingresó; una vez dentro, se escondió en un cuarto cuya puerta también estaba abierta, en el que se guardaban elementos de limpieza; en ese lugar estaba decidido a quedarse hasta que el ruido de las sirenas, balas y gritos, cesara o hasta que la policía llegara, lo cual parecía algo inevitable por ocurrir de un momento a otro, ya que los policías lo habían visto entrar al edificio, sin embargo, los minutos pasaron y nadie lo fue a detener.
   El ruido procedente de la calle, que, como ya expresé, estaba constituido por sirenas policiales, disparos de armas y gritos, había cesado ni bien había el joven ingresado al edificio, no obstante, en el mismo permaneció durante casi dos horas antes de animarse finalmente a salir; cuando lo hizo, notó que el panorama era muy distinto al que había visto previamente; lo primero que le pareció raro, fue la calma absoluta que reinaba; no había ningún sonido irritante, ya que sólo se oía el cantar de los pájaros y el soplar de un suave viento; ya no había en las calles, manifestantes ni policías, de hecho, muy poca gente transitaba por lo que él conocía por “zona céntrica”, y esa poca gente lo miraba y lo saludaba muy amablemente al pasar a su lado; el joven, embargado por un enorme desconcierto, respondía de igual modo; tras caminar unos 10 minutos, dos hombres se le aproximaron y muy cortésmente le pidieron que los acompañara, entonces, el muchacho resignadamente pensó: “Perdí…”.
   En un auto algo extraño para él, desde el cual veía un paisaje urbano que también le resultaba extraño, el joven fue llevado hasta un lugar que él suponía, sería de detención, pero una vez ahí, tras ser dejado solo, empezó a dudar de que lo fuera, ya que el mismo, lejos de parecerse a una celda, era una hermosa vivienda provista de todas las comodidades, con vista al mar (que vaya uno a saber de dónde había salido, dado que el Área Metropolitana de Buenos Aires, que es el lugar del cual el protagonista de esta historia, procedía, dista cientos de kilómetros del mar más cercano), cuyas puertas estaban sin llave y no había guardias en el exterior que lo vigilaran; las viviendas que en esa área estaban, parecían ser similares y los vecinos saludaban alegremente desde el frente de sus casas al detenido (¿?) cuando lo veían asomado a una ventana de su lugar de detención (¿?); todo esto sorprendió al joven que empezó a considerar que tal vez sus sentidos le estuvieran jugando una mala pasada, o tal vez, una buena, dado que todo lo que estaba viviendo, era positivo, pero fue que tras un rato, los hombres que lo habían conducido hasta ese lugar, volvieron y le empezaron a hacer preguntas, entonces él pensó que en ese momento se vería devuelto a la “realidad” que, en tal circunstancia, habría implicado ser sometido a un tratamiento cruel por parte de sus interrogadores, pero nada de eso se dio, lo que se dio fue una serie de preguntas amablemente formuladas que, por ser para el joven, extremadamente extrañas, no pudo responder; ante esa ausencia de capacidad de respuesta, los interrogadores le pidieron al interrogado que contara qué era lo que le había pasado previo a que ellos llegaran, entonces les habló de lo acontecido ese día y les manifestó que lo vivido por su familia en los ‘70, lo había marcado a fuego, de ahí que ésa fuera una década clave para su vida ya que a causa de todo eso, inició una militancia política que resultó en que ése día concurriera a la manifestación; los interrogadores se miraron extrañados evidenciando no entender lo que se les estaba diciendo, no obstante, uno de ellos, creyendo que si dejaba al joven explayarse, podría llegar a comprender algo de lo por él expresado, le pidió que se extendiera en su explicación sobre su motivación para incursionar en la militancia política; le dijo que él desconocía lo que había ocurrido en esos años ‘70, entonces el interrogado pensó que de él se estaba burlando y se negó a responder. El interrogador se dio cuenta de eso, entonces le dijo:
   -Hacé de cuenta que le hablás a alguien que no vivió esa época; ¿cómo me explicarías lo de los ‘70? … Te pido por favor que me informes al respecto.
   Entonces el joven, tras tomar aire profundamente, dijo:
   -En los años 1970, se dio una masificación en cuanto a la aceptación de políticas tendientes a la mejor distribución de las riquezas, y a tal tendencia se la suele denominar: “socialismo” (aunque no lo sea, ya que en dicha corriente suele ser incluida cualquier política favorable a los derechos de la clase trabajadora como por ejemplo, el peronismo, cuyo líder, o sea, Perón, era antisocialista), y como el “socialismo” busca ampliarle derechos a las clases bajas y medias, lo cual implica necesariamente quitarle privilegios a las clases altas (o sea, a las dominantes), que son las que han creado a las Fuerzas Armadas y de “seguridad” para autoprotegerse, éstas últimas clases financiaron el golpe del ‘76 por haber resuelto que la represión por dentro de la legalidad, no alcanzaba para defender y ampliar sus privilegios, así como también financiaron toda una serie de medidas represivas por fuera de la legalidad, previas a tal año, que tuvieron su mayor expresión en lo que fue la Triple A; esto ocurrió, por supuesto, no sólo en Argentina, sino también en la mayor parte de América, de ahí que el proyecto de “aniquilamiento de la subversión”, diseñado para aplicarse en toda una serie de países americanos, que tuvo por título oficial: “Plan Cóndor”, no haya sido diseñado en ninguno de los países que lo sufrieron, sino en cierto país, en el cual, el (nefasto) capitalismo tiene sede mundial;…La toma del poder estatal por parte de los militares tuvo su justificación en una defensa de la sociedad ante el avance de grupos guerrilleros que, si bien cometían hechos graves, lo que hacían no alcanzaba para lograr la aceptación de la población a la misma, fue entonces que las clases dominantes decidieron empeorar el estado de cosas al financiar a escuadrones de la muerte que crearan un terror en la población que, según la derecha, provenía únicamente de la guerrilla “subversiva”, pero como esto tampoco alcanzaba para lograr por parte de la ciudadanía, aceptación a un nuevo golpe de estado, se creó, también en el país en que el capitalismo genocida tiene sede, un plan económico de consecuencias desastrosas para la población, que fue el denominado: “Rodrigazo”; tal plan, ejecutado en 1975, generó, entre otras cosas, devaluación de la moneda, hiperinflación y un aumento del costo de los servicios; dicho plan de ajuste, le puso fin a 11 años ininterrumpidos de crecimiento económico y llevó a un descontento generalizado que dio lugar a protestas masivas en que, como suele ocurrir en estos casos, se pretendía no sólo la renuncia del ministro de economía, sino también de la presidenta y se dio, como cosa generalizada, la (equivocada) presunción de que cualquier otro gobierno sería mejor, incluso uno no constitucional; con esto último, el establishment logró su cometido de generar un malestar en la población tal, que resultara en una casi nula oposición al golpe que sobrevino el siguiente año.
  Tras decir todo esto, el joven preguntó:
   -¿Sigo?
   Ambos interrogadores asintieron con la cabeza y uno de ellos le dijo:
   -Sí sí; seguí por favor.
   Entonces el joven continuó.
   -Dentro de cada país, existen tres clases sociales: la alta, la media y la baja; la alta (que es la derecha por antonomasia) no quiere que las dos que tiene por debajo ganen derechos porque con eso, ella se va al descenso, y lo mismo ocurre entre los diferentes países que conforman el mundo; los de arriba no quieren que los del medio y los de abajo ganen derechos, porque eso equivaldría a un ascenso, y si el mismo se da, ellos descienden, y como las Fuerzas Armadas, como ya dije, fueron creadas por las clases dominantes para autoprotegerse, fue por causa de esa defensa que ante el aumento en la población de la adhesión al socialismo, llevaron a cabo un plan de aniquilamiento de quienes promovieran políticas tendientes a la ampliación de derechos de los de abajo, y eso, por supuesto, no fue abiertamente dicho, ya que oficialmente los milicos defendían al país de la guerrilla terrorista y subversiva, y tal aniquilamiento de la “subversión”, implicó el secuestro, la tortura, la violación, el asesinato y la desaparición, de miles de personas consideradas “zurdas”, de las cuales, sólo la menor parte era realmente guerrillera; el grueso de los reprimidos por el estado estaba constituido por militantes políticos o sociales, cuyas actividades no eran armadas, sindicalistas, defensores de derechos humanos, abogados defensores de víctimas de la represión, integrantes de grupos religiosos no pertenecientes a la derecha católica, estudiantes secundarios y universitarios, familiares de los sindicados como “subversivos”, ya que al no encontrar a quienes buscaban, los grupos de tarea solían llevarse a sus familiares o amigos, así como solían también matar a toda la familia de alguien perseguido tras hacerle firmar primero al jefe familiar, papeles con los que le transfería sus propiedades a los represores, lo cual también le ocurrió a grandes empresarios que, por no querer alinearse con el gobierno de facto, fueron secuestrados y bajo tortura fueron obligados a entregar sus empresas y propiedades, dando cuenta todo esto de que había una intención de disciplinar a toda la sociedad, independientemente de la ideología que sus miembros tuvieran, y todo esto, que fue presentado por Videla como una “defensa de la civilización occidental y cristiana”, fue en realidad, una defensa del capitalismo transnacional, de ahí que la represión del gobierno de facto haya sido favorable al gran empresariado local y extranjero que se vio beneficiado por las medidas económicas del ministro Martínez de Hoz, y totalmente desfavorable para los intereses de la clase media y baja que sufrió, además de por la represión, por las medidas económicas liberales que dicho ministro implementó, que implicaron un aumento en el costo de los servicios, un congelamiento de los salarios, un aumento de la inflación que fue récord en la historia argentina, una apertura a las importaciones, que resultó en un cierre masivo de fábricas locales, y un pase de las deudas de las empresas privadas, al ámbito estatal, resultando esto en una necesidad de pedir préstamos para pagarlas, fue por eso que en paralelo con el decrecimiento de las deudas de las empresas del sector privado, aumentó la deuda externa, deuda que deja al país endeudado en manos del capitalismo genocida cuya oficina central se llama: Fondo Monetario Internacional; por todo esto es que queda clarísimo que dichas empresas financiaron a los militares para que hicieran lo que hicieron que no fue otra cosa que favorecer a los capitalistas locales, hijos no reconocidos de los capitalistas extranjeros, y a sus extranjeros “padres”;… ...Quienes en cada país conforman la burguesía, constituyen un sector minoritario de la población, sin embargo, ellos creen que son el país, el “pueblo”, y son en realidad, el antipaís, el antipueblo… ellos (el alto conchetaje) son los verdaderos apátridas, y en sus elogios continuos a países “primermundistas” y expresiones despectivas alusivas al país en que nacieron, exponen su voluntad (siempre infructuosa) de a países explotadores, pertenecer, es por eso que la siempre exitista clase alta, que, como ya dije, es la derecha por antonomasia, es entreguista por naturaleza, no significando esto que no pueda no serlo la izquierda, ya que la izquierda puede ser cipaya, pero la derecha NO PUEDE no serlo, dado que por encima de las Fuerzas Armadas y de “seguridad”, está el estado. Por encima del estado, está la oligarquía, y por encima de la oligarquía local, está la oligarquía internacional; la derecha gubernamental es la que abiertamente defiende este sistema espantoso que a su vez se sostiene con aportes no menores de la izquierda también gubernamental, de ahí que yo considere que tanto la izquierda como la derecha gubernamentales, desde diferentes posiciones, sostienen al mismo sistema, y de ahí a su vez que yo sea de IZQUIERDA NO GUBERNAMENTAL
   Entonces el joven volvió a hacer una pausa y uno de los interrogadores volvió a animarlo para que continuara al decirle:
   -Seguí, por favor.
   El joven dijo:
   -La aplicación durante el gobierno militar de medidas económicas liberales, fue un éxito, ya que los grandes grupos empresariales, locales y extranjeros que financiaron el golpe, se vieron favorecidos; para fines de los ‘70, ni la clase baja ni la media, amenazaban ya con quitarle privilegios a la alta en este país, y en el ámbito internacional, lo mismo ocurría; la serie de países americanos cuyas poblaciones se habían organizado políticamente para mejorar sus situaciones, amenazando con ese “levantar cabeza” a los intereses de los países más explotadores del mundo occidental (denominados comúnmente: “desarrollados”), había sufrido una herida que ya en ese entonces, se sabía que tardaría décadas en sanar, lo cual resultó en que las cosas volvieran a ese estado de enfermedad que las clases explotadoras denominan: "normalidad", es decir: las clases dominantes locales, mantuvieron y hasta aumentaron sus riquezas, y así es que muchos de los pertenecientes a las clases medias, se convirtieron en pobres y los que ya eran pobres, se volvieron aún más pobres, y es por sentir que esto debe cambiar, que decidí militar en política.
   Entonces los interrogadores volvieron a mirarse extrañados y se alejaron del joven que permaneció sentado en una silla mientras los veía entre ellos, deliberar; tras algunos minutos volvieron a acercársele y uno de ellos le dijo:
   -Sé que te va a parecer extraña la pregunta, pero por favor, respondela: ¿de qué año venís?
   Entonces el joven, tratando de contener una risa nerviosa, dijo:
   -¿Cómo, de qué año vengo?
   -Si; ¿de qué año venís?
   Entonces respondió:
   -De 1989.
   Los dos interrogadores, cuyos tiempos escaseaban en registros históricos previos al año 2049 debido a que en su mayoría se habían perdido durante la hecatombe mundial que ese año había tenido lugar, por haberse recientemente publicado en todos los medios de difusión del mundo, sabían que los científicos habían logrado teletransportar seres humanos en el tiempo y que ya estaban en condiciones de llevar hasta sus días, a personas de tiempos pasados para que ilustraran a la población en materia histórica, de ahí que le hubieran dicho a la gente que estuviera atenta porque los viajeros del tiempo, en cualquier momento llegarían.
   El joven, con cierto temor a ser tomado por loco, tímidamente preguntó:
   -¿En qué año estamos?
   Y con gran emoción, uno de los interrogadores le respondió:
   -En el 4022.
   Tras lo cual, ambos interrogadores, casi al unísono, sonriendo le dijeron al viajero del tiempo:
   -¡Bienvenido!
   Entonces todo lo que para el joven era un enorme sinsentido, empezó a tener sentido.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Cuatro enemigos de la humanidad (por no decir otra cosa) (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 514-

   Una joven, mientras esperaba en el banco de una plaza a tres amigos que en auto la pasarían a buscar para ir juntos a la universidad, se puso a leer un panfleto que por la calle le habían dado; el mismo decía lo siguiente: Los psicólogos son las versiones laicas de los curas confesores, y su función principal es la de entregar víctimas a la santa inquisición psiquiátrica, de ahí que el consultorio de un psicólogo constituya una trampa por ser el mismo, un pasaje directo hacia una sala de prescripción de torturas en la cual, un picaneador farmacológico, por su supuesto bien, induce y fuerza a las personas a cambiar sus modos de pensar, de sentir y de ser; de lograrse el sometimiento total y absoluto de los cuerpos y almas impiadosamente flagelados, a la voluntad del “santo inquisidor moderno”, se habla de una “remisión de la enfermedad”, “enfermedad” que, según los “expertos en salud mental”, reaparece cuando quien con psiquiatría es torturado, se atreve a desacreditar en su pretendida positividad, a los tormentos por él sufridos, a negar la existencia de su supuesta patología, a pedir pruebas clínicas de ella (pruebas que nunca existen), y/o a negar el derecho del torturador diplomado, a imponer su tortura a la que él, hipócrita e invariablemente denomina: “tratamiento médico”.
   Nada de esto se hace sin la aprobación de las mayorías, aprobación que, de transmutar en rechazo, resultará en el cese de estas prácticas represivas y aberrantes a las que se disfraza de “ayuda médica” y/o “psicológica”.
   Los psicofármacos, con o sin receta, son venenos; la psiquiatría es tortura; es picana farmacológica. Los psiquiatras son torturadores, carceleros y verdugos, y los psicólogos y trabajadores sociales, son quienes a ellos les entregan víctimas.
   Evitá ser víctima y evitá ser victimario; rechazá por igual tanto a la psiquiatría como a las psicoterapias.
   Justo después de que la chica terminara de leer el texto, llegó el auto de sus amigos y a la parte trasera del mismo, subió; a su lado estaba uno de los dos varones que en el vehículo, viajaban, y en la parte delantera estaban, en calidad de conductora, una chica, y de acompañante, un muchacho; tras el saludo de convención, la recién llegada le comentó a sus tres amigos el contenido del panfleto, leyó en voz alta algunos pasajes del mismo y entre los cuatro se rieron y burlaron del redactor por considerar que lo por él expresado, constituía un delirio.
   La chica, así como sus tres amigos, se dirigía a la Universidad Nacional de La Plata; ella estudiaba en la facultad de psicología, la otra chica estudiaba en la facultad de periodismo y comunicación social; uno de los muchachos estudiaba en la facultad de ciencias médicas y el otro, en la facultad de trabajo social; dicho esto, no es de extrañar que los cuatro se hayan burlado de lo expresado en el texto ya presentado, dado que, por las carreras que cursaban, los estudiantes eran cuatro futuros guardianes del establishment, es decir: cuatro mierdas.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Lili Combatiente (tercer -y último- capítulo) (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 1.532-
Dedicado a María Antonia Berger.

Árboles humanos

   Tras los hechos de sangre que resultaron en que Lili, militante social, convirtiérase vertiginosa e inesperadamente en una combatiente destacada, ella, junto a otros partisanos, decidieron abandonar la provincia de San Luis por el control mayor que necesariamente en dicha provincia, sobrevendría justamente por lo recientemente hecho por ella y sus compañeros.
   En dos autos partieron los seis guerrilleros rumbo a La Pampa, lugar en el que planeaban reunirse con otros montoneros para coordinar acciones ofensivas dirigidas a las fuerzas represivas, pero fue que al llegar a la ya mencionada provincia, sólo pudieron contactar a un montonero procedente de Santa Fe que les dijo:
   -Cayeron todos los combatientes de mi pelotón; están cayendo como moscas todos los compañeros de todas las provincias, incluso los de “Lealtad” (*), y acá no termina lo dramático de la situación: cuando la conducción nacional se enteró del caso de mi grupo, me dijo que me “guardara” por un tiempo, y que no me preocupe, ya que en cualquier momento me pondría en contacto con otros combatientes para conformar otro pelotón que será uno de muchos otros que en todo el país enfrentará a los milicos, y que de ese enfrentamiento saldremos triunfantes y el pueblo nos reconocerá como héroes libertadores de la patria;… ¿Pueden creer lo delirante de estos tipos?… ¡No hay medios materiales ni humanos para seguir!… Sí, claro que podemos contraatacar un poco más, pero es cuestión de poco tiempo para que nos maten a todos, salvo que antes nos exiliemos, y esto, que muchos de los integrantes de la conducción ya han hecho, no pretenden que lo hagamos nosotros, y si en algún momento lo llegan a pretender, va a ser por un tiempito, después querrán que volvamos para inmolarnos por una causa que sabemos perdida… ...¿Qué quieren que les diga?… A esta altura ya no sé si odio más a los milicos o a la cúpula montonera.
   Tras escuchar lo dicho por su compañero, uno de los montoneros, que al igual que tantos otros había llegado a conclusiones similares, dijo:   
   -Para liberarnos de la opresión, tenemos que apuntar y disparar nuestras armas hacia arriba, y por encima de nosotros, además de tener a los milicos y a la oligarquía, tenemos a la cúpula de nuestra propia organización.
   Entonces el combatiente santafecino, dijo:
   -Sí, el problema es que sin la logística, las armas y la plata que vienen de la cúpula, se acaba la resistencia armada contra los militares, por eso tenemos que dejar el ataque contra nuestra conducción, para después de terminada la dictadura.
   Lili dijo:
   -Lo terrible es que por lo que vos mismo expresaste, evidentemente sabés que antes de que la dictadura termine, ella va a terminar con nosotros.
   El combatiente asintió tristemente con la cabeza y un silencio prolongado fue lo que siguió; todos dieron así por concluida la cuestión, ya que se sabían ante un problema irresoluble, de ahí que debieran seguir resignadamente afiliados a una organización que ya no los representaba en pos de tener los medios como para poder morir dignamente, es decir: peleando; de darse esto, los combatientes, lejos de caer, cual los árboles, morirían de pie.

LOMJE

  Mientras los combatientes se encontraban en la vivienda que “la orga” les había asignado en La Pampa, la cual estaba provista de armas diversas, incluidos muchos explosivos, a Lili empezaron a aparecérsele imágenes en que vio llegar a las fuerzas represivas, las vio irrumpir en la casa y matar a todos sus ocupantes tras una resistencia de fuego infructuosa; esta visión fue para ella, por supuesto, aterradora; al siguiente minuto se le presentaron otras imágenes en que ella junto a sus compañeros, eran capturados vivos tras un escape en auto frustrado, y eran llevados a centros clandestinos de detención en donde a las peores cosas, eran sometidos; esta visión fue aún más pavorosa que la anterior; después se le presentaron otras imágenes acompañadas por tan solo un segundo de sonido en que claramente escuchó un estruendo, previo a percibir un silencio total y absoluto, y en ese silencio reinaba una paz también total y absoluta que en ninguna medida era disminuida por el fuego que veía sobre su persona porque el mismo no la abrasaba; rápidamente diose cuenta de que al fuego era inmune por ser entonces su cuerpo, de carácter espiritual; después vio a cada una de las partes del todo, dispersas en su entorno inmediato, después, a las dispersas por todo el país, después, a las dispersas por todo el mundo, después, a las dispersas por todo el universo, después, a las dispersas por todo el multiverso y finalmente, a las dispersas por todos los multiversos, unirse armoniosamente cual si todos los conflictos previos, generadores en el pasado en todas ellas, de un malestar enorme conformante de enemistades, hubieran sido parte de un guion de una obra de teatro; lo que entonces vio fue el equivalente al abrazo entre actores tras concluida una obra; así se vio ella, y así vio a todos sus compañeros, a todas las personas que alguna vez pasaron por su vida, a todas aquellas a las que nunca conoció, y a todos los seres de las distintas especies existentes en este planeta y en todos los demás de los distintos multiversos pasados, presentes y futuros, fue por esto que, a diferencia de lo que le había ocurrido en ocasiones previas en que las visiones de hechos graves le habían posibilitado entrever una “línea de fuga” que le había permitido elegir entre seguir o desviarse del camino emprendido y salvar así la vida material suya o ajena (y siempre que el camino era conducente a su propia muerte había elegido desviarse), en este caso sentía que el mejor camino era el que conducía hacia delante, fue por esto que le dijo a sus compañeros:
   -Muchachos, no quiero que se asusten; tómense esto con calma: tuve más visiones que me mostraron lo que va a ocurrir.
   -¿Qué viste, Lili? -Le dijo una partisana.
   -Que ya vienen.
   -¡Vámonos ya! -Dijo un montonero, pero Lili, con toda calma, negando con la cabeza, dijo:
  -No; de entre todos los posibles finales que vi, considero que el mejor es el que se va a dar si nos quedamos y resistimos sin el objetivo de sobrevivir.
   Los cinco montoneros, que estaban totalmente persuadidos de que Lili tenía una visión de las cosas mucho más amplia que ellos, no dudaron siquiera un segundo de que lo que ella decía, debía ser tomado en serio, fue por eso que uno de ellos, dijo:
   -Morir peleando es vivir para siempre.
   Todos sus compañeros asintieron y sonrieron en silencio. Después, a modo de despedida, se abrazaron.
   A los pocos segundos se escuchó a una gran cantidad de autos frenar en cercanías de la casa en que los partisanos estaban, entonces los combatientes agarraron sus armas y mientras cuatro de ellos las disparaban desde las ventanas, Lili le hizo a uno de sus compañeros una seña para que la siguiera hasta el cuarto en que, en varias cajas, estaban las granadas que agarraron y entre todos los guerrilleros, repartieron. Una vez que todos tuvieron a los explosivos encima, los montoneros que disparaban, depusieron el fuego y dejaron caer sus fusiles al suelo, entonces Lili, citando a la frase cuyas siglas fueron escritas por María Antonia Berger con su propia sangre cuando creía estar agonizando en una celda patagónica, allá por el año 1972, empezó a decir repetida y progresivamente más fuerte:
   -Libres o muertos, jamás esclavos. Libres o muertos, JAMÁS ESCLAVOS. ¡LIBRES O MUERTOS, JAMÁS ESCLAVOS!
   Entonces sus compañeros repitieron con ella la frase de dignidad que les infundió un coraje y una plenitud emocional, mayores a los por ellos sentidos previamente durante todo el curso de sus vidas.
   Cuando los militares tiraron abajo las dos puertas que en la casa había, los combatientes le sacaron el seguro a las granadas que entre sus ropas tenían y se abrazaron mientras repetían: “¡LIBRES O MUERTOS, JAMÁS ESCLAVOS!”
   Rápidamente fueron sujetados por los militares que entre insultos proferidos a los jóvenes, celebraron una victoria que equivocadamente creyeron suya, ya que en realidad, era de los combatientes.
   Las explosiones que segundos después tuvieron lugar, terminaron con la vida material de los seis combatientes y dieciocho militares.



(*) “Lealtad” fue el término agregado a los grupos de militantes montoneros y de superficie que, a diferencia de la conducción de Montoneros, en 1973 consideraron que por haber ya terminado la dictadura militar autodenominada “Revolución Argentina” (1966-1973), que dio lugar a la vuelta de la democracia representativa, y haberse ya levantado la proscripción del peronismo (ambas cosas eran pretendidas por los partisanos peronistas y fueron logradas por la desestabilización causada por las organizaciones guerrilleras, que a principios de los años ‘70 llegaron a ser más de 50, siendo en su mayoría, peronistas), no era admisible seguir con la lucha armada, así fue que dejaron de responder a Montoneros y conformaron la JP Lealtad, la UES Lealtad, la JUP Lealtad, etcétera; a pesar de esto, ni la Triple A ni la junta militar que dio el golpe de estado en el ‘76, les tuvieron piedad.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Lili Combatiente (segundo capítulo) (cuento) - Martín Rabezzana

-Palabras: 2.124-
Lili después del fuego

   Era la trasnoche del día en que Lili había decidido incursionar en una lucha armada a la que siempre había considerado totalmente inapropiada para su persona, y así lo fue hasta que la persecución de las autoridades no le dejó más que dos opciones: matar o morir.
   Tras el “bautismo de fuego” que constituyó su participación protagónica en el hecho que le causó la muerte a tres represores, a Lili le ocurrió algo por ella totalmente inesperado: seguía sintiéndose la misma persona; no tuvo la sensación de haber vivido un “antes y un después” en lo previo y posterior a haber incurrido en el hecho irreversible ya referido, ya que seguía autopercibiéndose de igual modo respecto a cuando no había matado a ningún ser humano, sin que esto signifique que hubiera en ella algo así como una “frialdad psicopática”, dado que lejos de eso, Lili había matado en circunstancias en que la sangre en su cuerpo estaba muy caliente, no obstante, durante los hechos mantuvo la mente fría, lo cual, ya antes de su accionar referido, le posibilitó concienciar que habría de actuar éticamente por ser su uso de la violencia, en defensa propia y ajena, y si bien el incurrir en un hecho grave de modo justificado no siempre resulta en tranquilidad de conciencia en aquel que lo comete, en su caso particular, así había sido.

Lili y sus compañeros, otra vez en la previa de un fuego

   Al Montoneros entrar en la clandestinidad y saber sus integrantes que ya desde antes de la muerte de Perón, pero sobretodo tras la misma, se había desplegado un accionar estatal represivo de dimensiones inéditas en el país, sus dirigentes empezaron a proveerle a sus miembros los medios que les posibilitaran sobrevivir en dicho contexto de violencia extrema; los mismos estaban constituidos por plata, armamento, documentación falsa, viviendas, autos y eventuales costeos de viajes a diversos puntos del país y del extranjero; todo esto lo podía hacer sin problemas una organización que en 1976, tenía fondos estimados en 200 millones de dólares, producto no sólo de hechos ilícitos como ser: robos a bancos y secuestros de empresarios y gerentes explotadores del trabajo ajeno y entregadores de obreros considerados “agitadores”, a la represión (por cuyas liberaciones solían pedir la reincorporación de trabajadores despedidos y aumentos de sueldos, lo cual, a veces lograban, y parte de la plata del rescate la usaban para comprar y donar víveres y ropa que repartían en los barrios más necesitados), sino también de sus medios de prensa que vendían cientos de miles de ejemplares por semana, constituyendo tal fuente legal de ingresos, una suma muy importante, sin embargo, de esto quedaban al margen los militantes de superficie que constituían las agrupaciones políticas, sociales, sindicales y estudiantiles, conformantes todas ellas de la llamada “Tendencia Revolucionaria del Peronismo” y fundadas (o refundadas) por Montoneros, de ahí que el grueso de los militantes quedara desprotegido cuando llegó la represión más cruenta y fueran así los militantes peronistas revolucionarios, básicamente, “carne de cañón”, y de ahí a su vez, el repudio por parte de tantos militantes de la tendencia, sobrevivientes de la represión estatal, a la conducción de Montoneros, ya que dicha ayuda le era solamente concedida a los Montoneros de más alto rango o a aquellos que, sin serlo, decidieran obedecer las órdenes de ejecución de los hechos más peligrosos (quienes eran parte de los “frentes de masas” y recibían alguna ayuda de la organización, constituían casos minoritarios y dicha ayuda no iba más allá de la provisión de documentos de identidad falsos para poder trabajar o abandonar el país, algún arma y pastillas de cianuro), lo cual los obligaba a realizarlos en pos de acceder a la mencionada protección, aun cuando con los mismos no estuvieran de acuerdo; algo de esto le dijo un montonero a Lili mientras estaban ocultos en una vivienda en un área suburbana de San Luis, junto a otros compañeros, la misma noche en que exitosamente había su grupo, del que ella era una nueva e ilustre integrante, rescatado a tres secuestrados por una patota del estado; también le dijo:
   -Por tu acto heroico, vas a convertirte rápido en un cuadro importante de “la orga”.
   Lili dijo:
   -Pero yo no soy montonera. Yo no creo en Montoneros, me metí en esto para sobrevivir.
   Su compañero le dijo:
   -¿Y vos te creés que todos los que estamos en esto lo hacemos por convicción?… Como más o menos te dije en tu casa: la lucha armada no tiene ya el objetivo de construir una patria socialista, sino el de sobrevivir; si estás fuera de Montoneros, quedás a la deriva en un mar de represión estatal, pero estando en la misma, una banca importante podés llegar a tener que te va a dar más posibilidades de supervivencia;… Yo tampoco creo más en la orga; creí en ella en algún momento pero el momento ya pasó;... todo ese populismo que la conducción exalta, alguna vez fue auténtico, para ya no lo es. No lo puede ser, porque la misma está totalmente alejada de las bases no sólo del pueblo, sino incluso de su misma organización; yo también estoy acá para sobrevivir, y te digo más: aun estando en Montoneros, no creo que sobreviva mucho tiempo más. Estoy seguro de que en cualquier momento voy a caer, como casi todos los compañeros, pero quiero morir peleando, y no ejecutado estando de rodillas.
   Entonces Lili, con un tono de voz suave, cargado de resignación, dijo:
   -Sos una especie de kamikaze.
   Su compañero, en silencio asintió con la cabeza; en ese momento una partisana le preguntó a Lili sobre su ideología; ella dijo:
   -Yo nunca creí en ningún ideario; cuando militaba en la JOTAPÉ, mi hermana (que no milita en nada) me dijo: “La organización de la que participás, no cometerá delitos, pero se financia con plata sucia que viene de los delitos cometidos por los montoneros, ¿o lo negás?”; yo le dije: “Sí, es verdad, pero TODOS los partidos políticos, ya sean de izquierda, de centro o de derecha (y no me vengas con eso de “en este país”, porque es igual en todo el mundo) son financiados por inversores cuyos fondos proceden del tráfico de drogas, del lavado de dinero, de la trata de personas, de invasiones militares, de la destrucción del medio ambiente, de la explotación animal y de muchas más cosas ilícitas e inmorales;... los gobernantes más “honestos” no habrán robado, secuestrado ni matado a nadie, como si lo han hecho los montoneros, pero se hacen financiar por quienes hacen todo eso, que es lo mismo. Partiendo de esta base, no te niego que en nada difiere ser militante de superficie de ser guerrillero, ya que con la militancia desarmada del grupo armado que la organizó, estás participando de la misma empresa que los guerrilleros, desde un lugar diferente, pero tampoco en nada difiere ser militante de un partido sin facción armada o votante de cualquier candidato en elecciones en un sistema democrático representativo, de ser sustentador de las peores acciones que son la base de la financiación de toda organización política de estado;… Con el solo hecho de votar, estás dándole aprobación y sustento, a un sistema que vos misma considerás financiado con fondos procedentes de acciones injustificables por ser ilegales e inmorales. Siguiendo esta línea de pensamiento que lleva a concluir que toda política partidaria es sucia, de uno tener un mínimo de conducta ética, solamente puede hacerse anarquista y pretender que las personas voten medidas de organización social, en vez de votar a sus supuestos representantes de ella, y entonces, ante tal ideario político por uno asumido, favorable a la democracia directa, que terminaría con lo “sucio” de la política y llevaría a la disolución de todos los partidos políticos, se encuentra con viejos y jóvenes avejentados que lo tildan de “utopista”, “infantil” y más cosas así, y uno mismo termina creyendo que lo es, entonces vuelve resignadamente a defender su posición anterior (o sea, se vuelve conformista) o elige hacer lo más difícil de todo: rechazar a toda ideología y etiqueta política e intentar mejorarse a sí mismo, y por supuesto que al uno hacer eso lo acusan de ser egoísta por practicar el individualismo, pero tal crítica es infundada porque toda sociedad se compone de individualidades reunidas, por lo que si cada una de ellas fuera más individualista al buscar únicamente la propia mejoría, la sociedad toda mejoraría, y esta decisión de cambio individual es taaan difícil de tomar, que casi nadie lo quiere hacer, y de ahí la voluntad de meterse en temas sociales, políticos, dado que esa es una manera inconsciente de evadir todo intento de automejoría;… Yo he decidido militar socialmente, pero no por Montoneros ni por Perón, sino por mí misma; al ver que en las unidades básicas proveen ayuda a quienes se encuentran en la necesidad, decidí sumarme sin importarme en absoluto la bandería política de quienes tales lugares fundaron, y no lo hice por compasión hacia los sufrientes, sino por mejorar yo como individuo; hice todo por intentar ser yo misma, la persona que siempre pretendí que fueran los demás.” (Nada me respondió mi hermana a todo esto) Pero ahora ocurre que la fuerza mayor me lleva a tener que elegir entre matar o morir… y yo querría no tener que elegir entre ninguna de las dos cosas…
   Ninguno de sus dos interlocutores le respondió nada; casi que tuvieron miedo de seguir hablando con Lili de estos temas porque intuían (correctamente) que ella podría hacerlos cambiar de opinión respecto a LO QUE FUERA.
   Pocos minutos después de esta conversación, Lili se quedó dormida en un sillón y uno de los montoneros la cubrió con una manta para inmediatamente después, alejarse sigilosamente de ella y decirle al resto de los combatientes que hablaran en voz baja para no despertarla.
   Poco después, Lili vio en sueños acercarse a la casa en que ella junto a varios compañeros estaba, a varios autos Ford Falcon y vehículos militares; vio a sus ocupantes bajar de los mismos e irrumpir en la vivienda, y vio a sus compañeros intentar una defensa infructuosa que resultaba en que los seis combatientes (ella misma incluida) fueran arrastrados hacia el interior de los vehículos de los represores; se despertó totalmente sobresaltada y empezó a gritar:
   -¡Tenemos que irnos de acá ya mismo!
   -¿Qué pasa? -dijo una de las partisanas.
   -Cantaron la casa.
   -¿Qué? -dijo otro.
   -¡Que cantaron la casa!, están llegando los milicos. ¡Vámonos ya!
   -¿Cómo sabés que la cantaron?
   -Por lo que vi recién; yo veo cosas.
   -¿Qué tipo de cosas?
   -Cosas que van a pasar.
   Entonces los combatientes se miraron y dudaron, pero no mucho; uno de ellos le dijo:
   -¿Estás totalmente segura de lo que decís?
   -¡Sí sí, totalmente segura!
   Entonces los montoneros fueron rápidamente hacia un placard en el que guardaban explosivos que empezaron a disponer en diversos puntos de la casa, tras lo cual, se subieron a los dos autos en que habían llegado y se fueron del lugar.
   Los explosivos que habían dejado, estaban programados para detonar en diez minutos; exactamente nueve minutos y veinte segundos después, cayeron los represores que, tras irrumpir con la mayor agresividad posible, maldijeron a su suerte por haber llegado tarde y habérseles los montos escapado por muy poco, dado que el que hubiera comida en la mesa, objetos personales e incluso una pava calentándose en la cocina, daba cuenta de que sus ocupantes acababan de irse, fue entonces que uno de los represores, que evidentemente era el que comandaba las acciones, dijo:
   -Deben estar cerca -y señalando a sus correpresores, empezó a indicar en qué dirección debían buscar unos, y en qué dirección, otros; mientras tales instrucciones daba, una explosión, que fue seguida por varias otras, resultó en que 12 de los aproximadamente veinte represores del operativo compuesto por fuerzas conjuntas del ejército y la policía, murieran y quedaran los restantes, bastante heridos.
   Los combatientes se encontraban ya a una larga distancia de la casa; distancia que les impedía escuchar las ruidosas explosiones que tuvieron lugar, pero no debieron esperar mucho para enterarse de lo que había ocurrido, ya que esa misma mañana, el hecho estaba en todos los diarios.
   Estando los montoneros ya refugiados en otra casa que ese mismo día abandonarían para irse a otra provincia, uno de ellos, diario en mano, evidenciando un enorme asombro, le preguntó a Lili:
   -¿Cómo sabías lo que iba a pasar?
   Entonces ella, muy tranquilamente le dijo:
   -Ya te lo dije; veo cosas que van a pasar.
   Todos los montoneros la miraron maravillados en medio de un silencio que, por un buen rato, nadie se atrevió a romper.

   Lili era distinta a todos ellos.