No me acuerdo de
en qué año fue esto; tampoco me acuerdo de cuál era el lugar del que veníamos;
de vagar por ahí, seguramente… de la casa de un amigo-de-un-amigo de alguno
(también seguramente), para después volver a salir a vagar por ahí, la cuestión
es que en algún momento alguien dijo de ir a la casa de no sé quién, entonces
subimos a un colectivo; una vez en el mismo, le dije a uno de mis compañeros de
viaje:
-El problema no
es que haya negatividad o toxicidad en la dieta o en la vida en general, ya que
si se las mantiene en un nivel bajo, son manejables, pero si pasan de cierto
punto, se salen de nuestro control, entonces sí que estamos en problemas… Si de
vez en cuando consumimos los productos "informativos" que los grandes medios de
difusión nos ofrecen, no llegamos a intoxicarnos en exceso y entonces la
toxicidad nos es manejable, pero si a diario nos intoxicamos con lo que nos
presentan, dejará de serlo muy pronto ya que la toxicidad nos manejará por
completo… y por supuesto que los grandes medios de prensa son una mierda, pero
es culpa nuestra que tengan el poder sobre nuestras vidas que tienen, porque
nosotros elegimos contaminarnos con lo que nos presentan, y no es lo más grave el
hecho de que nos quieran formar en nuestras miradas políticas (ya que detrás de
cada periodista de un gran medio, hay intereses económicos y políticos, siempre
indivisibles unos de otros), lo peor es que la mirada de TODO en la vida nos es
formada por ellos, y al llenarnos a diario de la toxicidad que nos ofrecen, empeora
nuestra calidad de vida, ya que vemos al exterior a partir de la podredumbre
que desde los medios de comunicación llevamos a nuestro interior, y el
resultado es ver negatividad en prácticamente todo, o sea, en las demás
personas, en nosotros mismos, en la sociedad… en la vida… y... ¡¡¡¿cómo podemos
ser tan forros como para dejarnos joder así?!!!...
Mi interlocutor
dijo:
-Pero también
podemos rechazarlos y elegir consumir productos informativos/culturales,
positivos, y tras llenarnos de su positividad, nuestra percepción del exterior
inevitablemente mejora.
Yo exclamé:
-¡Exactamente!
Mi interlocutor
prosiguió diciendo:
-El problema es
que no es tan fácil desintoxicarse de la porquería mediática, porque genera
adicción al igual que el alcohol, la falopa y las grandes ciudades, ya que si
bien muchos que las eligen para vivir reconocen a su nocividad (y paralelamente
suelen hablar maravillas del estilo de vida distendido de los medio ambientes
naturales a los que conocen por haberse ido a ellos de vacaciones),
prácticamente nunca un habitante de larga data de una gran ciudad, emigra a una
ciudad chica o a un pueblo, y, ¿por qué? Porque como dije: entre las cosas
adictivas, están las grandes ciudades, y entre quienes las eligen, estamos
nosotros… que… somos unos viciosos de mierda.
Yo asentí.
Si hablamos algo
más, no lo recuerdo porque yo tenía mucho alcohol encima y estaba cansado, ya
que eran como las 5 de la mañana, por eso, sin querer, me dormí; tras un rato,
mi interlocutor me despertó y me dijo:
-Llegamos.
Entonces me
levanté; bajamos del colectivo y caminamos (íbamos sólo él y yo, ya que los
demás evidentemente se habían bajado mucho antes); transitamos una zona semi
rural que yo no conocía.
-¿En dónde
estamos? –le pregunté.
-Y… en…naah. No
sé qué barrio es exactamente.
Y señalando una casa, dijo:
-Es ésa la casa
de mis familiares.
Ya estaba
amaneciendo.
Entramos a la
casa y una vez en el living nos
recibió una mina que mi compañero me presentó y después se fue. Entonces me
quedé solo con ella.
Ella me preguntó
si quería tomar algo, le dije que "bueno" y me dio algo de tomar. Después me
dijo que iba a ponerse algo más de ropa (ya que estaba en remera, descalza y en
bombacha, pero pareció decidir ponerse más ropa por no inhibirme a mí más que
por propia inhibición, ya que parecía totalmente desinhibida, por más que hasta
claramente pudieran vérsele sobresaliendo de la prenda inferior, los pelos de
la concha).
Empecé a mirar
un estante en que había muchos videocasettes
y cuando ella volvió y me vio, me dijo:
-¿Te gusta el
cine?
-Sí, pero la
verdad, no tanto como antes… Creo que el cine ya cumplió su ciclo como forma de
arte; además, con tanta disponibilidad (no sólo en cable, sino también en
internet) de películas, ya vi demasiadas y esa abundancia es, por así decirlo…
empalagosa; por eso ya casi no puedo disfrutar demasiado de ver películas ni
tampoco de la música… al menos no puedo disfrutar de esas cosas como antes (y
no creo que esto me pase sólo a mí).
Ella dijo:
-Ah, mirá… yo no
tengo cable.
Después agarró
un video y me dijo:
-¿La viste esta?
(La película
era: "Últimas imágenes del naufragio").
-Sí.
-¿Y qué te
pareció?
-La primera vez
que la vi, creo que no la terminé porque me pareció una boludez (tengo una
buena excusa: era chico); la segunda la vi siendo ya grande y me pareció que
estaba bien, y la última vez que la vi (fue hace poco), me pareció una gran
película y, por su calidad y profundidad psicológica, una obra maestra del
existencialismo.
Ella dijo:
-¿La viste de
chico?... pero si…
Y por algún
motivo, se calló; después dijo:
-Yo todavía no
la vi porque no tuve tiempo; me regalaron el video hace apenas unos días…
¿Querés que la veamos?
-Sí, dale.
Entonces puso el
video en la casetera y yo la miré (a la videocasetera) (sí, también le miré a
la mina la parte de atrás que estaba rrrreeee bien como el resto de su persona)
y dije:
-¡Es una
reliquia esto!... Sos bien retro vos, ¿eh?... ¡Je je! Está buena esa onda.
Ella me miró sin
entender a qué me refería, pero no dijo nada.
Nos sentamos en un
sillón y "la función" empezó. Tras la película terminar, ella dijo:
-Estuvo muy
buena;… me gusta de Subiela que no le tiene miedo a los diálogos extensos,
complejos y profundos por más que sepa (ya que no creo que lo ignore) que con
los mismos, por ser pretenciosos, se está al borde del ridículo continuamente,
pero pasa la prueba exitosamente ya que no cae nunca al vacío.
Yo dije:
-Es verdad; es
una rareza el que un realizador del llamado "cine intelectual" escriba diálogos
extensos ya que suelen ser tildados de "teatrales", y eso es generalmente
considerado un error por los críticos (aunque en realidad… eso de que los
diálogos televisivos deban ser mayormente triviales, los del teatro, extensos y
profundos y los del cine "inteligente", escasos y pausados, son
convencionalismos que no hay por qué respetar)… Subiela demuestra que se puede
combinar lo "teatral" de los diálogos extensos, profundos y bien elaborados,
con imágenes de alto contenido poético que llegan hasta el surrealismo… Igual,
no te digo que me gustan todas las películas de este tipo, ¿eh? Pero ésta, sí;…
las que hizo ya a fines de los noventa y en la década siguiente, son… bueh…
recordémoslo por lo bueno.
Entonces ella
dijo:
-Me estás
jodiendo, ¿no?
-No, ¿por qué?
-Porque estamos
en mil novecientos noventa y…
Entonces pensé
que era ella la que me estaba jodiendo a mí, pero no… era posta lo que dijo, y
no me bastó el diario de ese día que me mostró de páginas tibias y tinta húmeda
con fecha en un año de la década del 90 ni la… (bueno… imagínense todo tipo de
cosas propias de la era "pizza con shampain", así me evitó el trabajo de
escribirlas porque hoy estoy muy cansado) para convencerme de que el viaje que
hice en colectivo no había sido solamente en el espacio, sino también en el tiempo; lo que sí me
convenció fue verme en el espejo del baño en que me reconocí como el
adolescente que era en los años noventa y que ya no soy.
No me acuerdo de
qué siguió inmediatamente a lo contado, lo siguiente que recuerdo es encontrarme
en la calle (la calle otra vez) y ver luces, pero no de las comunes, sino de
otras, inusuales, de brillo único, distinto a los previamente por mis ojos
percibidos, de colores cambiantes, en continua fluctuación de intensidad;… recuerdo sentir y escuchar una brisa melódica,
como de música nueva, hermosa, recientemente creada e imposible de escuchar con
los oídos, pero entonces por mí, de un modo que no puedo explicar, escuchable
(y hasta palpable);… recuerdo ver hojas de árboles que caían y alzaban vuelo
sin impulso del viento, como si fueran pájaros;… a su vez vi a pájaros que en
su cantar expresaban lo que entonces yo comprendía, así como ellos me
comprendían a mí por más que no hablara;… recuerdo transitar calles que se
transformaban en sendas ascendentes y descendentes que me llevaban sin
necesidad de que yo caminara, y muuuchas otras cosas maravillosas e imposibles
de transmitir por escrito.
Entonces me
sentí identificado con lo que dice el protagonista de la película ya referida;
es algo así como que por ahí, él y las personas con las que estaba, eran parte
de una película; una película que tal vez nadie estuviera viendo.
Tal vez mi vida
toda sea parte de un cuento que nadie lee.
La "película" surrealista recién contada (tal vez no vista por nadie), concluyó conmigo
llegando a mi casa tras mucho caminar.
A la mina la
volvería a ver, pero no es en este espacio que les contaré en qué
circunstancias, sino (tal vez) en otro.